Título: El proyecto Joshua
Autor: Sebastian Fitzek
Publicación: Ediciones B, octubre de 2016
Páginas: 384
Max, el autor
fracasado, es un ciudadano respetuoso de las leyes. A diferencia de su hermano
Cosmo, encerrado en las celdas de seguridad de una clínica psiquiátrica, Max
nunca ha cometido ningún error.
Sin embargo, dentro de pocos días consumará uno de los delitos más horrorosos del que es capaz un ser humano. Solo que, por el momento, lo ignora…
Pero hay quienes sí lo saben, y están decididos a matarlo antes de que sea demasiado tarde.
Sin embargo, dentro de pocos días consumará uno de los delitos más horrorosos del que es capaz un ser humano. Solo que, por el momento, lo ignora…
Pero hay quienes sí lo saben, y están decididos a matarlo antes de que sea demasiado tarde.
Mis impresiones
De Sebastian Fitzek leí el año pasado El
pasajero 23, una novela oscura e inquietante que me gustó bastante por la
intriga y el suspense que contenía. Es un autor muy conocido y aclamado dentro
del thriller y su último trabajo se titula El
proyecto Joshua.
Tras una escena impactante de El colegio del horror, un libro que ha tenido un éxito brutal,
conocemos a su autor. Su nombre es Max Rhode y parece que la inspiración se le
acabó con esa primera novela. Desde entonces solo ha escrito libros que no han
conseguido captar mucho el interés de los lectores. Además su vida es bastante
monótona. Vive con su mujer Kim y su hija adoptiva Jola, de diez años de edad.
Un día, sin embargo, recibe una extraña llamada de un
hombre que se encuentra ingresado en la UCI a causa de las quemaduras que el
mismo se ha autoinflingido es un desesperado intento de suicidio. Max, con
curiosidad, acude a su requerimiento pero no logra aclarar mucho el objetivo
del hombre cuando este muere dejándoles solo unas palabras confusas. Mientras
se encuentra en el hospital alguien secuestra a su hija, a quien había dejado
en el aparcamiento del centro hospitalario dentro del coche. A partir de este
momento su vida se convierte en una auténtica locura, una intensa carrera por
descubrir donde está Jola, si es que aún sigue con vida.
El proyecto Joshua
es una novela perfecta para ir pasando páginas sin que te des cuenta. Tiene
intriga y misterio pero sobre todo mucha acción. En principio pensé que la
novela sería un thriller psicológico pero es más bien una novela en la que
vamos a encontrar movimiento, giros y un ritmo frenético al que se desarrollan
los acontecimientos. Sin embargo a mí todo este batiburrillo de cosas, aunque
ha conseguido intrigarme, también es cierto que me ha parecido excesivo y demasiado rocambolesco en ciertos momentos lo
que ha desembocado en poca verosimilitud. A pesar de ello creo que tiene puntos
muy interesantes que se irán descubriendo a lo largo de la misma y que se corresponden
a tramas secundarias.
Aunque a través del título no podamos obtener ninguna
información al final de la novela descubriremos cuales son las raíces y el
objetivo de ese macabro experimento que toca una de las fibras más sensibles
del ser humano. Y, aunque obviamente es una novela de ficción, puede hacerte plantearte en qué medida
exponemos nuestras vidas a desconocidos sin que nos percatemos de ello. La idea
del proyecto es atípica aunque quizás me ha faltado alguna explicación extra.
No son muchos personajes los que van a aparecer en la
historia, ni siquiera es necesario que se ahonde en ellos con profundidad para
que funcionen dentro de la historia ni que se alejen de ciertos estereotipos
que ya conocemos. En el centro del relato y con gran parte del protagonismo nos
vamos a encontrar a Max Rhode, un escritor mediocre que logró un gran éxito con
su primera novela pero que no ha vuelto a conseguir ninguna historia que
merezca la pena. Sin conocer el motivo se encontrará en una situación tan
extraña que se sentirá desorientado aunque lo que tiene claro es que es un “padre
coraje”. También están su hija Jola, una casi adolescente rebelde que a sus
diez años tiene un comportamiento demasiado maduro para su edad (de hecho la he
imaginado algunos algo mayor), y su mujer Kim, con quien la relación no está
pasando por su mejor momento. Como he dicho son personajes que funcionan bien
en la historia pero tampoco he logrado conectar por completo con ellos.
Sin duda uno de los personajes más interesantes es Cosmo,
el hermano de Max. Sobre este personaje el lector siente un claro rechazo
inicial. Nos lo presenta como un pederasta y está condición no juega
precisamente a su favor. Ha vivido muchos años encerrado en un quístico y ahora
puede disfrutar de algunas horas de libertad. Sin embargo, a medida que la historia avanza y
Fitzek va humanizando al personaje logra que el lector cambie la percepción del
personaje y vaya más allá de la etiqueta. Además, y quizás es lo que más me ha
gustado de la novela, es la infancia que comparte con Max, que no tiene
desperdicio.
La novela cuenta con dos voces narrativas que nos dan diferentes
perspectivas de la historia. Una de ellas se corresponde con Max, el
protagonista, que es en primera persona. Una parte de la historia por tanto la
descubrimos a través de sus ojos y de forma muy limitada. Durante gran parte de la misma iremos
conociendo una serie de hechos entre los que no podremos establecer una
relación directa, por lo menos hasta alcanzar el ecuador de la novela. La otra
voz narrativa es una tercera persona que va focalizando la acción en otros
personajes para contarnos que sucede mientras Max vive todo ese periplo.
Como os he dicho antes la novela tiene un gran ritmo por
el estilo simple en que está contada, la gran presencia de diálogos y los
capítulos cortos, que siempre imprimen agilidad. Además de la velocidad a la
que se van sucediendo todos los acontecimientos que transcurren en ella.
Conclusión
El proyecto Joshua
es una novela para tomar como puro entretenimiento. En ella hay mucha acción,
sorpresas y giros argumentales. Sin embargo la creación de situaciones
inverosímiles me ha pasado factura a la hora de mantener esa tensión e intriga
que prometía la historia.