No voy a decir que todos sus libros son iguales. No es cierto. Ni siquiera porque tengan la misma calidad. Pocos de ellos, creo que ninguno me ha defraudado pero creo que hay una razón muy poderosa. Y es que ha ido evolucionando mucho como escritora y muchos de sus seguidores no se han dado cuenta. Pero claro comenzó allá por 1995 con la saga de los Walsh y estamos en 2020. Marian Keyes ha cambiado en algunos aspectos, es obvio, e imagino que esa madurez llega tanto como persona como escritora.
Sus novelas del principio quizás eran poco más frívolas pero yo siempre he visto en ella una escritora injustamente etiquetada en el chick lit (la comedia llena de tópicos, de mujeres desesperadas por encontrar el amor, por perder unos kilos de más y por mantenerse derechas sobre sus tacones). Muchas de sus novelas tocan temas tan delicados como la violencia, los abusos, las drogas, la pérdida de seres queridos, la soledad, la enfermedad, etc...
El título de esta novela ya lo dice todo. Todo gira alrededor de una familia. Tenemos a los tres hermanos Casey: John, Ed y Liam, sus esposas Jessie, Cara y Nell y los hijos de las dos primeras. El libro arranca con una escena que es toda una declaración de intenciones. La familia al completo está disfrutando de una agradable cena cuando una de las tres mujeres en un inintencionado arranque de sinceridad comienza a decir ciertas verdades que si no fuera por el fuerte golpe que se ha dado en la cabeza nunca se hubiese atrevido a sacar a la luz ¿O si? Porque esta familia está acostumbrada a pasar mucho tiempo juntos, a todo tipo de celebraciones y obligadas vacaciones. El roce hace el cariño pero también crea irritaciones.
Todo esto es gracias a Jessie, una mujer acostumbrada a ser la anfitriona, a dirigir y que nadie la contradiga. Está casada en segundas nupcias (lo cual les ha dado muchos problemas) con Johnny y ambos regentan una empresa dedicada a la comida. Ed y Cara son la siguiente pareja. Ella tiene problemas de autoestima y él hace como que no se da mucha cuenta así van tirando como si no pasara nada. Y por último los tortolitos, Liam y Nell, que solo llevan un año casados y que parecen aun disfrutar de la luna de miel.
No os voy a hablar ni individualizar más a cada personaje porque sería muy largo de contar y creo que tampoco tiene mucho sentido. Sin embargo si os voy a explicar de qué va novela. Y no es más que los tejemanejes, las relaciones y los secretillos que se guardan entre los distintos miembros del clan familiar. Lo que no se dicen por miedo a las represalias, los secretos que guardan por pudor, las obligaciones familiares a las que todos nos vemos sometidos o las extrañas circunstancias en las que nos vemos encorsetados en demasiadas ocasiones, etc... Todo lo que hacemos para que exista la tan deseada armonía y paz familiar. Obviamente y salvando que no deja de ser una novela, creo que refleja muy bien lo que podría ser la realidad.
Si conocéis a la autora, ya sabéis lo que vais a encontrar. No sorprende en estilo, la forma en que caracteriza sus personajes (con unos encajas mejor que con otros, tienen sus diferentes caras pero una personalidad bien arraigada en cada uno de llos), en decir las cosas sin tapujos y con su sentido del humor habitual (lo cual no le resta a mi gusto nada de importancia a los temas que trata) y con ese desparpajo habitual que la caracteriza. Se que nunca va a ganar un Nobel pero también se que me encanta. Me gusta muchísimo la forma en que refleja cosas cotidianas de la vida o algunas más inusuales.
En esta novela pasamos de los problemas laborales, la rutina en las relaciones de pareja, los sentimientos que van cambiando, la economía disparatada a temas como la bulimia, la insatisfacción personal y otras tantas cosas que universales a todos los seres humanos. Si tuviera que ponerle una pega es que en ciertos momentos alarga escenas innecesariamente.
En defintiva, leer a Marian Keyes para mi es una apuesta segura. Y en esta ocasión no ha sido diferente. Una novela que he disfrutado muchísimo, narrada con su sensibilidad habitual sobre los temas más delicados y ese sentido del humor tan habitual en ella.