Título: El carbonero
Autor: Carlos Soto Femenía
Publicación: Destino,septiembre de 2016
Páginas: 280
En un pequeño y
tranquilo pueblo de la Mallorca rural, a los pies de la Sierra de
Tramontana, Marc y su padre pasan meses entre pinos y encinas, en absoluta
soledad, con la única compañía del otro. Rodeados por el silencio y la
belleza de la montaña, viven atentos al constante proceso de la quema de
las encinas, sacrificando el sueño y otras necesidades en una especie de
vigilia sin fin. Así es la vida del carbonero: una existencia a medio
camino entre la realidad y la ensoñación.
Pero ese remanso de paz queda truncado el día que la muerte irrumpe, inesperada y brutal, en las vidas de Marc y su padre, arrebatándoles de manera violenta a uno la madre y al otro la mujer.
Con una voz serena, por contraste con las angustias que explica, Soto Femenía se erige como un sólido narrador. Su tranquilidad sostiene un relato crudo y violento en el que nos encontramos con un protagonista que tendrá que afrontar el dolor por la muerte demasiado temprana, y, después, la sed de venganza al alcanzar la madurez y tomar consciencia de que la tragedia y la injusticia vital se sirven de todos nosotros sin preguntar.
Estamos sin duda ante una nueva vuelta de tuerca dentro de la narrativa del más alto nivel: un drama rural con fondo criminal que calará en lo más hondo del ánimo del lector gracias a la minuciosidad y delicadeza de una historia enmarcada en un entorno y un paisaje únicos.
Pero ese remanso de paz queda truncado el día que la muerte irrumpe, inesperada y brutal, en las vidas de Marc y su padre, arrebatándoles de manera violenta a uno la madre y al otro la mujer.
Con una voz serena, por contraste con las angustias que explica, Soto Femenía se erige como un sólido narrador. Su tranquilidad sostiene un relato crudo y violento en el que nos encontramos con un protagonista que tendrá que afrontar el dolor por la muerte demasiado temprana, y, después, la sed de venganza al alcanzar la madurez y tomar consciencia de que la tragedia y la injusticia vital se sirven de todos nosotros sin preguntar.
Estamos sin duda ante una nueva vuelta de tuerca dentro de la narrativa del más alto nivel: un drama rural con fondo criminal que calará en lo más hondo del ánimo del lector gracias a la minuciosidad y delicadeza de una historia enmarcada en un entorno y un paisaje únicos.
Mi impresiones
Las primeras veces que me encontré con esta novela en las
redes me llamó la atención su portada pero no supe muy bien que esperar de
ella. Se la ha catalogado como drama rural aunque a mí estas palabras tampoco
terminaron de aclararme mucho el asunto. Así que fue por la recomendación
directa de Manuela que me embarqué en su lectura.
“Siete años atrás, había recorrido aquel
mismo camino en sentido contrario, al principio andando, un tanto desorientado,
después acelerando el paso y por fin corriendo, gimiendo, casi gritando.
Habían asesinado a mi madre. Le habían
partido la cabeza con un hacha. El buhonero, que era quien había venido a darme
aviso, no había sido tan explícito, naturalmente. Los detalles los sabría más adelante”
La historia sucede en un pequeño pueblo de Mallorca
situado en la Sierra de Tramontana llamado Caimari. Allí Marc y su padre
trabajan como carboneros. Sin tener prácticamente amigos su vida es muy
solitaria y solo cuentan con la ayuda de los hijos del vecino más próximo.
Además los dos viven marcados por el violento asesinato de la madre de Marc
cuando este solo era un niño. A pesar de que han pasado siete años, el crimen
sigue sin resolverse y Marc sigue teniendo la palabra venganza marcada a fuego
en la mente y su padre sigue sin pronunciar ni una sola palabra desde aquel
suceso.
El carbonero parte
de una idea original y diferente, siendo una de esas novelas difícilmente
clasificables dentro de un género. Hay un asesinato que esclarecer pero no la encuadraría
dentro del género negro. Es una novela que nos habla de venganza. Solo la Ley
del Talión puede traer la paz que estos personajes necesitan. El arranque de la
novela es muy potente y rotundo con un misterio que ya nos deja pegados a sus
páginas.
Me ha gustado mucho la ambientación que Carlos Soto Femenía
ha creado en torno a sus personajes. La descripción realiza de los paisajes
dota a la novela de una atmosfera especial. Y lo hace en la medida exacta, ni
se pasa ni se queda corto. En una zona rural de Mallorca Marc es carbonero, un
oficio que ha aprendido de su padre y que realizan juntos. En el monte, los árboles
talados, la sitja para transformar la
madera en carbón vegetal arde lentamente y los dos hombres deben vigilarla.
Están solos y esta soledad se acentúa además por el completo mutismo en que el
padre de Marc permanece desde que su esposa fuera asesinada. Solo reciben la
ayuda de los hijos del buhonero y aunque entre ellos si se dan conversaciones tampoco
estas nos transmiten una plena comunicación. Más bien el lector puede percibir
que vale más lo que callan que lo dicen. Quizás haya más verdad en las palabras
que omiten que en las que sueltan.
La novela está narrada en primera persona por Marc, su
protagonista, que va creando un relato introspectivo a través del cual vamos
viendo lo que sucede fuera pero lo más importante es lo que al personaje le
sucede por dentro. A pesar de su voz austera y contenida no cuesta ver la rabia
que tiene acumulada este personaje día tras día de su existencia. El dolor que
siente por la pérdida, la soledad, la impotencia de no saber quién y por qué le
llevarán a vivir en un estado de ansiedad continua pero contenida. A veces es
necesario obtener respuestas para encontrar la paz y pasar página. Pero también
hay un momento en que una chispa se prende en la mente y uno comienza a atar
cabos y a entender. Marc irá abandonando su ceguera y escudriñando todo lo que
ocurre a su alrededor. Así dejará atrás la piel de joven ingenuo y generoso
para convertirse en una persona maquinadora.
Marc es un personaje con muchos claroscuros, como también
los presentan otros personajes que aparecen en la novela. Parece como si el
destino ya hubiese determinado la tragedia en sus vidas. El buhonero también
será clave en la novela. Un traficante sin escrúpulos aficionado al alcohol y
al juego. Sus hijos son Arnau y Aina, dos jóvenes que provocan sentimientos
contradictorios en Marc. Y también está Joana, la dueña y señora de todas las tierras
del lugar.
El carbonero es
una novela corta que se lee en un suspiro. Me ha gustado el estilo narrativo
del autor, sobrio pero con fuerza, el ritmo que imprime a la novela, ágil pero
no precipitado, y los momentos de tensión e incluso violencia que ha creado en
ella y que aumentan según vas pasando las páginas.
Conclusión
El carbonero me
ha parecido una buena novela. Una historia intensa y dura que nos
habla de la búsqueda de esa paz que todos buscamos de diferentes maneras.