viernes, 29 de mayo de 2015

Malemort, el Impotente - Guillermo Roz



Título: Malemort, el Impotente
Autor: Guillermo Roz
Publicación: Alianza Editorial, marzo de 2015
Páginas: 254
 
Intentando descifrar los enigmas del padre que no conoció, la voz de Milagros nos conduce por una vida asombrosa. Todo empieza en Aveyron, sur de Francia, a finales del siglo XIX. Malemort, un joven campesino enamoradizo, cae flechado por Juliette con la que se casa al poco tiempo. Pero las ansias de ésta por tener una vida mejor hacen que el matrimonio sea fugaz. Voces malintencionadas hacen correr el rumor de que la razón del fracaso matrimonial ha sido la impotencia de Malemort.

Desesperado y abandonado por todos, aparece un salvoconducto a su drama sentimental: un barco a Argentina para empezar una nueva vida como colono. Ni la travesía ni la llegada al desierto pampeano será lo que Malemort había soñado. Sólo su perseverancia y un giro del destino le resarcirán de los agravios sufridos.

Mis impresiones

Malemort, el Impotente es una de esas novelas que pasan fácilmente desapercibidas a ojos del lector pero que una vez te sumerges en ella desde la primera página te sorprende. Ha sido un libro que me ha gustado muchísimo tanto por su historia como la original forma en que está narrada. Además me ha dejado la certeza de que en el futuro leeré otros trabajos del autor.  La novela resultó ganadora del XVI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones.

“Podría empezar a contar la vida de mi padre con la historia de su primer amor, porque esa primera batalla quizás explique todas sus guerras. Pero de todos es sabido que las claves secretas de las gestas humanas se encierran en los antecedentes familiares. La explicación de toda historia se esconde en la prehistoria”

Así comienza Milagros, la hija de Malemort a quien llamaban el Impotente, a contarnos la historia de un padre que nunca llegó a conocer. Toda una vida en que con solo algunos objetos y lo que su madre le pudo contar se convirtió en una figura muy presente y sobre la que siempre sintió curiosidad. Tal fue la insistencia que llegada a cierta edad su madre decide poner en sus manos el diario que dejó escrito su padre antes de morir.

La historia comienza a mitad del siglo XIX en un pueblo del sur de Francia llamado Aveyron. Malemort se dedica a trabajar en el campo cuidando los viñedos de la familia, esos de los que su padre ha encontrado la manera de desprenderse. Pronto el joven se da cuenta que su verdadera pasión son las mujeres y se dedica a juguetear con ellas hasta que Juliette se cruza en su camino. Profundamente enamorado consigue que la joven acepte su propuesta de matrimonio pero este enlace no va a durar mucho tiempo. Inmediatamente surge el rumor de que el fracaso  de la relación se debe a la impotencia de Malemort.

Este asediado por los comentarios y despreciado por su madre decide poner tierra de por medio y se embarca hacia una colonia en argentina con un grupo de gente que tiene el mismo objetivo que él: empezar una nueva vida y olvidarse de la miseria de la anterior. Pero allí las cosas son más difíciles de lo que habían pensado y quizás toda una vida no baste para resarcirse y acallar las voces de los demás.

Malemort, el Imponente es una novela con muchísima personalidad, con un estilo narrativo muy rico y plagada de detalles interesantes que te hacen disfrutar con cada palabra. Puede parecer una historia más sobre un hombre que emigra a las colonias (y no lo es porque no nos presenta las mismas características) pero la novela nos habla de un hombre que lucha contra las adversidades, que intenta escapar continuamente de los continuos fracasos que va experimentando y vuelve a levantarse cada vez que cae. Un personaje con quien el destino tiene ganas de jugar. Se trata de una novela en la que convergen muchas cosas y en su justa medida. Hay algo de amor y desamor, actos delictivos, un poco de historia, algo que te hace reflexionar y mucho amor propio.

“Siento la palpitación de mi padre en ese día, sus piernas temblonas, la ansiedad y el miedo, la ilusión y la ignorancia, la juventud que sabe bien que todo lo puede. Malemort viene en ese ayer entre los ayeres, viene siempre en ese barco de fantasía y misterio, viene al encuentro de esa tierra plana en la que escribo esta semblanza que es memoria, dolor, conciencia de que hay un héroe en cada hombre que se sube a un barco” (Página 107)

Malemort huye del desamor, de una madre egoísta que lo desprecia y de los rumores que le hacen menos hombre. ¿Pero serán verdad esos rumores? Es algo que el lector no llega a tener muy claro hasta el final de la novela. De él se dice que es impotente y en esa época en ese contexto en el que vive es una de las cosas peores que le puede pasar a un hombre. En la novela vemos la presión que siente de los demás, el dolor de la pérdida de un amor, el daño que los comentarios, las miradas o el recelo de los demás puede hacer en la vida de una persona hasta el punto de obligarle a abandonar todo y huir. Pero la novela también nos habla del sentimiento de desarraigo, el hecho de no pertenecer a ningún lugar y la pérdida de la propia identidad.

Me gustan mucho los personajes que se comportan con ciertas extravagancias como el padre de Malemort que aún sin ser una figura claramente protagonista deja un poso en la historia. La de un hombre que no quiere desempeñar el papel tradicional que le corresponde por su condición de padre y familia. Malemort es un personaje victima de las circunstancias, de los demás y de la mala suerte. Aprende de sus errores, tiene miedo, duda, toma decisiones precipitadas, otras veces no es capaz de dar un paso y obtener lo que quiere, sentimientos que todos compartimos y que le hacen muy humano.

La novela nos relata un hecho histórico real. Se trata de la fundación de la colonia francesa de Pigüé a finales del siglo XIX. Tras la “Conquista del desierto” el gobierno argentino pretendía hacerse con el control de la Patagonia. Ofreció el terreno a Europeos que llegaron con lo puesto y con el sueño de encontrar un hogar y prosperidad y sin miedo a trabajar. Gente que acudió engañada y al poner el pie en tierra se decepcionó al encontrarse con un eral. Me ha gustado mucho conocer como se asentaron allí superando la decepción, como repartieron el terrero, los primeros pasos, el trabajo duro en el campo, el diseño de las calles y sus casas hasta construir de la nada el que sería su hogar.

La novela está narrada en tercera persona por la hija del protagonista, de una forma muy condensada en la que caben muchas historias dentro de la principal y con un ritmo generoso que no decae en ningún momento. La prosa precisa y con personalidad. Existen en ella además frases muy sustanciosas que apetecen releer y que te dan para pensar. Y con un final emotivo que te deja un buenísimo sabor de boca.

Conclusión

Malemort, el Impotente es una historia muy emocionante, narrada de forma exquisita que se lee con un constante regusto agradable y que te deja una buenísima sensación final.