Título: El ferrocarril subterraneo
Autor: Colson Whitehead
Publicación: Literatura Random House, septiembre de 2017
Páginas: 316
Una
renovada visión de la esclavitud donde se mezclan leyenda y realidad y que
oculta una historia universal: la de la lucha por escapar al propio destino.
Cora es una joven esclava de una plantación de
algodón en Georgia. Abandonada por su madre, vive sometida a la crueldad de sus
amos. Cuando César, un joven de Virginia, le habla del ferrocarril subterráneo,
ambos deciden iniciar una arriesgada huida hacia el Norte para conseguir la
libertad.
El ferrocarril
subterráneo convierte en realidad una fábula de la época e
imagina una verdadera red de estaciones clandestinas unidas por raíles
subterráneos que cruzan el país. En su huida, Cora recorrerá los diferentes
estados, y en cada parada se encontrará un mundo completamente diferente,
mientras acumula decepciones en el transcurso de una bajada a los infiernos de
la condición humana... Aun así, también habrá destellos de humanidad que le
harán mantener la esperanza.
Whitehead nos brinda una historia universal,
onírica y a la vez brutalmente realista, sobre la libertad y las ilusiones
truncadas, que nos habla de la fuerza sobrehumana que emerge ante la
determinación de cambiar el propio destino.
Mis impresiones
Colson Whitehead es
un escritor afroamericano que ha sido ganador del Premio Pulitzer en 2017 y del
National Book Award en 2016 entre otros premios estando además el número uno en
la lista de best seller de The New York Times durante más de treinta y seis
semana. Con esta presentación es difícil ignorar una novela que nos habla sobre
la esclavitud y en concreto sobre una de esas iniciativas que surgieron para
salvar a muchas de aquellas personas que tuvieron la desgracia de sufrirla. A
parte de todo el éxito que ha cosechado para que la novela va a tener incluso
una adaptación a la televisión.
“La
primera vez que Caesar le propuso a Cora huir al norte, ella se negó. Fue su
abuela la que habló. La abuela de Cora no había visto el océano hasta aquella
tarde luminosa en el puerto de Ouidah y el agua la deslumbró después del
encierro en las mazmorras del fuerte. Los almacenaban en las mazmorras hasta
que llegaban los barcos. Asaltantes dahomeyanos raptaron primero a los hombres
y luego, con la siguiente luna, regresaron a la aldea de la abuela a por las
mujeres y los niños y los condujeron encadenados por parejas hasta el mar. Al
mirar el vano negro de la puerta, Ajarry pensó que allá abajo, en la oscuridad,
se reuniría con su padre. Los supervivientes de la aldea le contaron que,
cuando su padre no había podido aguantar el ritmo de la larga marcha, los
negreros le habían reventado la cabeza y habían abandonado el cadáver junto al
camino. La madre de Ajarry había muerto años atrás.”
Cora es una joven
esclava que trabaja duramente en una plantación de algodón en Georgia, hija y
nieta también de esclavas. Allí aguanta el maltrato del hombre blanco, el
desprecio y la envidia del resto de los esclavos y la soledad en la que se
encuentra de que su madre decidió escapar y dejarla a ella atrás.
La vida de Cora es
muy áspera y ella sobrevive como puede. Sin embargo un día recibe la
proposición de un joven llamado Caesar de huir. A ella al principio le da miedo
y la rechaza, pero cuando las cosas empeoran en la plantación sabe que es la
única salida posible. Los jóvenes emprenden una huida a través del ferrocarril subterráneo
buscando la libertad.
El ferrocarril subterráneo en una novela que nos habla de la esclavitud
en el siglo XIX en América pero desde otro punto de vista sobre el que antes
había leído muy poco. Sabemos cómo estas personas son secuestradas y
arrebatadas de sus hogares y el trato que el hombre blanco les da en su mundo.
Todo para conseguir mano de obra barata. El trabajo duro, la alimentación
pobre, los castigos físicos, las violaciones a las mujeres a parte del hecho de
que son privados de su propia libertad. Leer todo esto, en lo que el autor no
se recrea pero que cuenta, es duro a pesar de lo sabemos porque es parte de la
historia.
Sin embargo el
autor se centra más en contarnos el periplo de Cora en lo que se llama el
ferrocarril subterráneo, una red secreta que operaba en Estados Unidos orquestada
para ayudar a huir a los esclavos hacia estados libres. Muchos fueron los que
sin saberlo cambiaron el rumbo de la historia aún a riesgo de poner en peligro
su propia vida. Aunque embarcar en ese tren subterráneo no era garantía de
nada. No sabían a donde se dirigían ni que tramos podían ser intervenidos de un
momento a otro. Aunque en la novela el autor aporta sobre esta idea su propia
ficción imaginando como los personajes viajaban por túneles y trenes subterráneos lo de los abolicionistas de la esclavitud es real.
Es una historia que
en determinados momentos cuesta leer por la crueldad que nos muestra. No solo
por esos esclavos de las plantaciones sino porque también existieron otros
lugares donde se comerciaba con ellos de forma diferente. Los hacían pensar que
eran libres pero no los consideraban ciudadanos iguales. Así incluso los utilizaron
como conejillos de indias para experimentos médicos.
Cora es un
personaje muy bueno. Es una muchacha valiente y fuerte que ha tenido y va a
tener que lidiar con muchas situaciones complicadas. No solo la esclavitud o el
rechazo y acoso de los que se encuentran en su misma condición sino, y quizás lo
peor, ese abandono de su madre con quien está muy enfadada. Su abuela Ajarry
fue también una mujer de carácter que fue arrancada de su hogar en África por
la fuerza, montada en un barco, vendida en diversas ocasiones como si fuera un
objeto. Al contrario que Cora, que ha nacido y crecido en la plantación de los
Randall, ha estado en diferentes lugares y ha vivido con diferentes hombres
blancos. Otro personaje es Caesar un joven de Virginia que aspira a la
libertad. Otros personajes como Ridgeway aportarán las connotaciones negativas
a la historia. Si es cierto que hay personajes de buen corazón, otros resultan
todo lo contrario.
Y me ha gustado
mucho el tono en que está escrito el libro. Colson Whitehead es directo y
recrea muy bien las escenas, no se regodea en el dolor y aun así percibimos esa
parte emocional que viven los personajes, sobre todo Cora. Iremos viendo su
paso por Georgia, Carolina del Norte y del Sur, Tennessee o Indiana, lugares en
donde sus experiencias y el trato con la gente serán diferentes.
Conclusión
El ferrocarril subterráneo es una novela que me ha gustado leer y me ha
resultado interesante. Una novela dura que nos habla de esclavitud y de cómo
también existieron personas que trabajaron para hacerle frente.