Título: Pan de limón con semillas de
amapola
Autora: Cristina Campos
Publicación: Planeta, enero de 2016
Páginas: 416
Durante
el invierno de 2010, en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y
Marina, dos hermanas que fueron separadas en su juventud, se reencuentran para
vender una panadería que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no
conocer.
Son dos mujeres con vidas muy diferentes. Anna apenas ha salido de la isla y sigue casada con un hombre al que ya no ama. Marina viaja por el mundo trabajando como cooperante de una ONG.
Mientras intentan desentrañar el secreto que encierra su herencia, tendrán que hacer frente a los viejos conflictos familiares, a la vez que intentarán recuperar los años perdidos.
Esta novela es una historia sobre la amistad femenina, sobre secretos guardados y recetas de pan olvidadas. Pero, sobre todo, es la historia de unas mujeres que aprenden a decidir, con libertad, sobre su futuro.
Son dos mujeres con vidas muy diferentes. Anna apenas ha salido de la isla y sigue casada con un hombre al que ya no ama. Marina viaja por el mundo trabajando como cooperante de una ONG.
Mientras intentan desentrañar el secreto que encierra su herencia, tendrán que hacer frente a los viejos conflictos familiares, a la vez que intentarán recuperar los años perdidos.
Esta novela es una historia sobre la amistad femenina, sobre secretos guardados y recetas de pan olvidadas. Pero, sobre todo, es la historia de unas mujeres que aprenden a decidir, con libertad, sobre su futuro.
Mis impresiones
Pan
de limón y semillas de amapola es la primera novela
de Cristina Campos, un único trabajo que sorprende por lo depurado y cuidado
que está. Me llamó mucho la atención la
portada, sencilla y elegante, pero sobre
todo me atrajo su sinopsis en la que se nos promete una historia que tiene
todos los elementos que me gusta encontrar en un libro.
Tras un prólogo inicial en que se nos
hace una revelación importante que ya condicionará al lector para el resto de
la novela, retrocedemos en el tiempo y nos situamos en el año 2010. El momento
en que Anna y Marina, dos hermanas que hace más de quince años que no se ven,
se reencuentran en un pequeño pueblo de Mallorca para vender un viejo molino y
una panadería que han heredado de forma inesperada de una mujer a la que no
llegaron a conocer.
Marina ha pasado casi toda su vida fuera
de la isla cooperando con ONGs en el tercer mundo por lo que nada le une a ese
lugar y su pretensión es volver a Etiopia una vez los tramites hayan finalizado.
A Anna el dinero le viene como caído del cielo porque le ayudará a salir de la
ruina económica en la que se encuentra su matrimonio y que le impide llevar el
nivel de vida del que ella ha gozado hasta ahora.
Pero por alguna razón Marina no puede
vender la panadería hasta averiguar quién fue Dolores Molí, la panadera del
pueblo, y porqué les ha dejado a ellas su legado. Así que decide quedarse algún
tiempo en la isla y mientras intenta descubrirlo tendrá que enfrentarse de
nuevo a los conflictos familiares que separaron a las dos hermanas…
Pan
de limón y semillas de amapola es una novela
delicada, cuidada, que desborda emociones y que destila sensibilidad. Esto ya
se intuye desde la primera página momento en que Cristina Campos te atrapa en
un historia que nos habla del pasado y el presente, de sueños, de amistad y
lealtad, de amor, de libertad y de secretos
que quieren ver la luz. Son diversas cuestiones las que nos inquietarán desde
el principio ¿Qué pasó entre las dos hermanas para que se alejaran durante
tanto tiempo? ¿Por qué Dolores Molí las ha hecho herederas?
Hay un tema que destaca en la novela y
es la maternidad. A través de sus diferentes personajes nos muestra diferentes
formas de vivirla. Nos habla del instinto maternal, del sacrificio, de madres
que no pueden ofrecer amor a sus hijas, de la incapacidad de entenderse y
comunicarse entre ellas y de como este vínculo puede repercutir en la vida
adulta entre otros matices.
Las dos protagonistas principales son
Anna y Marina, dos hermanas con caracteres muy diferentes que han optado por
tomar diversos caminos en su vida. La mala relación con su madre hizo que
Marina abandonara muy joven el hogar familiar, primero a estudiar medicina y después
viajando por todo el mundo y colaborando con diferentes organizaciones
humanitarias. Si ha consagrado su vida a los demás nunca ha querido establecer
un hogar propio a pesar de que ha encontrado al hombre de su vida. Anna en
cambio, nunca salió de Mallorca, se casó con un empresario que le proporcionó
una vida de lujo pero que la anula como persona y a quien ella duda si algún
día llegó a amar. Ahora en la ruina, y con una hija adolescente con quien no se
entiende demasiado bien, su vida se ha convertido en un amargo día a día. La
autora retrata estos dos personajes de forma perfecta, con tanta exactitud que
las comprendemos a la perfección. Sus sentimientos, emociones nos harán
empatizar con ellas y cogerles cariño al final.
En la novela hay otros muchos personajes
al os cuales la autora ha dejado su propio espacio de forma que todos ellos
están muy bien caracterizados y transmiten algún tipo de sensación al lector.
La novela se desarrolla en un pequeño
pueblo de Mallorca llamado Valldemossa en donde se encuentra la antigua panadería
de dolores Molí y donde la vida transcurre con tranquilidad, en la que todo el
mundo conocen la vida de los demás pero sus habitantes guardan los secretos del
pasado. Marina descubre que se siente allí muy a gusto y comenzará a
redescubrirse a sí misma.
La prosa de Cristina Campos es
evocadora, delicada y cercana con un ritmo para tomar con calma y dejarse
llevar. No solo está muy bien narrada y profundiza en la caracterización de sus
peonajes sino que a nivel de trama está muy bien lograda y desarrollada, de
forma sólida. Tira de muchos elementos, muchos personajes e historias pero
consigue enlazarlo todo con naturalidad. Los planos temporales se van
superponiendo sin ningún orden establecido para que conozcamos el pasado y el
presente de sus personajes. El título tiene un significado especial y antes de
comenzar cada capítulo nos encontramos la receta para la elaboración de un tipo
de pan. Su final, aunque ya se nos desvela en el prólogo nos deja un final
agridulce que nos emocionará.
Conclusión
Pan
de limón con semillas de amapola ha sido una grata
sorpresa. Se trata de una novela dotada de muchísima sensibilidad y delicadeza,
con personajes que se ganan tu corazón y un profundo análisis de las emociones.
Ha sido todo un placer leerla.