martes, 21 de febrero de 2012

Un lugar llamado Aquí - Cecelia Ahern


Sandy Shortt es una joven cuya vida está marcada por su obsesión por encontrar las personas y los objetos perdidos.

Todo empezó cuando Sandy tenía tan solo diez años y una compañera de clase y vecina de su misma edad desapareció misteriosamente. La búsqueda de la pequeña Jenny-May Butler, una niña angelical de cabellos rubios y ojos azules,  fue todo un acontecimiento pero por más esfuerzos que se pusieron la niña finalmente no apareció.

A raíz de ahí, Sandy ha consagrado toda su vida a la búsqueda. Primero trabajando como policía y después como detective con su propia agencia.

Pero un día y mientras busca a un desaparecido sin saber cómo ni por qué Sandy también desaparece y llega a un extraño lugar donde van a parar todas aquellas personas y cosas que desaparecen. Un lugar llamado Aquí.

Personajes

Sandy Shortt es la protagonista de la historia. Una chica que a sus treinta y cuatro años de edad solo está interesada en trabajar. Su obsesión por buscar ha terminado por separarla de su familia y amigos ya que no quiere perder su tiempo en dedicarles algo de atención. Es una persona muy independiente acostumbrada a ir de un lado para otro y sin que nadie la controle por eso ni siquiera se plantea la idea de tener una pareja estable.

Con la desaparición de Jenny-May la vida su vida cambia porque aunque no eran amigas y no deseaba que apareciera algo cambió en su forma de pensar. A partir de ese día buscaba con ahínco y meticulosidad cada objeto que desaparecía obligando a su familia a seguir un riguroso orden en la colocación de todos los objetos. Su obsesión por las cosas perdidas llegó a preocupar tanto a sus padres que con catorce años decidieron ayudarla mediante una terapia a cargo de un psiquiatra.

Pero esto no ayudó a Sandy que tras dejar la escuela ingresó en la Gardai, la policía nacional irlandesa. Ahí pudo colaborar en numerosas búsquedas pero tras decepcionarse por lo poco que se involucraban decidió abrir su propio negocio, una agencia dedicada exclusivamente a buscar personas desaparecidas.

El día que desaparece Sandy está realizando la búsqueda de Donald Ruttle, un chico que desapareció tras una noche de borrachera y su hermano le busca desesperadamente.

Jack Ruttle es el hermano de Donald. Sandy y él habían concertado una cita el mismo día de su desaparición.

Jack está obsesionado con la desaparición de su hermano, tanto que este hecho le impide continuar con su propia vida.

Jack trabaja como estibador y vive con su novia Gloria, una mujer que no le entiende y en la que no encuentra el mínimo apoyo, en parte porque ella se pasa la vida durmiendo. De todas formas se había apartado un poco su relación para centrarse en la búsqueda de su hermano.

Para Jack Sandy representa una nueva esperanza de encontrar a su hermano, ya que todo el mundo había rehecho su vida y casi se habían olvidado del tema. Pero cuando esta desaparece es el único que se preocupa por ella y decide comenzar su búsqueda.

Gregory Burton, es el psiquiatra de Sandy. Se conocieron cuando ella tenía catorce años. Todas las semanas Sandy iba a terapia donde hablaba de su vida y sobre todo de su obsesión.

Gregory lejos de ser el típico psiquiatra es un chico joven y guapo, motivo por el que Sandy acudía gustosamente a su cita con él. Con el tiempo establecieron una relación que iba mas allá de la terapia.

Aquí: El lugar donde van las cosas perdidas

Cuando repentinamente Sandy se pierde un buen día, se encuentra sola en medio de un bosque donde no hay nada, es incapaz de reconocer la zona y encontrar el camino de vuelta. Intentando buscar una salida a su situación se encuentra con un grupo de cinco personas que están reunidas en torno a una hoguera.

Derek, Joan, Bernard Marcus y Helena son personas también desaparecidas pero a ellos les ocurrió en los años setenta cuando solo tenían 16 años y se encontraban en una acampada escolar.  A partir de ese día vivieron en ese misterioso lugar.

Su sorpresa no puede ser mayor porque estos la conducen al lugar que Sandy ha estado buscando durante años, ese donde van todas las cosas que misteriosamente desaparecen. Una comunidad muy distinta a lo que es el mundo real donde estas personas han aprendido a vivir fuera de su hogar y de sus seres queridos.

Mi opinión

Compré esta novela porque su contraportada me generó mucha curiosidad. Trata sobre el tema de las desapariciones, una cuestión con la que todos nos podemos identificar. Quien no se pregunta dónde ha ido esto o aquello o quien no se ha vuelto loco buscando un simple objeto que cinco minutos antes lo había visto colocado en su sitio.

También está el tema de las personas desparecidas que desgraciadamente es un tema muy presente en los medios de comunicación actualmente.

De esta autora no había leído nada, aunque si había visto la película “Posdata: Te quiero” que por cierto me pareció bastante pastelosa y aburrida. Después de hacerlo he decidido que salvo que me vuelva loca no pienso darle otra oportunidad ni aunque me vaya la vida en ello.

Esta historia trata de la búsqueda de una niña y más tarde de una adulta por encontrar respuestas. Su objetivo es localizar el lugar donde van todas esas personas y cosas que desaparecen misteriosamente y que nunca más volvemos a saber de ellas porque Sandy no puede aceptar las simples respuestas que le ofrecen los demás y cree firmemente que ese lugar existe.

Sandy dedica toda su vida a investigar, descubrir e intentar resolver todas sus dudas pero mientras lo intenta paradójicamente desaparece. Ella que siempre está buscando, termina en un lugar extraño, lejos de todo del que no puede regresar.

Pero con su desaparición encuentra algo, porque al fin sus preguntas han obtenido respuesta y es que ha encontrado el lugar donde va a parar todo lo perdido.

No solo conoceremos como es ese lugar a donde ha ido a parar sino que mientras está ausente vamos conociendo como ha sido su vida desde el incidente de su vecina Jenny-May recordando como su infancia quedó marcada por esta tragedia, la preocupación de sus padres, las visitas al terapeuta y hasta su relación con los hombres.

También nos mostrará una Sandy volcada en todos y cada uno de los casos que intentaba resolver, como los estudiaba, memorizaba datos y se familiarizaba con la familia del ausente.

Cuando leí la contraportada de la novela me parecía una propuesta muy interesante, más que nada porque alguna que otra vez yo también me he obsesionado buscando algún objeto perdido o me he hecho las mismas preguntas que Sandy.

El punto de partida es muy sugestivo pero a la novela le falta no solo el gancho que hace que te introduzcas en la historia sino que cojea de muchos puntos.

La autora trata de crear una historia llena de magia y ternura mezclando toques de fantasía y realidad pero a mí no ha logrado en absoluto transmitirme esa sensación. Y no es por la fracción de fantasía porque hay otros muchos libros donde esta mezcla resulta muy atractiva  sino por la que la novela en su mayor parte se me ha hecho bastante tediosa y aburrida tanto que incluso he estado bastante tentada de abandonarla en varias ocasiones. La atmósfera mágica no la he visto por ninguna parte y no solo no he conseguido meterme en la historia sino que cada página se me hacia increíblemente larga.

Cecelia Ahern realiza un intento fallido de dotar a ciertas escenas un toque de locura y comicidad pero resultan pesadas  y sin un ápice de gracia. También intenta añadir interrogantes constantemente que no tienen ningún interés y lo hace sin resolver ninguna de las cuestiones iniciales alargando y alargando por mero gusto.

Los personajes no me han terminado de gustar ninguno. La tendencia obsesiva-compulsiva de la protagonista me sacaba de quicio y no he llegado a comprenderla en ningún momento. A la vez Sandy es fría y egoísta. El resto de personajes tampoco tenían cualidades llamativas o que me gustaran especialmente. Me han parecido todos lejanos e inaccesibles.

El lugar que llama Aquí no podía ser un sitio inventado con menos imaginación, el que congrega todo y todos aquellos desparecidos. A lo largo de la lectura te das cuenta que es una especie de civilización paralela, regida por otras normas, pero con un funcionamiento similar a nuestra sociedad actual.

Los recuerdos de la protagonista tampoco tienen ningún atractivo especial son bastante sosos y repetitivos de forma que tenía la sensación de estar leyendo siempre lo mismo.

La búsqueda de Jack tampoco tiene nada resaltable. Él busca a Sandy para poder encontrar a su hermano y aunque pone en sobre aviso a otras personas nadie le cree.

La novela está narrada en primera persona por la protagonista en algunas partes, en concreto,  las que se refieren a ella. Sandy es la que nos cuenta lo que está viviendo y sus recuerdos. Para el mundo exterior utiliza la tercera persona, y son las andanzas de Jack en su incansable búsqueda.

En cuanto al estilo narrativo me ha parecido demasiado infantil, en ocasiones se recreaba en escenas absurdas que no daban mucho de sí terminaban complicando la lectura.

En el libro se hace un guiño a la historia del mago de Oz, Sandy al igual que Dorothy está lejos de su hogar. El titulo, que en español no tiene mucho sentido viene da frase en una de las últimas escenas de la película cuando Dorothy chasquea sus zapatos y dice “There´s no place like here” en la versión original de la película.

El final creo que tiene la pretensión de dejarnos un poco en ascuas no cerrando del todo la historia  y dando pie a que cada uno interprete lo que quiera pero sin darle más vueltas me conformo con el libro se haya acabado.