miércoles, 7 de agosto de 2013

La isla de las mariposas - Corina Bomann



Título: La isla de las mariposas
Autora: Corina Bomann
Publicación: Maeva, junio de 2013
Páginas: 460

Una carta misteriosa, un romance del pasado, una casa llena de secretos.

El mismo día en que descubre que su marido le es infiel, la joven abogada Diana recibe la noticia de que su adorada tía abuela Emmely está muy enferma. Sin pensárselo dos veces, Diana toma el primer vuelo a Inglaterra para despedirse de ella.

Emmely tiene una última voluntad: Diana debe esclarecer un antiguo secreto familiar. Para ello, la anciana ha dejado pistas por toda su casa, la imponente mansión Tremayne House, que su sobrina deberá encontrar e interpretar, con la ayuda del leal mayordomo, el señor Green.
Poco a poco, Diana desenmaraña una compleja historia familiar que se remonta al siglo XIX y la conduce hasta las hermanas Grace y Victoria Tremayne, propietarias de una plantación de té en Ceilán.

La joven abogada se verá obligada a los pasos de sus ancestros y viajar a la hermosa y exótica isla de Sri Lanka para desvelar el misterio.

Mi experiencia con la novela

Creo que es imposible ver la portada con la que la editorial Maeva nos presenta este libro y no enamorarse inmediatamente de ella. Las mariposas y las orquídeas sobre ese fondo exótico llamaron mi atención al instante y al saber que era una saga familiar no dudé en incluirla entre mis lecturas.

Después de leer La isla de las mariposas he podido comprobar que es un libro tan bonito por dentro como lo es por fuera. Se trata de una historia que atrapa desde la primera página y te hace soñar con una trama muy emocionante hasta su desenlace. Amores imposibles, secretos empolvados, culpa, traiciones y tragedia son sólo algunos de los elementos que vamos a encontrar en esta novela con la que he disfrutado muchísimo.

El libro comienza con una carta fechada en el año 1888 escrita por Victoria donde habla de un escándalo, una buena noticia y un perdón que desea conseguir de su hermana Grace, la destinataria de la misiva. Pero no será hasta casi el final que entendamos que sucedió para que fuera escrita.

La historia se desarrolla a través de dos líneas temporales. La primera de ella nos lleva hasta el año 2008 donde conocemos a una de las protagonistas. Tan solo unas horas después de descubrir que su marido tiene una aventura, Diana recibe otra trágica noticia. Su octogenaria tía abuela Emmely ha sufrido una apoplejía y se encuentra ingresada en un hospital en estado muy delicado. Sin dudarlo un segundo, Diana toma el primer vuelo que cubre la distancia entre Berlín y Londres para acompañarla en esos momentos.

En Tremayne House, la antigua mansión familiar, las cosas han cambiado muy poco y la casa se mantiene exactamente como la última vez que Diana la visitó hace ya más de cinco años salvo que en esta ocasión alguien ha sembrado sus estancias de pistas que conducen a la revelación de un secreto familiar que lleva años oculto y que su tía Emmely se ha empañado en que salga a la luz. Es así como diana comienza una ardua investigación para conocer a sus ancestros así como los pecados que cometieron en vida.

La otra línea argumental se desarrolla en Colombo (Sri Lanka) en el año 1887 donde Henry Tremayne acaba de heredar una plantación de té tras la muerte de su hermano en un fatídico accidente sucedido en extrañas circunstancias. Hostigado por las grandes deudas que sus propiedades han contraído, abandona su Londres natal para pasar una larga temporada en la plantación junto a su esposa y sus dos jóvenes hijas, Grace y Victoria.


Para las dos muchachas, el nuevo hogar supone un cambio importante en sus vidas. Mientras Victoria se apasiona con las isla, su vegetación y las aventuras por vivir allí, para Grace, que ha cumplido los dieciocho años y estaba a punto de presentarse en sociedad no supone nada más que un fastidio permanecer en un lugar alejado de toda civilización y donde no encuentra nada que le motive. Pero cuando conoce al joven Vikrama, el capataz de la plantación las cosas comienzan a cambiar.

Indudablemente Corina Bomann ha logrado crear unos personajes de esos que entran directamente en el corazón y que tardamos tiempo en olvidar. Mujeres fuertes, con muchísimo carisma y dotadas de una perfecta caracterización nos acompañan durante toda su lectura. Diana es una joven abogada de treinta y seis años cuyo matrimonio ya a la deriva se rompe definitivamente cuando descubre a su marido con otra mujer. Aunque vive en Berlín se siente también británica pues las mejores vacaciones las ha pasado allí junto a su tía Emmely en la gran mansión familiar, una mujer muy importante en su vida y quien crío a su madre después de que esta se quedara huérfana. Con la muerte de la anciana, Diana es la última de las Tremayne que queda con vida y Emmely lo ha dispuesto todo, con la ayuda de su mayordomo, para que pueda reconstruir con exactitud la vida de sus tatarabuelas, Grace y Victoria, que le llevará a descubrir un secreto oculto en la familia.

Otros dos personajes que comparten protagonismo con Diana son las hermanas Grace y Victoria Tremayne, muy diferentes entre sí y unidas por un fuerte lazo fraternal que se romperá cuando un escándalo sacuda a la familia. Grace es una muchacha tranquila a la que le interesan las relaciones sociales y la activa vida londinense. Cuando se ve encerrada en la plantación de té, su mundo se viene debajo de forma momentánea, pero pronto la aparición del joven Vikrama le hará interesarse por la dinámica de la plantación y la vida de los nativos. En cambio Victoria vive apasionadamente cada descubrimiento que va realizando en la isla. Es una muchacha aventurera, soñadora e inquieta a la que le fascina el mundo que le rodea.

Alrededor de ellas el elenco de personajes se completa con figuras de muy distinta índole que tienen gran importancia en la historia. El capataz de la plantación Vikrama, el lujurioso Stockton o Cahill, abogado de la finca así como Jonathan Sing que pertenece a la parte actual de la novela y que será uno de los principales apoyos de Diana. Aunque estos personajes se encuentren un poco eclipsados por las presencias femeninas también resultan muy interesantes.

Una de las cosas mejores que tiene esta novela es la capacidad para transportarte a Ceilán, nombre con el que se conocía Sri Lanka hasta hace relativamente poco tiempo. Y nos la presenta en diferentes épocas, pasado y presente, a través de sus protagonistas (Diana en la actualidad y las hermanas en el siglo XIX). Su autora nos descubre el fascinante mundo de las plantaciones de té. Las recolecciones, el proceso de madurado y secado, las distintas variedades y el rito para tomarlo.  La isla está perfectamente descrita y no cuesta nada imaginar el ambiente exótico, la explosión de color que ostenta su vegetación y sus gentes, su particular fauna, los saris, las cabañas de madera y las casas solariegas que ocupaban muchos británicos que prosperaban gracias a este ventajoso cultivo como la familia Tremayne. Además nos ofrece algunos datos y curiosidades de las costumbres de los Tamil en aquel momento, una de las etnias nativas de la isla, tales como las ofrendas a los dioses Ganesh y Shiva, el Kalarippayatti, un deporte basado en la lucha o los manuscritos en hoja de palma en que los astrólogos nadi escribían el futuro de las personas, el pronóstico para una boda o simplemente transcribían valiosa información que se almacenaban en unas bibliotecas enormes.

El resto de la historia transcurre entre los escenarios de Berlín y Londres entre los cuales Diana viaja que están definidas con menor detalle pero que a la vez nos transmite la esencia de sus habitantes.

Si en la novela encontramos traiciones, secretos, mentiras, no podía faltar el amor como un ingrediente que le confiere mayor atractivo a través de una preciosa historia de amor, algo típica entre dos personas de distinta etnia, pero al fin y al cabo nos hace soñar.

La historia nos es narrada a través de capítulos que alternan las dos líneas argumentales, pasado y presente, de forma que el periodo más antiguo nos va contando la historia en sí y el más actual los descubrimientos que Diana va realizando poco a poco respecto a la anterior.  Aunque es cierto que el lector puede sentirse ansioso por desvelar estos secretos, la historia se disfruta tanto que no importa su longitud ni lo que tardemos en llegar a ellos.

Corina Bomann hace gala de un estilo sencillo, que no simplón, y depurado que te hace sentir muy a gusto entre sus páginas. Fluido, con detalles exquisitos, de forma lenta que te va envolviendo poco a poco con una excelente ambientación sin caer en la tentación de describir cada paisaje al milímetro para llegar a un final coherente, creíble y que descubriremos con el corazón desbocado.

Conclusión

Si os gustan las sagas familiares, las historias bien narradas y con una ambientación exótica, sin duda esta novela os satisfará plenamente. La isla de las mariposas es una novela del género que ha dejado volar mi imaginación a la vez que me ha atrapado con una buena dosis de intriga.