Páginas

martes, 10 de julio de 2018

Olive Kitteridge - Elizabeth Strout


Título: Olive Kitteridge
Autora: Elizabeth Strout
Publicación: Duomo
Páginas: 352 

UNA NOVELA DE UNA EMOCIÓN INTENSA Y ÚNICA

Olive Kitteridge es una maestra retirada que vive en un pequeño lugar de Maine, en Nueva Inglaterra. A veces dura, otras paciente, a veces lúcida, otras abnegadamente ciega, Olive lamenta las transformaciones que han agitado el pequeño pueblo de Crosby y la deriva catastrófica que va tomando el mundo entero, pero no siempre se da cuenta de los cambios menos perceptibles que afectan a las personas más cercanas: la desesperación de un ex alumno que ha perdido las ganas de vivir; la soledad de su hijo, que se siente tiranizado por los irracionales caprichos maternos; y la presencia de su marido, Henry, que vive su fidelidad conyugal como una maldita bendición. Mientras la gente del lugar va afrontando sus problemas, sean leves o graves, Olive va tomando conciencia de sí misma y de las personas que la rodean, muchas veces dolorosamente, pero siempre con una honestidad entrañable.

Mis impresiones

A Elizabeth Strout, ganadora del Premio Pulitzer en 2009 entre otros, ya la había conocido con otras de sus obras (Me llamo Lucy Barton, Amy e Isabelle y Todo es posible) y me gusta especialmente la sensibilidad y la delicadeza con las que trata las relaciones humanas. Han sido novelas que he disfrutado mucho por lo que tenía ya ganas de leer Olive Kitteridge, una novela que os anticipo que no me ha decepcionado. La obra también ha sido adaptada a una minserie de televisión de título homónimo.

“La bahía había empezado a rizarse y la marea estaba subiendo, de manera que era posible oír las piedras más pequeñas moviéndose conforme el agua las arrastraba. También se oía el chasquido de los cables golpeando los mástiles de los veleros amarrados. Unas cuantas gaviotas graznaban al abatirse para recoger las cabezas, colas y lustrosas tripas de pescado
que el niño arrojaba al agua mientras limpiaba las caballas en el muelle.”

Esta obra podemos considerarla una novela y a la vez un libro de relatos. Una estructura original que da pie a la autora a retratar la vida en un pequeño pueblo costero de Nueva Inglaterra llamado Crosby. A través de estos trece relatos iremos conociendo las vidas de sus habitantes cada uno con sus particularidades, sus problemas, sus deseos y anhelos. El nexo de unión entre todos estos personajes es una mujer llamada Olive Kitteridge (que aparece en todos ellos aunque sea de forma tangencial), que fue una temida y respetada maestra de matemáticas, casada con Henry, un farmacéutico. A través de los años iremos viendo algunos de los acontecimientos que marcan sus vidas así como las personas que los rodean. No tienen por qué ser grandes acontecimientos pero cada uno ellos va abriendo un camino.

Olive es un personaje que me ha gustado mucho por su marcado carácter. Una mujer de armas tomar, con arrebatos de mal humor y una sinceridad a veces devastadora a la que vamos conociendo poco a poco y por lo que el personaje dice de sí mismo. No necesitamos que la autora le ponga adjetivos y me parece una propuesta arriesgada. Cuando la vemos por primera vez ya está jubilada, sabremos lo que en el pueblo piensan de ella, la veremos enfrentarse a la salida del nido de su hijo (a quien siempre ha sobreprotegido), la relación que tiene con su esposo, algunas diabluras que realiza como consuelo y como se enfrenta a los avatares de la vida. Si Olive es un personaje con mucha fuerza y garra (aunque también cortante y a veces tosco), Henry, su esposo, es una figura entrañable. Amable, servicial y una persona a quien todo el mundo quiere. A pesar de esas diferencias en sus caracteres forman una buena pareja, bien avenida aunque tampoco perfecta. En su largo matrimonio no siempre han estado de acuerdo o no han ido en la misma dirección.

Como ya he dicho, Olive Kitteridge es un libro que se encuentra a caballo entre la novela y el género de los relatos pero todos ellos con una cohesión y una evolución natural. Se podrían leer de forma independiente aunque es recomendable hacerlo en orden porque la vida de Olive va avanzando en sentido lógico. La voz narrativa es una tercera persona omnisciente que muestra gran sensibilidad y conocimiento a la hora de dibujar al ser humano. Sus personajes no son héroes ni víctimas. Son personas normales y corrientes que justo por ello emanan humanidad.

Así mismo la autora tiene un estilo narrativo que te reconforta, te hace sentir muy a gusto entre sus páginas. Es cercana, cuenta con gran atención al detalle, aporta muchos matices y tiene cierta tranquilidad narrativa. No es una de esas novelas con gran ritmo ni en la que tengan que suceder grandes cosas para cautivarte. Cada una de historias tiene su punto de interés.

Como suele pasar en este tipo de libros puede ser que con unos relatos conectes más que con otros aunque en general a mí todos me han parecido buenos han sido sin duda los referentes al personaje que da nombre al título los que más he disfrutado. E incluso me hubiese gustado que la autora los hubiese alargado más.

A través de ellos Elizabeth Strout nos habla de los errores cometidos, del paso del tiempo con lo que ello conlleva, la perdida de la juventud, el deterioro del cuerpo y la mente o el miedo a la soledad a parte de otros temas normales y cotidianos que es donde radica la fuerza de esta novela. Los recuerdos, las experiencias vividas, las desilusiones, las motivaciones, historias de amor y desamor, desencuentro, conflictos con los familiares, vecinos o amigos. En definitiva, lo que es la vida real.

Conclusión

Por su elegancia, delicadeza y sutileza Olive Kitteridge ha sido una obra que he disfrutado ampliamente. Elizabeth Strout nos presenta un relato humano de gran valor y que denota que su autora es muy obseravadora.