jueves, 26 de abril de 2012

Alegatos de los gatos - Antonio Burgos

En esta novela la familia crece porque a las andanzas y travesuras de Remo se unen las de Rómulo y Adriano, otros dos gatos encontrados en la calle y acogidos en su hogar.
En las historias de los gatos podremos reconocer sus manías, sus costumbres y su especial forma de vida. Descubriremos todas las fechorías de estos tres gatos, su forma de ser y la relación especial que mantienen con sus dueños, Antonio e Isabel.
Además el libro también incluye las historias de otros muchos mininos que tras la petición de Remo en la primera novela de escuchar sus historias han dado la cara para contarlas. Algunos de conocidas personalidades y otros anónimos pero que también tienen algo que decir.
Por ejemplo conoceremos la historia de Truchi una gata siamesa que perdió a su dueña Angélica en los atentados del 11 de Marzo. Angélica y Truchi no tuvieron un buen comienzo pero después se hicieron inseparables la una de la otra. Era una chica que como cualquier otro día se fue a la facultad muy temprano y nunca volvió.  Desde entonces espera y busca a su dueña de forma desesperada lamentándose. Para consolarse Truchi está siempre en el cuarto de la que fue su dueña, olisqueando sus cosas y durmiendo en su cama o entre su ropa como solía hacer cuando ella estaba viva.
Antecedentes: Gatos sin fronteras
“Alegatos de los gatos” es la continuación de la novela “Gatos sin fronteras” que fue publicada en 2003. En esta nos contaba como su gato Remo, el protagonista de la historia, llega a su vida. Un gato callejero que su mujer encontró cuando aún era muy pequeño un día de lluvia.
Nos va explicando cómo se adaptaron a la existencia de este pequeño ser, porque el gato por naturaleza no es quien se adapta al humano sino que es el humano quien debe adaptarse a él. Remo es un gato que le aporta muchas cosas positivas a Antonio Burgos el cual aunque ya había tenido más gatos comienza a desarrollar unos sentimientos de afecto muy profundos e intentar entender su mundo a partir de conocer a Remo.
A la vez nos ofrece muchos datos curiosos e interesantes sobre el papel que el gato doméstico ha representado en las distintas épocas o etapas de la historia, su consideración, sus cometidos. Porque con los gatos han pasado de todo. En ciertas culturas han sido satanizados y en otras incluso hasta venerados.
Un libro que consiguió vender más de 60.000 ejemplares y que ha convertido a Remo en un gato muy conocido.
El triunvirato gatuno
Comenzó cuando Antonio y su mujer Isabel decidieron adoptar un pequeño cachorro que estaba abandonado. Su primera intención fue ponerle Roma pensando que era una gata. Poco después descubrieron que era un macho y su nombre se tornó en Remo, el primer miembro felino de la familia.
Después llegó Rómulo, que completa la pareja fundadora del triunvirato así como Rómulo y Remo fueron los fundadores de Roma. Rómulo es otro gato abandonado que encontró Laura, la señora que va a limpiarles la casa salvándole de la muerte segura que le iban a propinar unos críos.
Ambos gatos son muy parecidos en su exterior, ambos son atigrados, de raza común y pelo corto, pero muy distintos entre sí. Su relación fue complicada en el comienzo aunque poco a poco se hicieron inseparables y cada uno de los gatos cuidaba con esmero del otro.
Más tarde llegaría Adriano, el rubito independiente que completaría el clan familiar y que también fue sacado de la calle.
Como las personas cada gato también tiene su propio carácter. Adriano es el mas acrobático de los tres, el que más salta y examina los lugares altos. Tiene el pequeño vicio de beber agua del grifo. A pesar de ser el más independiente y libre de los tres también resulta el mas mimoso y el que más se deja acariciar.
Remo el gato mayor es el más conservador y de costumbres fijas. Es elegante pero discreto. Rómulo es un gato pacifista, tímido y comilón.
Estilo
Antonio Burgos nos narra todas están historias de forma muy directa pero siempre usando similitudes con parcelas de la historia o la sociedad como por ejemplo asignar una posición política a los gatos o las características de algún personaje conocido. Todas están, estructuradas en capítulos cortos e ilustradas con fotos de todos los gatos que aparecen en el libro. Aunque están en blanco y negro y la mayoría no tienen demasiada calidad visual.
Intercaladas existen muchas frases referentes a los felinos dichas por personas amantes de los animales y que reflejan perfectamente el carácter de estos. Más abajo os dejaré las que más me han gustado.
La novela aunque en general tiene un argumento lineal que es la de los gatos de Antonio Burgos pero también contiene muchas historias independientes por lo que es un libro que no necesariamente ha de leerse de forma continua.
¿Recomiendo este libro?
La respuesta es un sí pero con condiciones. Si nos os gustan los gatos mejor ni os acerquéis porque toda la novela gira en torno a ellos y seguramente poco os interese las anécdotas que Burgos nos narra.
Ahora si tenéis o habéis tenido algún gato es buena novela para verse reconocido en las páginas de este libro o más bien en todas las fechorías que realizan estos traviesos gatitos.
El libro me ha gustado pero para leerlo intercalado con otro libro o coger un par de capítulos en días alternativos. Como la novela no tiene mucha continuidad me cansaba leer todo el rato historias que eran demasiado parecidas entre sí porque al final los gatos son gatos y como se comportan como tal. Si es verdad que algunas partes son divertidas porque reconoces que te gato hace lo mismo.
Por ejemplo quien no se ha pasado el día buscando y llamando a su gato, revolviendo la casa, mirando por los balcones pensando en si se habría caído y que una vez te has dado por vencido el gato aparece o descubres que esta plácidamente dormido en cualquier sitio de la casa. Los gatos son expertos en hacer como que no te oyen. O que gato no se apuesta delante de una puerta maullando hasta que consigue que alguien abra la puerta. Eso si, el gato se reserva el derecho de pasar o no porque su objetivo era simplemente ver esa puerta abierta. También los vemos colgados de las cortinas, subidos encima de los muebles maullando, escondidos en los cajones, las carreras nocturnas, etc.
Lo que todos los amantes de los gatos sabemos y que Antonio Burgos confirma es que los son animales muy peculiares, que tienen costumbres propios y un carácter muy especial. Cuando un gato llega a un hogar una vez se ha instalado y reconocido el terreno se convierte no solo en el amo de la casa sino en el de todo el universo. No hay reglas para los gatos porque los gatos son quienes las pones y si tu quieres adaptarte perfecto pero si no será tu problema.
Establecer una relación con un gato puede ser complicado en sus comienzos. Son ellos los que deben aceptarte y no al contrario. Es muy curioso que cuando un gato llega a una familia suele elegir quien es su preferido y normalmente es a esa persona a quien dedicara todos sus mimos. Una vez que uno ha superado la idea del gato que destroza los muebles, que es capaz de pasarse la noche corriendo por el pasillo, de saltar de cualquier mueble en cualquier momento y dejarse acariciar solo cuando él quiere todo se convierte en una buena experiencia.
A través de sus palabras se puede ver perfectamente el profundo afecto que siente el autor por sus gatos y la simpatía que le generan los demás aunque se nota que humaniza demasiado a los gatos e intenta dar algunas explicaciones de sus comportamientos demasiado rebuscadas.
Este libro no debe considerarse como una guía sobre el comportamiento gatuno. En ella no encontraremos respuestas al porque los gatos son curiosos, o porque se comportan de tal o cual manera, ni tampoco aprenderemos sobre sus cuidados o necesidades sino que son todo historias reales y cotidianas o incluso las propias reflexiones o lecturas subjetivas que realiza el autor.
Algunas frases….
“Y Dios decidió crear al perro para que el hombre se sintiera amado y aprendiera a amar, pero el hombre se volvió soberbio y entonces el Señor creó al gato para que el hombre aprendiera a ser humilde”  (Biblia del Oso - Casiodoro de Reina)
“No hay nada que disminuya tanto la propia estima como el desdén cordial de un gato al que quieres” (Mónica Edward)
“Uno debe querer a un gato atendiéndose a las condiciones que él fije” (Peter Gray)