Título: Un dios en ruinas
Autora: Kate Atkinson
Publicación: Lumen, junio de 2016
Páginas: 592
Para
Teddy Todd, que ha sido aspirante a poeta, piloto de bombardero en la Segunda
Guerra Mundial y ha tenido que navegar a través de los peligros y avatares del
siglo XX, su mayor reto vital no será sobrevivir a una guerra, sino afrontar un
futuro que no esperaba.
En
Un dios en ruinas, Kate
Atkinson observa de frente la guerra y explora sus consecuencias, no solo en
aquellos que viven en primera persona el conflicto bélico, sino también en las
vidas de las generaciones posteriores.
La
gran autora británica ofrece un magnífico retrato de algunos de los episodios
más representativos del siglo XX; que entrelazan sutilmente con las intrigas
familiares y las pequeñas historias de sus protagonistas. Un dios en ruinas es
una atractiva mezcla de lo universal con lo cotidiano.
Mis
impresiones
Cuando leí Una
y otra vez (novela en que explora las diferentes opciones de una misma vida
según diferentes hechos ocurridos) me di cuenta de que Kate Atkinson es una
autora diferente que tiene una forma muy original de contar sus historias
aunque estas en el fondo ya se hayan tratado de otras formas más convencionales.
Me gustó su estilo y Un dios en ruinas
me llamó mucho la atención cuando la vi entre las novedades de Lumen.
Esta historia no tiene mucho que ver con
la anterior ni en trama o estructura narrativa aunque comparten en cierto modo
la temática, algunos personajes secundarios y el protagonista de esta novela es
el hermano de la protagonista de la anterior. Aunque en cierto modo se dan la
manos no podemos considerar que una novela es la continuación de la otra pues
su lectura se puede realizar de forma completamente independiente pero sí que
en conjunto resulta interesante leer las dos.
Esta es la historia de Teddy Todd, a
quien conoceremos desde que tan solo es un niño hasta que llega a la última
etapa de su vida. Una vida que comienza de forma feliz dentro del seno de una
familia acomodada pero que más tarde estará marcada por su implicación en la II
Guerra Mundial como piloto de la RAF y que le ha cambiado profundamente. El
horror de lo vivido, la perdida de sus compañeros le harán un hombre diferente
pero también se dará cuenta de que haber sobrevivido a la guerra no será la
única dificultad que encuentre en su vida.
Un
dios en ruinas no es otra novela más sobre la II
Guerra Mundial a pesar de que hay algunas partes en que nos situamos en
escenarios de la contienda. Lo justo y necesario para que entendamos como es
nuestro protagonista y como esas experiencias repercuten en su vida, que es el
verdadero eje alrededor del cual gira esta novela. Los lectores iremos viendo
los grandes acontecimientos que han marcado su vida pero también esas pequeñas
historias que forman un todo en la existencia de una persona. La infancia, sus
estudios, sus primeros empleos, el inicio del matrimonio y su desgaste, la
llegada de los hijos, los conflictos familiares, la dificultad de entenderse
con su hija, etc., hasta llegar a la etapa final de la vida.
La historia está narrada con frecuentes
saltos en el tiempo desde la infancia del protagonista que comienza en 1925
siendo un niño de siete u ocho años
hasta 2012 pasando por muchos momentos intermedios. A pesar de eso no
resulta una estructura caótica ni tan compleja como en Una y otra vez y tampoco se desarrolla a través de esa estructura cíclica.
Con esta estructura Atkinson va revelando matices que a lo mejor en principio
no llegábamos a comprender o desconocíamos la razón y a la vez se guarda otros
detalles que a la larga tienen mucha trascendencia en la historia.
Si estamos acostumbrados a que cuando
los personajes que pasan por una guerra les queden traumas, se suman en el
silencio o su comportamiento se vuelva extraño a Teddy le ocurrirá lo
contrario. Después de todo lo vivido en su época como piloto encontrará la
manera después de convertirse en una persona mucho más amable que se toma la
vida de forma mucho más tranquila. Así por su buen corazón y su carácter
honrado y bondadoso se convertirá en un personaje que se gane nuestra simpatía
y que el lector llega a querer.
A parte de a Teddy también conoceremos a
su hija Viola y será una parte importante dentro del relato. Sin embargo si
Teddy es un personaje admirable su hija Viola es mezquina y representará todo
lo contrario. Siempre trató a su padre de forma cruel sin concederle ningún
beneficio. A lo largo de la novela veremos que es una mujer tocada por la
infelicidad y parece que cualquiera que hubiese sido su vida el resultado
hubiese sido el mismo; en su matrimonio, en la forma en que descuida a sus
hijos, en cómo trata a su padre… Claro que hay que llegar hasta el final del
libro para descubrir un secreto que los personajes comparten y que ninguno de
los dos sabe que el otro conoce.
Aunque no es una novela de corte
histórico en segundo plano vamos observando los cambios que se producen en la
sociedad prácticamente en todo el siglo XX y principios del XXI. Nos muestra
levente la Inglaterra de post guerra siempre como algo que afecta a sus
personajes no de forma explicativa.
Un
dios en ruinas está narrada de forma tranquila y
pausada haciendo hincapié en las ideas respecto al destino, la vida humana y la
ética con una crítica bastante acusada a las guerras (en las que se manda a luchar
y morir a niños prácticamente). El estilo de Kate Atkinson es muy personal, muy
cuidado, rico en matices, descripciones jugosas y reflexiones interesantes. Es
una novela para leer con calma, tiene quizás algún altibajo en el ritmo y
cierta falta de intensidad en algún momento. Aun así creo que es una novela muy
interesante que merece la pena leer.
Conclusión
Un
dios en ruinas es la historia de un hombre a quien
la guerra cambia la percepción de su mundo. Pero aunque ha logrado sobrevivir a
ella no es el único escollo que va a encontrar en su vida porque al final hasta
en las cosas más pequeñas podemos encontrar trances que superar.