jueves, 9 de julio de 2015

Volver a Canfranc - Rosario Raro



Título: Volver a Canfranc
Autora: Rosario Raro
Publicación: Planeta, abril de 2015
Páginas: 512

Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitación secreta, varias personas contienen la respiración mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvástica ondea sobre la playa de vías. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.

Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentía que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judíos consiguieran atravesar esta estación mítica. Además de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se llamó Canfranc.

Mis impresiones

Pocos reclamos me resultan tan atractivos como las historias ambientadas en el periodo de la II Guerra Mundial. A través de diferentes novelas he podido comprobar no solo que en cada uno de los países que estuvieron implicados directamente se vivió de una manera sino que además hay muchos episodios que no han trascendido tanto y que son apenas conocidos. Un buen ejemplo de ello es lo que se nos narra en Volver a Canfranc, una novela que sitúa la acción en un lugar que resultó clave para la contienda y la vida de miles de judíos.

La historia comienza en la Estación de Canfranc (Huesca) durante el mes de marzo de 1943 que está vigilada y controlada por las tropas alemanas tras haberse instalado allí una brigada de Alta Montaña de Baviera, agentes de las SS y miembros de la Gestapo. La estación es una confluencia de viajeros que suben y bajan a los diferentes trenes y otros que ocupan el Hotel Internacional esperando la salida a sus destinos.

Pero a la sombra de todo este bullicio tres personas están cambiando la vida de miles de judíos ayudándoles a cruzar la frontera de forma clandestina hacia otros destinos donde podrían salvaguardar su existencia. Laurent Juste, el jefe de la aduana, Jana Belerma, una camarera del hotel, y Esteve Durandarte, un bandolero y traficante, se juegan su propia vida sembrando la esperanza….

Volver a Canfranc no ha resultado ser la novela que yo esperaba. Lo cual no es ni bueno malo, simplemente no se adapta a la idea que yo me había preconcebido de ella. Quizás es la razón por la que me costó un poco situarme y entrar en la historia pero finalmente ha resultado ser una lectura muy interesante que me ha desvelado una parte de la historia que yo desconocía por completo. No es otra novela más que se centre en los judíos sino que aborda el tema centrándose en aquellas personas que, como los protagonistas de esta historia, se jugaron su propia vida desde la Resistencia para salvar a otros luchando de forma clandestina contra un régimen que sembraba del terror. Aunque esta historia junto a muchos de sus personajes es ficción está inspirada en la realidad. A partir de esta línea principal también  se van entroncando en ella las vidas de sus personajes, algunos secretos que esconden y una historia de amor que suma alicientes adicionales

La estación de Canfranc unía a España y Francia a través del puerto de Somport traspasando los Pirineos y resultó ser un enclave estratégico para las comunicaciones durante la II Guerra Mundial (y después para la liberación de Europa). Esto no paso desapercibido para los alemanes que a principios de 1942 se hicieron con el control de la misma. Una de  cosas que más me han llamado la atención en ella es el ambiente opresivo y cargado de tensión que reinaba en la estación y que se respira a lo largo de toda la novela. Vigilada constantemente por el ejército alemán, los movimientos durante la noche, las conversaciones en susurros, los encuentros furtivos y las personas escondidas van dejando cierta inquietud en el lector.

Pero también fue el lugar idóneo para escapar de las garras del nazismo y no solo fueron solo judíos sino también gitanos o cualquier otra persona que no se acomodara a los preceptos del régimen los que atravesaban los Pirineos para refugiarse en otros países donde encontrarse a salvo. Incluso pasaron personalidades tan conocidas como Marc Chagall, el pintor, el artista Max Ernst, la compositora Alma Mahler o el escritor Thomas Mann. Esto nos lo cuenta la autora en el prólogo del que se desprende que ha debido realizar un gran trabajo de investigación para documentarse teniendo en cuenta que no es de los episodios más conocidos de la contienda y además dándole forma y adaptándolo a la ficción (con  ciertas licencias literarias).

En Volver a Canfranc nos narra acontecimientos que recogen momentos tan singulares como cuando se cantó La Marsellesa con la liberación de París, nos habla del trafico de oro para subvencionar la guerra, el funcionamiento de las redes de espionaje, el papel de las embajadas, los libros para transmitir mensajes en clave o de los lugares de encuentro para intercambio de información.

En la novela destacan principalmente tres personajes. Uno de ellos es el francés Laurent Juste destinado en la estación como jefe de aduana. Su figura está inspirada en Albert Le Lay, que desempeñaba el trabajo homólogo al personaje en la novela. Y al igual que Laruent, se opuso firmemente al régimen nazi y al gobierno francés desarrollando una gran labor humanitaria de forma completamente altruista y jugándose su propia vida. Jana Belerma, especialista en falsificar documentos y el bandolero Esteve Durandarte son en cambio producto de la imaginación de la autora pero que bien podrían haber existido. Son figuras valientes, comprometidas con la causa y desinteresadas que nos dejan asomarnos a sus emociones y que están dibujadas con realismo.

Volver a Canfranc está escrita con un estilo muy depurado, quizás no resulta una novela excesivamente ligera pero tanto los escenarios como las situaciones y personajes están muy logrados. Además Rosario Raro incorporao dosis adicionales de intriga a través de las diferentes subtramas y algunos guiños literarios que siempre nos gusta encontrar.

Conclusión

Volver a Canfranc es una novela tan sustanciosa como interesante, narrada con pulso firme y determinación que nos cuenta un episodio menos popular de la historia pero que resulta muy interesante.