Título: El niño que amaba
a la luna
Autor: Rino Alaimo
Publicación: Picarona,
octubre de 2016
Páginas: 40
Edad: + 5 años
Tamaño: 22,9 x 22,9 cm
Bella adaptación de un cortometraje del propio autor, El niño que
amaba a la luna es la historia de un niño que cruza los mares más profundos
y acaba enfrentándose a los dragones más temibles para conseguir el amor
verdadero. Se trata de una metáfora que nos muestra que en la vida, por muy
duras que se presenten las cosas, nunca debemos abandonar nuestros sueños.
Mis impresiones
Este mismo mes de octubre Picarona ha publicado la versión en papel de
la adaptación de un cortometraje de Rino Alaimo de título homónimo. Me ha
parecido un álbum ilustrado muy especial.
Se trata de El niño que amaba a
la luna. Es una historia preciosa en la que se nos cuenta como hace muchos,
muchos años, durante una noche de junio en que la luna resplandecía de forma
fulgurante un niño que la observaba con la ventana abierta se enamoró de ella.
El niño estaba decidido a ganarse el cariño de la luna y para ello lo
intentó de varias maneras. Primero ascendió y le ofreció una bella rosa que a
la luna no pareció impresionarle. Como no funcionó se embarcó en un largo viaje
a través de mares embravecidos para encontrar la más exquisita de las perlas
que se escondía en las profundidades oceánicas. Pero la luna tampoco se inmutó
y de nuevo rehusó el regalo. El niño estaba muy triste y con el corazón roto luchó
contra una gran bestia para arrancarle su ojo de diamante pero la luna tampoco
encontró valor en su regalo… ¿Logrará el niño el amor de la luna?
A través de esta historia tan bonita El niño que amaba a la luna nos habla de la perseverancia. De que
hay que luchar para conseguir los sueños cueste lo que cueste. Si no es de una
forma puede ser de otra. Pero además también nos muestra que las posesiones no
son lo más importante que tenemos por muy grande que sea su valor. A veces
anhelamos cosas sencillas que no hemos tenido nunca o incluso nos puede
complacer observar algo que nunca hemos visto antes.
Las ilustraciones son sencillamente espectaculares. Sobre
un fondo oscuro el autor resalta el resto de los elementos en un intenso tono
dorado con el que consigue un gran contraste de forma que las hace muy
llamativas. Las imágenes además tienen un cierto aire a fábula con las
connotaciones que conlleva el texto. Salvo una escena, que no he querido enseñaros, todo transcurre bajo un cielo negro y estrellado que me ha parecido realmente muy especial.
