Título: No llores
Autora: Mary Kubica
Publicación: Harper Collins, enero de 2018
Páginas: 315
En el centro de
Chicago, una chica llamada Esther Vaughan desaparece de su apartamento sin
dejar huella. Entre sus posesiones hay una turbadora carta dirigida a un
“Cariño”, lo que hace que su amiga y compañera de piso, Quinn Collins, se
pregunte dónde se habrá metido Esther y si será la persona que ella creía que
era.
Mientras tanto, en
un pequeño pueblo costero de Michigan, a una hora de viaje de Chicago, una
misteriosa joven aparece en la cafetería donde Alex Gallo, un chico de
dieciocho años, trabaja de lavaplatos. Inmediatamente el chico se siente
atraído por su carisma y su belleza, pero lo que empieza como un inocente
enamoramiento pronto se convierte en algo mucho más oscuro y siniestro de lo
que él imaginaba.
Mientras Quinn
busca respuestas sobre Esther y Alex se deja arrastrar por el hechizo de la
desconocida; la maestra del suspense Mary Kubica ofrece al lector un viaje
emocionante con un sorprendente final que demuestra que, por muy rápido que
corramos, el pasado siempre acaba por alcanzarnos.
Mis impresiones
A Mary Kubica la conocí con Una
buena chica, un thriller psicológico que me gustó y disfruté mucho y que
fue la novela con la que la autora debutaba en la literatura. No llores es su tercera obra y como la
segunda también se centran en el mismo género: el suspense psicológico.
“Viéndolo con perspectiva, debería haberme
dado cuenta de inmediato de que algo iba mal. El ruido ensordecedor en mitad de
la noche, la ventana abierta, la cama vacía. Más tarde, achaqué mi indiferencia
a una serie de cosas, desde el dolor de cabeza hasta el cansancio, pasando por
la estupidez absoluta.
Pero aun así.
Debería haberme dado cuenta de inmediato de
que algo iba mal.”
La historia se sucede a través de dos líneas argumentales
que se desarrollan de forma paralela en el tiempo y alternativamente. Por un
lado nos centramos en un barrio de Chicago llamado Andersonville en donde Quinn
Collins despierta una mañana después de una noche de fiesta y excesos y
descubre que su compañera de piso, Esther, ha desaparecido. Todo indica que
Esther se fue por la escalera de incendios. Mientras espera, pasan las horas y
la joven no vuelve Quinn comienza a cuestionarse qué ha pasado y al entrar en
su habitación descubre una serie de pistas que parecen revelar que su compañera
no era quien decía ser.
Por otro lado nos situamos en un pequeño pueblo de
Michigan en el que vive un joven de dieciocho años llamado Alex Gallo. Un día aparece
repentinamente una joven en el bar en donde trabaja (para mantener a un padre
que no hace más que gastarse lo poco que tiene en alcohol). No es la temporada
en la que suelen acudir turistas y a Alex no le pasa desapercibida su
presencia. La joven le atrae irremediablemente y se da cuenta su fijación por
la consulta de un psiquiatra que hay al otro lado de la calle. Su comportamiento
en un tanto extraño e intentará acercarse a ella de cualquier manera.
Estas son las dos líneas argumentales que principalmente
se van desplegando poco a poco en una historia en que muchos interrogantes se
van instalando en la mente del lector. ¿Es la misma chica quien desparece de un
lado y aparece en otro? Una pregunta cuya respuesta parece muy obvia pero en
esta novela no hay que dar nada por sentado. Si lo es ¿Por qué ha llegado al
pueblo? Y si no ¿Dónde está Esther? La autora juega un poco con las
percepciones del lector, cambiándolas según se desarrollen los acontecimientos,
y sobre todo con esos dos puntos de vista limitados que nos presentan sus dos
narradores.
Son dos los personajes que dirigen principalmente la
historia. Por un lado tenemos a Quinn, una chica que trabaja como ayudante de
proyectos para un prestigioso bufete de abogados que apenas le ofrece la posibilidad
de vivir fuera de casa, una de sus prioridades. Por esto buscó una compañera de
piso y Esther se convirtió en una gran amiga. Un personaje que pasa por varias
fases durante la novela. De la sorpresa inicial, la incredibilidad, la duda, la
preocupación, la culpa, hasta la completa paranoia. Quizás Esther la ha abandonado
porque es una mala compañera de piso, porque no paga las facturas, porque es
desordenada. Pero también cree que si le ha pasado algo y ella esa noche se
hubiese quedado en casa podría haberlo evitado. Estas entre otras premisas que
baraja el personaje.
Alex es un joven inteligente, despierto y sensible que se
siente muy solo. Todos sus amigos del pueblo se han ido a la universidad mientras
él decidió quedarse en el pueblo y trabajar en un restaurante que odia y vivir
junto a un padre que sumido en el alcohol está siempre ausente. Además vive
traumatizado por el abandono de su madre cuando era muy pequeño, una mujer
lejana y fría que nunca se dio demasiado afecto ¿Porque se marchó? Cuando
aparece la joven desconocida siente la posibilidad de acercarse a ella y se
queda un poco colgado. Al final solo busca un poco de cariño. Es un personaje
que psicológicamente está muy bien desarrollado.
También hay más personajes en la historia. Algunos de
ellos, aunque en principio parece que no tengan mucha trascendencia, a la larga
veremos que tienen su razón de ser.
La autora tiene un estilo narrativo y fluido que se toma
con agilidad y que no cuesta nada leer. De hecho es una de esas novelas que
quieres y puedes devorar. He disfrutado mucho de la tensión que se respira en
la novela, de ese aire enrarecido que aparece en torno a la desparecida y como
de forma sostenida Mary Kubica nos va dando la información a modo de piezas de
un puzzle que tenemos que ir encajando. Los dos narradores lo hacen desde su
perspectiva particular por lo cual es necesario que se emita cierta información
que de otra manera no hubiera tenido sentido esconder al lector.
Los secretos saldrán a la luz al final y para mí la mayoría
han sido inesperados. Como he dicho antes hay otros detalles y apuntes que en
principio puede parecer que no tengan mucho que ver con la historia pero al
final todo lo que nos cuenta tiene un sentido y una razón de ser.
Conclusión
Tensión, suspense, incógnitas y secretos por descubrir son
las premisas de No llores. Una novela
perfecta para evadirse de todo y dejarse arrastrar por las conjeturas que vas
elaborando mientras los personajes narran sus historias. Es una historia que
seduce y atrapa y que sobre todo resulta muy entretenida.s