jueves, 3 de septiembre de 2015

Ewald Tragy - Rainer Maria Rilke



Título: Ewald Tragy
Autor: Rainer Maria Rilke
Publicación: Navona, 2015
Páginas: 96


Este fascinante relato de juventud nos permite introducirnos en ese proceso de
búsqueda, cuya sorprendente carga autobiográfica describe esas facetas de la vida de
Rilke tan recónditas como desconocidas, tan apasionantes como turbadoras, y que
abarcan desde el desasosiego del joven poeta Ewald en busca de su propio destino
vital y literario, la adoración sin reservas por su padre, la aguda ironía con la que
describe el grotesco y decadente entorno burgués en Praga, la extrema soledad de su
nueva vida en Múnich, o el desafecto de una madre que le llevará a una nostalgia y
desesperanza incurables.

Mis impresiones

Hay obras que para comprenderlas plenamente requieren que el lector conozca algunos apuntes de la vida de su autor porque así nos revelan aspectos muy interesantes tanto de la obra como de su biografía y nos ofrece una perspectiva que interpretar de forma distinta. Es el caso de Ewald Tragy de Rainer Maria Rilke, considerado actualmente como uno de los poetas más ilustres de las letras universales. Esta obra fue publicada originalmente en 1927 en una edición limitada, el año posterior al que se produjo la muerte de su autor. No se sabe muy bien en qué fecha fue escrita por aunque se calcula en torno a 1898 y se cree que aún estaba sin terminar. De hecho fue encontrada sin título ni fecha. En ella Rike reflejaba un momento concreto de su vida por lo que la obra tiene un marcado carácter semibiográfico.

La historia comienza con el joven Ewald Tragy paseando con su padre por el Graben, el centro histórica de Praga, el lugar que los domingos a mediodía frecuenta la alta burguesía. El inspector es un hombre respetado y admirado, de porte aristocrático, que saluda a la gente con deferencia y él es correspondido gustosamente. Este gesto tan liviano que no parece entrañar importancia para el joven Ewald supone una inconveniente molestia. Ewald actúa conforme a las reglas establecidas pero en el fondo de su corazón detesta a esa gente, la engañosa cortesía, la hipocresía, las modas y las apariencias. Después tendrá que soportar una soporífera comida familiar. Afortunadamente es el último domingo en que tendrá que someterse a esas circunstancias porque en pocos días emprenderá un viaje hacia Munich en el que espera encontrarse a sí mismo, como hombre y como poeta.

Es esta una novela corta (que no llega a las cien páginas) en las que Rilke parece hablar de sí mismo a través del personaje de Ewald Tragy. La novela se divide en dos capítulos o dos partes que nos muestran un antes y un después en la vida de su protagonista que no marcan tanta diferencia como cabría esperar. En la primera vemos a Ewald infundido en una vida que desprecia y que frena sus aspiraciones como creador. Las costumbres y las convenciones sociales siembran una constante apatía en su vida contra la que se rebela. Desprecia el dinero, lo material y todo lo que ello conlleva. A sus dieciocho años está dispuesto a abandonar esta vida y buscar su propio camino.

En la segunda parte Ewald se ha traslado a Munich. Busca la inspiración. Cree que libre de su antigua vida será más fácil conseguir su objetivo. Pero la inspiración no llega y la pasividad sigue dominando su vida. Y eso es lo que es esta novela. El testimonio de una búsqueda personal y una entidad literaria. Pero en Munich el joven sigue buscando. No encuentra un rumbo ni un lugar definido para acomodarse. Se ha rebelado y enfrentado a su entorno con su progenitor en contra. Ha dejado de lado la acomodada vida junto a su padre y alquilado una habitación cochambrosa para descubrir que allí tampoco encuentra la magia que buscaba. Y al final descubre que lo económico que antes despreciaba es una parte fundamental de su propia vida. El apego a lo material se convierte en algo importante. Y el hecho de disponer de un escritorio se convierte en una razón suficiente para decidir.

Ewald Tragy inicia el camino hacia la madurez marcado por unas circunstancias familiares que acentúan la melancolía y la soledad del personaje. Con una figura paterna a la que admira profundamente a pesar de que entre ellos hay una distancia insalvable y una madre con la que apenas tiene contacto y en la que siente el desapego amoroso su vida se centra en la literatura. Y esta relación con la madre es sumamente interesante si nos fijamos en la que en realidad vivió Rilke con su madre a la que detestaba ya que tras la muerte de su hermana y hasta que cumplió los seis años le vistió como una niña, circunstancias que determinaron el carácter del poeta.

Pero el proceso de creación no siempre es fácil. Y conocerá a dos escritores muy diferentes que le iniciaran en el proceso de la producción literaria. Uno de ellos es Von Kranz (que representa a Wilhem von Scholz) y a Thalmann (inspirado en la figura de su amigo Jakob Wasserman), un escritor que escribe casi de forma compulsiva.

Pudiera parecer que es una novela para devorar en un rato pero lo cierto es que su lectura invita a la tranquilidad para disfrutar de la prosa de Rilke. La narración es en tercera persona, suculenta, marcada por la sutilidad en las ideas, con una ironía destacada y mucho cuidado a la hora de transmitir la esencia del personaje. Quizás porque no estaba terminada no llegamos a un final muy definido.

Conclusión

Ewald Tragy es una interesante propuesta que nos abre una ventana en la vida de Rilke para enseñarnos las dudas de un escritor y la búsqueda de su propio camino.