Título: Las deudas del cuerpo (Dos
amigas 3)
Autora: Elena Ferrante
Publicación: Lumen, octubre de 2014
Páginas: 479
Érase
una vez dos niñas, Elena y Lila, que nacieron en 1944 en un barrio pobre de la
ciudad de Nápoles, y desde entonces su historia ha sido el hilo conductor de
esta espléndida saga napolitana que ahora llega a su tercera entrega.
Lila se casó muy
joven con el hombre más adinerado del barrio y poco tardó en dejarlo. Ahora
vive en un lugar miserable, pero su ingenio no ha mermado; solo se ha
transformado en rabia. Es quizá este odio lo que la llevará a capitanear las
revueltas en la fábrica y a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su
nuevo compañero.
Elena, en cambio, ha
continuado con los estudios e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre
Nápoles y Pisa, y se ha casado con un profesor de la Universidad de Florencia.
Así,
a primera vista, nada une ya a las dos amigas, pero el barrio de Nápoles donde
fueron niñas aún las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo
que ya se fue, y la vida se cobra su precio.
Mis
impresiones
Al leer La amiga estupenda supe que Elena Ferrante, que es solo un seudónimo
bajo el que se esconde la verdadera identidad de este escritor o escritora que
prefiere mantenerse en el anonimato, tenía un don especial para contar
historias. Algo que confirme al leer Un
mal hombre, novela que me gustó más que la anterior. Y ahora Las deudas del cuerpo me ha parecido una
novela fascinante y completamente cautivadora.
“Vi a Lila por última vez
hace cinco años, en el invierno de 2005. Paseábamos muy de mañana por la avenida
y, como nos ocurría desde hacía mucho tiempo, no conseguíamos sentirnos
cómodas. Recuerdo que solo hablaba yo, ella canturreaba, saludaba a la gente
que ni siquiera le contestaba, las raras
veces en que me interrumpía se limitaba a pronunciar frases exclamativas, sin
nexo evidente con lo que yo decía. A lo largo de los años habían pasado
demasiadas cosas feas, algunas horribles, y para recuperar la confianza
tendríamos que habernos confesado pensamientos secretos, pero yo no tenía
fuerzas para encontrar las palabras, y a ella, que tal vez sí las tenía, no le
apetecía, no le veía utilidad”
En los dos volúmenes anteriores
conocimos a dos niñas, Lina y Lenù, que viven en un barrio pobre de Nápoles en
la década de los años cincuenta. Vimos con esas niñas trababan una amistad un
tanto peculiar. Su relación estaba marcada por la envidia, los celos y la
competitividad pero también por el cariño y la ayuda mutua. También las vimos crecer,
conocer a los primeros hombres y mientras una de ellas continuó sus estudios y
consiguió salir del barrio, la otra se casó muy joven con un hombre con dinero
pero rudo y violento que le ofrecía una vida miserable.
En Las
deudas del cuerpo será Lenù quien, después de terminar sus estudios, se
enfrente al matrimonio mientras intenta encarrilar una carrera como escritora.
Aunque en este caso su marido no es un hombre bruto y ordinario sino un
profesor de la Universidad de Florencia que pertenece a una importante y
poderosa familia, los Airota. Allí en Florencia Lenú, tras renunciar a todo,
intenta vivir una vida que no le corresponde. Ella sigue enamorada y soñando
con otro hombre a la vez que se enfrenta a los problemas domésticos.
En esta novela Elena Ferrante vuelve a
introducirse en un universo femenino de forma fascinante. Nos describe el punto
de vista de la mujer con minuciosidad y gran cantidad de matices. Además sus
personajes se encuentran en una evolución constante, al igual que sus problemas
que van cambiando según crecen y se convierten en mujeres adultas. Como lectora
he podido percibir claramente todos estos cambios resultándome además muy
enriquecedores. Además nos habla con gran facilidad de sentimientos y emociones
complejas por lo que en todo momento sabemos cómo Lenù reacciona, siente y
piense algo que hace que el personaje traspase las páginas del libro y resulte
de carne y hueso. Incluso por aquellas contradicciones que tiene como cualquier
persona real.
Así veremos como la protagonista y
narradora sueña con una vida de libros, viajes y éxitos y se ve reducida a la
familia que crea. A un marido desapasionado con el que se siente frustrada y
dos hijas que le restan cualquier tiempo o energía necesaria para dedicarse a
su carrera. En Las deudas del cuerpo
se nos habla de forma muy natural y sin tabúes de aquellos temas que afectan a
la mujer y la condicionan tales como la maternidad (mostrándonos su cara más
amarga o desmitificando ese ideal que representa), la frustración sexual (el
deseo de liberación, la insatisfacción o los tabúes que existen), la soledad,
las cargas, el sometimiento al hombre, el trabajo, la amistad, la dificultad de
conciliar la vida laboral y la familiar y las decisiones erróneas de las que no
existe un retroceso.
La relación con Lina, sigue siendo
compleja y marcada por constantes altibajos emocionales y puntos de inflexión.
Son amigas, se quieren pero entre ellas existe el dolor, resentimiento y cierta
incapacidad para comprenderse mutuamente. Esto hace que en el relato estén
lejos tanto física como emocionalmente. Cada una de ellas desempeña roles
distintos en la sociedad. Una representa el futuro, la otra tiene una vida
anclada en la tradición y a pesar de ello se enfrentan casi a los mismos
problemas.
Sin embargo no es el único tema que se
va a tratar en la novela. En las anteriores entregas ya vimos ápices de la
lucha que sus personajes emprenden por mejorar las condiciones de los obreros y
en esta ocasión se acucia mucho más siendo un tema que está muy presente en
este volumen. Los ideales comunistas contra el fascismo cobran más protagonismo,
las luchas de los estudiantes, los sindicatos, etc. Pero además nos habla del
poder de ciertas familias mejor situadas económicamente frente a la pobreza de
otras y las dificultades de pasar de un lado a otro. Sin duda, la clave es el
dinero. Sin olvidar las malas condiciones en que trabajan los obreros que nos
mostrará a través de Lila, que trabaja penosamente en una fábrica de embutidos
en la cual las mujeres sufren el acoso constante de los hombres.
La prosa de Elena Ferrante es deliciosa,
una autentica exquisitez a pesar de que no tiene florituras ni elementos
innecesarios. Elegante, fluida, intimista se trata de una novela introspectiva
hacia su narradora. Las reflexiones son constantes y a veces bastantes
descarnadas. Como sucedía en las anteriores está narrada en primera persona por
lo que solo conocemos un punto de vista de la historia, personal y subjetivo, mostrándonos
todo a través de los ojos de su protagonista.
Conclusión
Las
deudas del cuerpo es una intensa novela que refleja
con naturalidad pero de forma bastante despiadada el universo femenino en un
contexto complicado como es el Nápoles de mitad del siglo XX. Una época en que
la mujer intenta independizarse e individualizarse mientras intenta frenar los tabúes
y las convicciones de la sociedad.