Título: El conde de Montecristo
Autor: Alexandre Dumas
Publicación: Navona, noviembre de 2017
Páginas: 1261
El conde de Montecristo es uno de los clásicos más populares de todos los
tiempos. Desde su publicación, en 1844, no ha dejado de seducir al gran público.
Edmond Dantès es un joven marinero, honrado y cándido, que lleva una
existencia tranquila. Quiere casarse con la hermosa Mercedes, pero su vida se
verá arruinada cuando su mejor amigo, Ferdinand, deseoso de conquistar a su
prometida, le traicione vilmente. Condenado a cumplir una condena que no merece
en la siniestra prisión de castillo de If, Edmond vivirá una larga pesadilla de
trece años. Obsesionado por su inesperado destino, dejará de lado sus
convicciones en torno al bien y el mal, y se dedicará a tramar la venganza
perfecta. Historia transida de densidad moral, El conde de Montecristo es, hoy
como ayer, una novela amena, iluminadora y fascinante en sus múltiples
dimensiones.
Mis impresiones
Siempre he apostado por los grandes clásicos. Estoy
convencida de que además de ayudarnos a conocer la cultura literaria universal
nos aportan visiones o ideas que los libros de ahora no lo hacen. No lo digo
como una crítica, sino que la sociedad ha cambiado y nosotros nos hemos adaptado
a esta nueva forma de vivir. Pero también sé que no todos los clásicos son
fáciles de digerir, que algunos se nos atragantan y no hay forma de hacernos
con ellos. Con este miedo comencé a leer El
conde Montecristo, un clásico que está muy presente desde su publicación en
1844, por su considerable extensión. Ahora os cuento mis impresiones.
“El 28 de febrero de 1815, el vigía de Notre-Dame-de-la-Garde
señaló la presencia del velero de tres palos el Pharaon, procedente de Esmirna,
Trieste y Nápoles.
Como de costumbre, un práctico partió al
punto del puerto, costeó el castillo de If y fue a abordar el navío entre el
cabo Morgiou y la isla de Riou.
Y como de costumbre, la explanada del fuerte
Saint-Jean se había llenado de curiosos; porque en Marsella la lelegada de un
navío supone siempre un gran acontecimiento, sobre todo cuando el navío ha sido
construido, aparejado y estibado, como el Pharaon, en los astilleros de la
antigua Focea, y pertenece a un naviero de la ciudad.”
La novela comienza cuando el joven Edmond Dantés llega al
puerto de Marsella capitaneando el Pharaon.
Su capitán había muerto de unas fiebres durante la travesía y le había dejado
al mando a pesar de su juventud pero determinado por el carácter responsable,
generoso y honrado que apreciaba en el joven.
El dueño del navío, el señor Morrel, pretende que a
partir de ese momento Dantés sea el nuevo capitán y él recibe la noticia con
ilusión. Pero sin embargo sus prioridades en ese momento son ver a su anciano
padre, que vive solo y de forma muy humilde, y a su novia Mercedes con la que
desea casarse inmediatamente.
Pero el éxito o la buena fortuna del joven sembrarán la
peor envidia en tres hombres: Fernando, el primo de Mercedes que está enamorado
de ella, Danglars, encargado del Pharaon
que aspira a ocupar el lugar de Dantés, y Caderouse, un sastre que conoce de
toda la vida. Aunque este último no participa en exceso disfruta por unos
minutos de la idea del complot que los otros dos hombres urdirán y que llevará a Edmond a las mazmorras del
Castillo de If, situado en una isla en la que solo existe esa una cárcel para
presos políticos.
Os he contado el argumento de forma muy general y sin
entrar en demasiados detalles ya que son muchísimos los acontecimientos que
ocurren en esta novela, que para mí ha sido todo un novelón. Y es difícil hablar
de ella sin desvelar demasiado aunque creo que es tan conocida que a pocos os
resultará novedoso lo que cuente. Es una historia que es difícil catalogar ya
que tiene aventuras, drama, emociones, injusticias y una fuerte carga moral y
reflexiva. Esta nos lleva a pensar sobre el afán de venganza, en cómo nos ciega
y sobre las consecuencias que tienen no solo sobre a aquellos que castigamos
sino que puede ser que sin querer también hagamos daño a gente que no tiene
nada que ver.
El protagonista de esta historia, un joven de buen
corazón, noble y de buenas intenciones, será encarcelado injustamente y pasará
muchos años en un frío calabozo. Después de vivir muchas experiencias y
averiguar el motivo por el que fue apresado (durante su cautiverio nunca tuvo
conocimiento de la razón que le llevó allí) se convertirá en el Conde de Montecristo
y la venganza se convertirá en una de sus principales motivaciones. Pero no es
el único sentimiento que mueve al personaje porque sabrá diferenciar
perfectamente quienes son sus amigos y quienes sus enemigos. Con todo por lo
que pasa, la soledad, el frío, el hambre, la oscuridad durante una década,
Dantés se obsesiona con administrar la justicia, diferenciando él mismo la
bondad de la maldad.
Aunque no solo veremos sufrir a este personaje porque
también es capaz de cambiar el rumbo de su vida. Y no puedo contaros más para
no destripar la novela. Habrá otros muchos personajes inolvidables que me ha encantado
conocer como el abate Faria, a quien todos toman por loco pero que para el
lector es una figura a la que llegaremos a apreciar mucho. O el ambicioso Villefort,
a quien en cambio no le tendremos mucha estima. Cito estos por resaltar algunos
pero en la novela hay muchísimos nombres más que irán desempeñando su función
en la historia.
Si os decía antes que cogí la novela con miedo, todas
estas reservas se disiparon en los primeros capítulos porque es una novela que
te atrapa y una de las razones es su personaje pero también que es sumamente
entretenida. De hecho me ha parecido muy buena novela a pesar de que en algunos
momentos quizás sea un poco más lenta o parezca que Dumas se distraiga de su
objetivo.
La novela fue escrita en el siglo XIX y obviamente no nos
vamos a encontrar con una narrativa actual sino con un estilo algo arcaico al
que a pesar de ello no cuesta adaptarse tras unas cuantas páginas. Es una
novela en la que hay momentos muy emocionantes y otros en los que la acción
está mucho más dosificada. Hay hay momentos en los que la prosa se vuelve
bastante descriptiva, dando mucha riqueza en detalles pero obviamente
ralentizando la historia. Dumas me ha parecido un gran narrador y merece la
pena en ciertos momentos tener paciencia con él porque hay recompensa.
El conde de
Montecristo se desarrolla en diversos lugares de Francia, Italia y algunas
Islas del Mediterráneo en la primera mitad del siglo XIX. En unos años de incertidumbre
política en los que el gobierno de los países cambiaba de manos con facilidad
pero por medio de la fuerza. Creo que el contexto está muy logrado haciéndonos
una perfecta idea de la forma de vida y la organización social en la que sus
personajes cohabitan. El dinero, la ambición, el poder son aspiraciones que,
como ocurre hoy en diversos ámbitos, también lo hacían en aquel momento.
Y como dato adicional, aunque estoy segura de que ya
tenéis conocimiento de ello, deciros que esta historia es una de la más
versionadas en el cine y series, existiendo muchísimas adaptaciones en
diferentes años. No he visto ninguna a la espera de leer este libro así que no
os puedo recomendar ninguna en concreto.
Conclusión
Considero que El
conde de Montecristo es uno de esos clásicos a los que merece la pena dedicarles
tiempo. Una novela de aventuras llena de emociones y que te lleva a reflexionar
junto a su protagonista.