lunes, 21 de febrero de 2011

Lucy Sullivan se casa - Marian Keyes

Lucy Sullivan es una chica de veintiséis años cuya vida no la satisface por completo. Tiene un trabajo que no le gusta y por el cual apenas se esfuerza, odia a su jefe pero tiene una magnífica relación con sus compañeras de trabajo, Megan, Meredia y Hetty. Con su madre las cosas no están muy bien y compadece a su padre. Además está un poco acomplejada por su cuerpo ya que apenas tiene pecho  y es muy bajita.
A pesar de que no le sobra el dinero vive de forma alocada y comparte piso con dos chicas, Karen y Charlotte. Juntas forman un divertido trío porque solo piensan en salir, emborracharse y conocer chicos.
Una tarde junto a sus compañeras de trabajo decide visitar a la señora Nolan una atípica vidente que les presagia lo que el futuro les depara. A Hetty a pesar de estar casada le espera el amor de su vida, Megan emprenderá un viaje, Meredia recibirá una suma de dinero y en cambio a Lucy el destino le señala el matrimonio. Al principio para las chicas solo es una idea descabellada de la que reírse pero cuando se van cumpliendo las predicciones la cosa va cambiando, Hetty abandona a su marido para fugarse con su cuñado a quien no conocía, Meredia recibe siete libras y Megan es atropellada sin grandes consecuencias. Cuando todo esto sucede todas incluida la propia Lucy empiezan a pensar que lo que su boda puede ser algo más que cierto, sobre todo cuando conoce a Gus un hombre que parece tenerlo todo.

Lucy Sullivan es la protagonista de la historia, a pesar de ser guapa tiene distintos problemas con su físico y este le crea inseguridades, es bajita, pecosa y tiene poco pecho. Se cree independiente respecto a los hombres pero en realidad necesita tener novio para sentirse bien.

Tiene una forma de ser muy peculiar, es una persona muy tímida que sufre constantemente sentimientos de aislamiento, torpeza y paranoias, se siente excluida socialmente, y es que Lucy también es proclive a la depresión.

Cuando conoce a Gus todo cambia, él es un tipo guapo, extravagante, encantador  y se entusiasma por todo. Tiene una personalidad arrolladora, es charlatán y con ello consigue caer bien a todo el mundo, aunque esto también le hace bastante proclive a meterse en líos. También es bohemio e independiente, aunque en realidad no es más que un caradura que pretende aprovecharse de Lucy.

Daniel es su mejor amigo, es un hombre muy atractivo. Se conocen de toda la vida y para ella es como un ángel bello pero asexuado. Por su parte el es poco menos que alérgico a las relaciones estables y utiliza a las mujeres a su antojo. Lucy  y él tienen esa relación idílica y de profunda amistad que hace que sean como hermanos, se comprenden y respetan a pesar de que tienen vidas totalmente distintas. Daniel es el hombre que toda mujer desea, guapo, con dinero y estilo.

Karen  y Chalotte son sus compañeras. Son rubias, pechugonas y divertidas. Están desesperadas por conseguir un hombre a pesar de creerse modernas, independientes y liberales.

Megan, Meredia y Hetty son sus compañeras de trabajo quienes tienen sus mas y sus menos entre ellas.

Connie Sullivan es la madre de Lucy, tienen una relación complicada en parte porque Lucy cree que su madre no es todo lo comprensiva que debería ser con su padre y no lo trata como se merece, a pesar de que su padre  (Jemsie) es un “borrachín empedernido”, un hombre egoísta que nunca ha cuidado de su familia.


Algo pasa con Lucy…
La historia comienza de forma que el sentido del humor y la ironía son constantes en el libro con situaciones o comentarios de lo más hilarante pero poco a poco la novela se va volviendo más y más triste. Si al principio ves una chica que tiene inseguridades, que odia su trabajo y su jefe, que le gusta salir de fiesta y beber, y todo lo demás al final de la novela vemos una mujer con una fuerte carencia afectiva y que hace lo posible por que alguien la quiera, incluso soportar todo tipo de humillaciones.
A pesar de que el personaje me ha dado pena, no he conseguido hacerme con él, no ha despertado en mi excesiva simpatía y quizá sea por eso que la novela no me ha terminado de gustar. Una puede llegar a entender porque se porta así, porque permite que los hombres la traten fatal pero algo falla en este personaje.
Lucy tiene un problema con su madre y es que tiene una visión un tanto distorsionada de ella. Su madre critica la mayor parte de las cosas que hace su hija (como muchas madres) pero Lucy es especialmente dura con ella por la relación que tiene con su padre, un ser problemático porque es alcohólico y por quien Lucy siente adoración hasta el punto de ser capaz a priori de sacrificar todo por ayudarle.
El argumento me ha parecido flojillo y el final se ve venir desde los primeros capítulos, y no es que yo tenga gran intuición si no que ese afán de la autora por recalcar ciertos aspectos y asegurar ciertas ideas para que te parezca tan imposible el final que hace que lo veas claro.
Se nota que Marian Keyes aporta a sus novelas muchos de los problemas que ella misma ha sufrido en su propia piel. Así en el libro se toca el tema del alcoholismo dándonos una visión patética del mismo y la depresión como algo inevitable y que perdura en la persona pero que es un dolor que se puede aliviar, la supervivencia en familias desestructuradas. Creo que utiliza los libros de forma terapéutica para sacar todo aquello que le hace sentirse mal y desahogarse con los sufridos personajes.