Título: Que vas a hacer con el resto de tu vida
Autora: Laura Ferrero
Publicación: Alfaguara, noviembre de 2017
Páginas: 295
Con treinta años
Laura deja a su pareja y abandona Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud
ha estado marcada por la relación con su padre, un hombre intolerante; su
madre, que desapareció para regresar cinco años después; y Pablo, su hermano,
que encuentra en la pintura la manera de luchar contra la enfermedad mental que
padece.
En Nueva York,
Laura empieza a trabajar en una editorial y a asistir a las clases que Gael, un
misterioso conocido de su madre, imparte en la Universidad de Columbia.
¿Quién es Gael?
¿Qué sabe él de todo lo que ha ocurrido en su familia?
Mis impresiones
Tras leer las opiniones de varias personas que hablaban
muy bien sobre este libro decidí que tenía que leerlo. Es la primera novela de
la periodista Laura Ferrero y sorprende muchísimo que en un primer trabajo
presente una novela como Que vas a hacer
el resto de tu vida. Ahora os cuento el porqué.
“Hay un hombre aquí, fuera de esta casa que
da a la playa de La Xanga. Mira el mar. Yo juraría que no es el mismo que he
visto antes de acostarme todas las noches de mi infancia. No porque el agua
haya adquirido otra tonalidad ni porque el rumor de las olas sea más fuerte. Todo
permanece intacto. Sin embargo, ya no refleja a la niña que se detenía al final
del espigón. Ni tampoco a mi hermano, el niño que siempre tenía miedo. Miedo a
nadar, a las medusas, al frío del agua y a los monstruos que podían aparecer de
improviso en las profundidades.”
Esta es la historia de Laura y su familia. Una mujer que
toma como punto de partida su mudanza a nueva York (abandonando a su pareja y
su trabajo en Barcelona) para narrarnos los acontecimientos que han marcado su
vida. Allí trabajará en una pequeña editorial y a la vez realizará un curso
sobre la literatura en el exilio. Pero no es el único motivo del viaje o al
menos el más importante. En esa ciudad busca a un hombre que ha tenido un gran
impacto en la vida de toda su familia. Y con él pretende resolver algunas
lagunas e incógnitas que llevan atormentándola desde niña.
Y así nos introducimos en la vida de Román, un geólogo
obsesionado con las islas, de Adriana, una pintora que abandonó a sus hijos,
Pablo, un niño afectado por este abandono y la propia Laura, que intenta
entender. Ninguno de ellos vive ya en Ibiza, la isla en la que una vez
construyeron un mundo lleno de incertidumbres, secretos y dificultades así como
gritos, desesperación y rabia. No había carencias económicas sino inseguridad
emocional.
“Dicen que los duelos duran un año; los del
corazón, los de la vida. Pero podían durar más. Alargarse hasta esa palabra que
me atenazaba: siempre.”
(Página 53)
La infancia es un periodo que nos marca para siempre. En
ella se ponen las bases de las personas en quienes nos convertiremos. Una época
en que no comprendemos muchas de las cosas que nos suceden o que vemos y aun
así se interiorizan y se quedan grabadas. Así Laura intentará resolver esos
recovecos oscuros que han quedado en su mente para comprender el porqué de una
familia desestructurada marcada por la tragedia y el abandono de su madre. Su
hermano y ella estarán mucho tiempo esperándola pero cuando regresa ya es
demasiado tarde aunque no se quedará definitivamente.
Una novela que podríamos decir que tiene un carácter
intimista pero que además presenta cierta intriga en torno a sus personajes. Y
me ha gustado mucho que Laura Ferrero no cree buenos ni malos absolutos. Otorga
a cada personaje parte de su culpa o los libera de otras que podríamos pensar
lógicas. Laura, la protagonista tenía doce años cuando su madre se marchó. En
ese momento no sabía muy bien las razone, aunque algunas escenas que vivió le
dieron ciertas pistas. A partir de ese momento ella misma comenzó a cuidar con ahínco
y esmero a su hermano pequeño, Pablo, mucho más débil y sensible que ella
termina cayendo en la enfermedad y la depresión. Su infancia concluyó de esa
forma abrupta, con unos gritos y un golpe. De los juegos pasó a la preocupación
permanente. También está Román, el padre, pero más ocupado en su trabajo y su
obsesión por las islas, que tienen un gran simbolismo en la novela, que por sus
hijos.
“Nosotros éramos una familia compuesta por
cuatro islas encerrada dentro de otra isla: Ibiza” (Página 13)
Laura es un personaje maravillosamente trazado. Ella
misma y poco a poco se va abriendo a nosotros, los espectadores, para narrarnos
cómo era su familia, sus dudas, sus miedos, la incomprensión y las pocas
certezas que hay en su vida. Y se desnuda hasta mostrarnos su dolor y la culpa.
Quizás todo eso le ha llevado a abandonar a Mario, su pareja. Estos y otros
temas son los que se exploran en la novela con muchísima profundidad. En ella
su autora nos deja frases maravillosas y muy acertadas que he sacado del libro,
que me han hecho reflexionar y pensar en todo ello. Y comprender que las cosas
tienen diferentes perspectivas. Que una única visión no nos puede dar la
historia completa. Así mismo el mal y el bien son relativos.
“Heredamos las mentiras de la misma forma
que se heredan el color de ojos o las fobias” (Página 80)
Que vas a hacer con
el resto de tu vida está maravillosamente narrada. Es una novela cuidada,
envolvente, plagada de matices y emociones que es muy difícil de olvidar. Una
primera novela de mérito. Está narrada en primera persona por su protagonista,
alternando lo que ocurre en el presente, el momento en que intentará dar luz a
años de oscuridad, con los recuerdos del pasado dejándonos algunas piezas
sueltas que poco a poco irá componiendo hasta un final tremendamente emocionante.
Porque ya tendremos todas las respuestas a lo que desde el principio nos
preguntamos. Porque ya conocemos ese terrible punto de inflexión que cambió
todo.
Conclusión
Que vas hacer el
resto de tu vida es una de esas novelas que no hay que dejar pasar. Es una
maravillosa historia sobre la culpa y la redención de los pecados propios. Una
novela en la que adentrarse y perderse de manos de una gran narradora que te
emociona, que te seduce y que te hace disfrutar muchísimo.