Título: El origen
del mal
Autor: José Carlos
Somoza
Publicación:
Ediciones B, enero de 2018
Páginas: 400
Un conocido escritor recibe de manos de un
amigo librero un misterioso manuscrito. Son más de doscientas páginas, escritas
a máquina y fechadas en 1957. El encargo es muy preciso: debe leerlo en menos
de 24 horas.
Intrigado, el novelista comienza a leer y se
encuentra con una historia de secretos y traiciones contada por Ángel Carvajal,
un militar español de la Falange que actuó como espía en el Norte de África.
Mis impresiones
A pesar de que José
Carlos Somoza ha escrito ya varias novelas este ha sido mi primer acercamiento
a él. No sabía muy bien qué esperar del autor ni con respecto a la historia,
cuya sinopsis es bastante escueta, ni de su forma de narrar. Aquí os dejo mis
impresiones.
“Estoy muerto. Me mataron un día de
septiembre de 1957 de un balazo en la cabeza. Contar mi muerte era el propósito
inicial de esta torpe página que martirizo con una máquina de escribir. Pero
acabo de descubrir algo, o mejor, dos cosas: no puedo explicar mi muerte sin
antes explicar mi vida, por lo que quizás el relato me lleve más tiempo del que
creía; y también he sabido, con cierta sorpresa, que la vida en la muerte puede
ser aceptable, incluso deseable, a condición de reencontrarte con aquellos a
los que amas. Si no es así, que el Señor me perdone, la vida, eterna o no,
carece de interés.
Mi vida no tiene sentido sin ti.”
En El origen del
mal nos vamos a encontrar una historia dentro de otra. Comienza cuando un
escritor recibe de su amigo librero unas misteriosas fotocopias de un libro que
alguien le ha dejado y que debe leerlo en menos de 24 horas. Esas doscientas
páginas, escritas a máquina y fechadas en 1957, tienen subrayados y anotaciones
y son las que nos sumergen en una segunda historia.
La de un hombre llamado Ángel Carvajal, nacido en
Valencia en 1917, hijo y nieto de militares y con una vida poco estable. Si
pasó su infancia de un lugar a otro este también sería su modo de vida en el
futuro. Se convertiría en militar de la
Falange y varios serían sus destinos. Incluso le encomendaron ser espía en el
Norte de África.
Esta es una novela que te sorprende desde el principio.
Con una primera frase muy potente en que el autor de El origen del mal, que da título a ambas novelas, pero se refiere
al manuscrito, declara estar muerto. Ya es toda una declaración de intenciones.
Y aunque empiece por el final vuelve al principio para contarnos su vida dentro
de la Falange. Primero luchará en la guerra del lado franquista y luego pasará
por dientes despachos. Interventor en Tetuán, Vicecónsul en Casablanca para
entre otros terminar encomendado a ser espía en los años cincuenta. Una carrera
ascendente y una buena vida en la que detrás hay cosas que ni se imagina.
A lo largo de los años contará con su amigo Elías Roca,
un personaje enigmático que aparecerá en ciertos momentos y que luego tendrá
una importancia vital en la historia. Serán años de amistad los que unan a
estos dos personajes.
Aunque es una
historia con personajes ficticios se ha inspirado en un personaje real para
escribirla. Se trata de Víctor Mártínez-Simancas, miembro de los servicios de
inteligencia españoles en el norte de África. Y todo ese proceso de
documentación, que ha debido ser muy extenso, se nota al leer la novela. Me ha
resultado una lectura interesante que transcurre a un ritmo bastante rápido. Aunque
al principio me costó un poco centrarme y saber lo que quería contar el autor. O
más bien no sabía muy bien hacia donde quería ir. Pero luego descubrí un relato
bastante concentrado que refleja perfectamente las incertidumbres de la época
franquista. Pero Somoza no va a lo evidente ni lo obvio sino a lo que se vivía
de forma secreta y clandestina.
El relato de Ángel Carvajal
además le da la oportunidad de reflexionar sobre la lucha por los ideales pero
sin embargo su protagonista parece ser un poco inocente respecto del lado en el
que lucha. La manipulación, las medias verdaderas, los conflictos ocultos, las
personas que realmente estén de su lado serán cosas que tardará en comprender. En
Marruecos vive un poco ajeno a todo eso que sucede en España, a toda esa
represión, al aislamiento político que vivió en país en esa época y la
situación política.
Cuando regresamos a
la actualidad, a la parte del escritor que ha leído el manuscrito completamente
absorto, nos damos cuenta de otra realidad. Una historia oscura y truculenta
escondida en el manuscrito que está sucediendo en ese mismo momento y que
alguien quería que el escritor conociera. Un mensaje cifrado que terminará por
sacar a luz un delito. Y es cuando la novela adquiere otro cariz. Ya no es el
relato de la vida de un hombre sino un thriller. Pero de esto creo que ya no se
puede hablar mucho más. Solo deciros que me ha resultado muy interesante esta
última parte y si he leído la novela con tranquilidad aquí mi velocidad lectora
se acentuó ávida de conocer lo que iba a pasar. El final me ha gustado mucho. Hay
varias sorpresas que nos esperan aunque quizás yo lo hubiese contado de otra
manera. Y solo una pega más. El Valle de la Serena y Campanario no están en la
comarca de la Siberia sino en La Serena. Conociendo la zona no podía dejarlo
pasar.
Como hay dos
narradores, dos escritores, hay dos estilos diferentes de narración. El de Ángel
es concentrado, denso y elaborado mientras que en la parte del presente podemos
observar un estilo que, aunque sigue siendo cuidado y elaborado es más directo
y accesible. Es una novela donde la narración predomina sobre todo en ese
manuscrito que vamos a ir leyendo y está narrado en primera persona. Aunque hay
una cuestión que nos intriga desde el principio ¿Quién lo escribió si desde el a
primera frase se asegura su autor que está muerto? ¿es una historia real o es simplemente
literatura?
Conclusión
El origen del mal es una historia diferente de espías, secretos,
traiciones y luchas por los ideales. Quizás no sea una lectura para todo el
mundo pero me ha parecido muy interesante y enriquecedora. Un tema que se ha
tocado muchas veces pero que Somoza nos lo muestra desde otra perspectiva.