Título: Las
muchachas de Sanfrediano
Autor: Vasco
Pratolini
Publicación:
Impedimenta, septiembre de 2013
Páginas: 148
Chispeante, descarada, briosa, Las muchachas de Sanfrediano es
una fábula moderna con trazas de tragedia clásica que rezuma gracia y aires
italianos por los cuatro costados.
Sanfrediano, un barrio popular y céntrico de
Florencia, ve pasear por sus calles a unas chicas que no son como todas las
demás. Guapas, orgullosas, trabajadoras, independientes y pasionales, cada una
a su manera, las muchachas de Sanfrediano tienen un único punto débil: Aldo
Sernesi, un donjuán al que todo el mundo conoce como «Bob» por su parecido con
Robert Taylor. La principal dedicación de Bob consiste en correr detrás de
todas ellas sin tener aparentemente la más mínima intención de elegir a ninguna
para casarse. Silvana, Gina, Tosca, Mafalda, Loretta y Bice, las protagonistas
de la novela, encarnan en sí mismas a todas las muchachas de Sanfrediano que
han pasado en algún momento por las manos de Bob. Novias, amantes o simples
conquistas que, al descubrirse víctimas del mismo perverso juego, unen fuerzas
y entretejen un plan de venganza propio de unas auténticas Erinias enfurecidas.
Mi experiencia con la novela
En ocasiones he
señalado que a veces también en literatura menos en mas. Hay pequeñas historias
que nos conquistan por su sencillez y su buen hacer sin tener que recurrir
constantemente a complicadas tramas que nos envuelven en un frenesí de personajes,
acciones y giros imposibles. Porque lo cotidiano y lo real también interesa.
De ello es un
claro ejemplo Las muchachas de
Sanfrediano del italiano Vasco Pratolini que fue publicada originalmente en
1949 y que la editorial Impedimenta ha editado (como siempre de forma muy
cuidada) este mismo año, en que se celebra el centenario del nacimiento del
autor, con una traducción de Amelia Pérez de Villar de la que hay que destacar
el buen trabajo realizado al acercar al lector de una forma tan gustosa a esta
obra.
Pratolini fue
uno de los más escritores más destacables del panorama literario italiano del
siglo XX. Sus obras no sólo contribuyeron a fundar el neorrealismo italiano de posguerra sino que llegó a ser
nominado al Oscar por uno de sus trabajos como guionista.
La historia se
desarrolla en torno a la mitad de los
años cuarenta en un barrio de Florencia llamado Sanfrediano que se encuentra en
la orilla izquierda del río Arno. Un barrio obrero y malsano porque en él se
encuentra el depósito central de basuras, el hospicio y los cuarteles. Sus
casas antiguas de piedra son ocupadas por gente de todo tipo, chatarreros,
oficinistas, artesanos o plateros que son gente terca, inquieta y piadosa a las
que les cuesta llegar a fin de mes.
Aunque sin duda
lo que más destaca en Sanfrediano son sus mujeres. Bellas y orgullosas,
diestras para el trabajo son silleras, pantaloneras, planchadoras o cesteras. Cada una tiene sus propios sueños, esperanzas
e ilusiones pero todas ellas comparten el deseo de agarrar un hombre y no
soltarlo hasta convertirlo en su esposo.
“A las muchachas de Sanfrediano, sean guapas, o feas,
con verrugas en la cara o con ojos de Virgen María, por sus manos las
reconoceréis: son su misterio, su orgullo más íntimo, su dote. Y son blancas
como la leche, con los dedos largos y esbeltos como un huso” (Página 19)
Entre todas
estas muchachas deseosas de casarse se encuentra Aldo Sernesi, a quien todo el
mundo conoce como Bob por su parecido con Robert Taylor, un galán de
extrarradio, elegante, dicharachero y engatusador que juega con todas pero no
tiene la intención de dejarse cazar por ninguna.
Tosca, Gina,
Malfalda, Bice, Loretta, Silvana, las protagonistas de esta historia, han caído
en sus redes.
Todas ellas se dejan querer por Bob y esperan ser las únicas que
puedan llegar definitivamente a su corazón. Cada una ha escuchado las mismas
palabras de amor creyéndose, las pobres, que son las primeras y las únicas.
Pero cuando descubren su juego, celosas y ofendidas, deciden unirse y acometer
un plan con el objetivo de verse vengadas.
Es esta una
novela coral donde sus personajes quedan muy bien dibujados y con
personalidades muy distintas ya que el autor nos los describe tras su
presentación en escena con trazos sencillos pero muy acertados. Cada una de sus
muchachas tiene un carácter muy definido, lo único que comparten entre ellas es
la devoción por Bob. Así Tosca es joven, inexperta y espontánea pero con un
carácter fuerte y dispuesta a no compartirlo con nadie. Gina, quizás la más
enamorada de él desde que en la infancia se prometieran como un juego. Bice que
modesta y cordial sospecha cuáles son sus intenciones. O Mafalda, mujer de
armas tomar que sabe que se trae entre manos. Estas muchachas están dispuestas
a darle a los hombres todo de ellas pero a cambio exigen un compromiso que les
de seguridad y les quite de trabajar.
En cambio Bob
es un tipo egocéntrico y chulesco, un perdonavidas que juega con ellas, las
engaña, las enamora y las abandona cuando pierde el interés. Funcionario del
ayuntamiento con excelente disposición, joven, elegante, con físico de atleta,
partisano en la guerra no sería nadie fuera del barrio pero dentro es el objeto
de deseo de todas las muchachas. Su colección de conquistas es muy generosa y
la guarda con orgullo.
Las muchachas de Sanfrediano es una historia simpática, agradable cuyo objetivo no
va mucho más allá de entretener pero bien construida y bien resuelta. A través
de un estilo narrativo cuidado, con vitalidad y desparpajo que sigue resultado actual y con mucha personalidad,
un toque irónico y mucha chispa construye una historia sencilla y lineal pero
no por ello debe ser considerada una obra menor. Se estructura a través de
catorce capítulos de extensión breve a través de los cuales vamos conociendo a
algunos habitantes del barrio, sus relaciones y su estilo de vida. Es cierto que no existe un gran suspense, si
acaso el conocer cómo terminará Bob, ni un ritmo frenético pero si se puede
considerar a esta una obra de ágil lectura que se disfruta por sus personajes y
por su excelente ambientación.
Pero Las muchachas de Sanfrediano también
funciona a la perfección como una novela costumbrista. A pesar de su corta extensión,
Pratolini consiguió una magnifica ambientación y es una de las cosas que más me
han gustado. En ella se detalla perfectamente la vida en Italia en los años
cuarenta que se encontraba en plena posguerra. A través de sus personajes
rememora en varias ocasiones la acción de los partisanos contra la ocupación alemana.
Sus gentes aún guardan el recuerdo de la guerra, de las bombas y los
fusilamientos, la emoción por la caída del fascismo. Y después de ello, con las
cartillas de racionamiento en las manos en el barrio de Sanfrediano sus gentes se
buscaban la vida como podían pero con la mente un poco más libre también encontraban
sus propios momentos para pensar en el
amor.
Para el que
prefiera conocer esta historia a través de imágenes hay una adaptación cinematográfica
de 1954. La primera obra dirigida por el italiano Valerio Zurlini y de título homónimo.
Conclusión
Las muchachas
de Sanfrediano es una novela entretenida y agradable, con cierto regusto a antiguo
pero no exenta de humor y gracia en su narración. La historia de unas muchachas
y un escarmiento al Casanova del barrio. Si os apetece saber cómo terminará
este pobre diablo os recomiendo su lectura que no tiene desperdicio.