Título: El cordero que conquistó París
Autora: Catherine Siguret
Publicación: Suma de Letras, enero de 2016
Páginas: 300
Una comedia loca, original y mordaz. Una sátira sobre el amor. Un apasionado canto a la libertad. ¿Qué hay de malo en querer vivir con un cordero en la plaza más de París? Alice adora los corderos desde que era pequeña. Hasta el punto de que decide convertir en realidad su sueño de infancia y viajar a Córcega para adoptar un simpático ovino que instala en su apartamento de París. Pero entre sus vecinos de la muy chic Place des Vosges este tipo de extravagancias no pasan inadvertidas. Firmemente decidida a desafiar las prohibiciones y las convenciones sociales, Alice va a demostrar que convivir con un animal lanudo no es más absurdo que pasar la vida al lado de cualquier estúpido humano. Y para ello no le importará enemistarse con todos los que la rodean y mover cielo y tierra antes que abandonar el plan. Así, crea un movimiento de apoyo a su cordero parisino y emprende la guerra contra sus vecinos contratando a un abogado. Y no precisamente cualquier abogado, sino aquel por el que está loca desde hace meses... el hombre misterioso de la Place des Vosges.
Mis impresiones
Cuando me encontré con esta novela entre las manos lo primero que pensé es que El cordero que conquistó París era una novela tipo chicklit o en todo caso que sería una de esas comedias de tono ligero en las que vas pasando las páginas sin darte la cuenta. Pero me equivoqué y no ha resultado ser ni una cosa ni la otra.
“Todas las noches, decenas de corderos titilaban en la bóveda negra del techo de mi dormitorio, una obsesión que me tenía el corazón abierto, como un nenúfar sobre un estanque una mañana de primavera, los ojos abiertos, la boca abierta; y valoraba cómo la gente se pasa un poco cuando recomienda contar ovejas para dormir, porque las ovejas también se mantienen muy despiertas. El motivo es que todo el mundo, en su fuero interno, sueña con tener un cordero, fundamentalmente porque se tiene en pie y su mirada es noble, y eso es algo importante en los tiempos que corren.”
Así entramos en la historia y así conocemos la obsesión que Alice, la protagonista, tiene por los corderos desde que siendo tan solo una niña se enamoró de uno pequeño y adorable. Ha pasado mucho tiempo y ahora, a sus cuarenta y cuatro años, ha decido adoptar uno. Le parece el ser ideal para compartir su vida. Pero se encontrará con la rotunda oposición de los vecinos del edificio de la Place des Vosges, el lujoso y exclusivo lugar donde Alice vive en París. De esta forma empieza una particular cruzada para conseguir que acepten al animal. Intentará convencerles por todos los medios incluso ya puestos a las malas intentará contratar un abogado que defienda su causa ante los juzgados, el último recurso que tiene en mente si las cosas no salen bien.
El cordero que conquistó París es una lectura extraña y extravagante que tiene mucho de locura. La historia nos narra el periplo de una mujer que obsesionada por los corderos desde la infancia intenta convencer al mundo de que si es posible tener como mascota un perro o un canario, no resulta imposible tener como compañero a un animal como este. La novela es una comedia narrada con un tono irónico y donde el humor nos lleva a situaciones disparatadas. Yo no soy una lectora que abiertamente conecte con el género humorísticos y si ha habido situaciones que me han parecido divertidas no he logrado sacarle del todo punta a este aspecto de la novela. Me cuesta reírme con un libro y este no lo ha logrado. Pero claro esto ya son gustos particulares de cada uno.
Y es que más que humor yo creo que la trama de la novela solo es la excusa que Catherine Siguret, la autora, utiliza para realizar una feroz crítica sobre la sociedad en que vivimos. La hipocresía, las mentiras que nos contamos a nosotros mismos y a los que rodean, las relaciones amorosas, la intolerancia a los que viven de forma distinta, la carencia de personalidad son algunos temas que trata. Todo ello está basado en las convenciones preestablecidas de forma popular aunque no escritas en ningún lado. Alice apuesta por la libertad, por romper los moles y ser y vivir cada uno como quiere y necesita. Y será a través de sus vecinos, un grupo de snobs a quienes les sobra el dinero, como nos lo muestre.
Y Alice es uno de los personajes más peculiares con los que me he topado en la literatura. Creedme que hay pocos los que presenten sus particularidades. A sus cuarenta y cuatro años vive en un lujoso y exclusivo edificio de Paris. Es una mujer liberal, alocada, con mucha seguridad en sí misma que tiene muy claro lo que quiere y una forma muy particular de entender la vida. Está enamorada en secreto de un desconocido y mientras él no sabe nada ella se entretiene con otros hombres que pasan por su vida. Es una gran observadora y conoce a la perfección lo que ocurre en los siete hogares con los que comparte espacio en la Place des Vosges, un lugar donde vivir es un privilegio. Pero allí encontrará una rotunda oposición a la posibilidad de cumplir su sueño. Hombres que han hecho de la infidelidad un modo de vida y esposas que vuelven la cara a esta circunstancia, parejas que no dedican el tiempo suficiente a sus hijos, personas amargadas y enfadadas con el mundo u otros que tienen problemas con sus identidades sexuales son algunas de las características que nos vamos a encontrar en ellos.
Y a mí Alice no ha logrado convencerme con eso de tener un cordero en casa. Sí, un cordero blanco y sedoso puede resultar un animal adorable pero al crecer se convierte en una oveja o un carnero. Y por un lado no soy partidaria de sacar a un animal de su ecosistema y por otro ¿alguien sabe el olor que desprende este animal? Yo desde luego no lo metería en una casa.
Sin embargo Alice está tan empeñada en conseguir su cordero que incluso viaja a Córcega para conseguir uno. Ahí la autora aprovecha el escenario para contraponer la vida en una gran ciudad como es París al entorno rural en Córcega. Dos formas casi opuestas de concebir el mundo en muchas facetas como las relaciones personales, las amorosas, las creencias, el trato, etc.
Al principio decía que esperaba que la novela estuviese narrada en un tono ligero y aunque se lee de forma fluida la escritura está muy medida y elaborada con muchos giros lingüísticos, pero además muy marcada por las reflexiones que la protagonista va haciendo, en primera persona, sobre muchos aspectos de la vida. Al final Alice se encuentra en una encrucijada y tendrá que escoger.
Conclusión
Creo que El cordero que conquistó París no es una novela recomendable para todo el mundo. Resulta entretenida, fresca y oringinal pero yo no he conectado del todo con el tipo de humor que propone. Destaco la parte critica que hay en ella y que si aquí el sujeto problemático es el dichoso cordero nos indica que hay que salirse del rebaño y vivir como uno quiera.
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