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viernes, 25 de octubre de 2013

Sinfonía de silencios - Lidia Herbada



Título: Sinfonía de silencios
Autora: Lidia Herbada
Publicación: Digital (Amazon)
Páginas: 159 (aproximación según lector)

Sinfonía de Silencios es una mirada al pasado, un flashback a los años 90, una historia de amor entre un pianista y su alumna, envuelto en Nocturno Póstumo de Chopin, en sueños bañados en chocolate y Licor 43. Rebobina el cassette de tu adolescencia para recordar los años en los que soñamos, vagamos entre la niñez y la madurez, en la que recordar un primer beso, y el primer amor queda marcado en ti para siempre.

Mi experiencia con la novela

Seguro que a muchos ya os suena el nombre de Lidia Herbada, una autora autopublicada en Amazon con los títulos Ácido Fólico y 39 cafés y un desayuno junto a Sinfonía de silencios, una novela de la cual se pueden leer reseñas muy positivas en la red.

A mí, sin embargo, Sinfonía de silencios es una novela que me ha provocado sentimientos encontrados. Por un lado su lectura me ha gustado y me ha hecho disfrutar con algunos de sus aspectos pero por otro siento que no he sabido sacarle punta a su argumento.

La historia se desarrolla en el año 1992. Laura es una adolescente que estudia tercero BUP por tradición familiar en un colegio de monjas femenino de rígidas imposiciones . Proviene de una familia desestructurada, de padres divorciados y ausentes que no han sabido dedicarle la atención ni el cariño necesario. Aunque como cualquier chica de su edad disfruta de la compañía de dos de sus amigos, Berta y Néstor, ella se siente diferente y sabe que sus intereses van más allá de aquellos propios de su edad.

Laura siempre ha amado la música pero cuando un nuevo profesor de música, Marcos, se incorpora a la plantilla del instituto comenzará a florecer como mujer y se verá arrollada por la experiencia única de vivir el primer amor envuelta en las notas del Nocturno Póstumo de Chopin.

La novela tiene dos partes bien diferenciadas. Si en la primera de ellas acompañamos a Laura en su adolescencia y vivimos junto a ella algunas de sus primeras experiencias que darán paso a la edad adulta en la segunda parte nos encontramos con una mujer hecha y derecha. Laura se ha casado con uno de sus amigos de la infancia, es madre de familia con todas las obligaciones que ello conlleva y se enfrenta al día a día con la sensación de que algo ha perdido en su vida, de que en su adolescencia dejó algo atrás que aún sigue removiendo su corazón. Se siente atrapada en la rutina y no puede olvidar su primer amor.

Una de las cosas que me ha impedido conectar con la historia es que su primera parte me ha parecido demasiado lenta y en la que concurre muy poca acción. Realmente sólo somos testigos de cómo Laura está enamorada de su profesor enfocado más bien hacia una relación platónica donde ninguno de ellos dará un primer paso. La segunda parte considero, y me ha entretenido más, mucho más realista y con mayor profundidad. Ambas partes no tienen la misma extensión en la novela siendo de mayor longitud la primera parte por lo que la trama en la generalidad de la novela me ha parecido un poco floja.

Si en la primera parte nos habla de los sueños y esperanzas que se van construyendo en la adolescencia en la segunda parte nos habla de la realidad.  De la diferencia entre lo soñado y lo vivido, de las metas nunca alcanzadas y la frustración que ello puede crear.

Pero el aspecto por el que si he disfrutado de esta lectura es por la nostalgia que la imprime y los recuerdos de la adolescencia que trae. Todos nosotros hemos pasado por esa etapa tan complicada en que comenzamos a descubrir el mundo real y a situarnos nosotros mismos en él. El primer amor, el primer beso, las primeras experiencias, los primeros besos, los primeros cigarros pero también el primer desengaño y la primera separación. Una etapa en la vida que cada uno atesoramos de forma distinta en nuestra memoria y que la autora ha reflejado con acierto y realismo en la novela. Me ha gustado recordar las dedicatorias en las carpetas, los corazones con nombres y flechas, el entrar en una discoteca a pesar de no cumplir con la edad mínima o el hacer pellas en clase.

Otro aspecto que me ha encantado en la novela es la ambientación temporal que la autora propone y que te hace sentir muy bien al recordar. Además como Laura su protagonista, yo también viví mi adolescencia en la década de los noventa aunque algunos años más tarde que ella. Y me ha invadido la nostalgia al rememorar las cintas de casette que rebobinábamos con el bolígrafo marca Bic, la colonia Don Algodón que a día de hoy sigue en mi casa, las canciones que en ese momento escuchábamos, los actores que estaban de moda, las series que veíamos en la tele o  incluso en pelo cardado e impregnado de laca con el que todas salíamos a la calle.

Al hilo de toda la historia la música está muy presente y sobre todo el Nocturno Póstumo de Chopin que acompaña a la protagonista en cada momento y le hace vivir situaciones especiales. También hay referencias a la música de moda en aquella época como Madona o Glen Medeiros. Si la música ocupa un lugar excepcional en la novela paradójicamente también lo hace el silencio que a veces puede tener más significado que cualquier otra forma de comunicación.

El estilo de Lidia Herbada me ha parecido cuidado, detallista, con cierto lirismo y evocador en la primera parte y fresco, práctico y directo en la segunda. Con algunas frases muy sugerentes y  con mucho tacto a la hora de narrar.  La voz narrativa es una tercera persona centrada en Laura sobre todo en hacernos partícipes de sus pensamientos y sentimientos en cada momento.

Conclusión

Sinfonía de silencios es una novela que me parece agradable, sencilla, evocadora pero a la cual le falta algo y el ritmo tan lento no le favorece demasiado aunque le hace ganar mucho en ambientación. Una novela que nos habla de la nostalgia de la adolescencia y la realidad de la vida adulta, que nos recuerda aquello con lo que soñábamos y que hemos ido dejando en el camino.