Amelia Noguera es una de esas autoras a las que he ido
conociendo poco a poco, leyendo cada uno de los libros que sacaba,
emocionándome con sus historias y disfrutando como ha ido creciendo. No solo me
refiero a su evolución como escritora sino a la forma en que su talento se ha
ido reconociendo, llegando cada vez a más lectores y ha conseguido que sus
novelas pasen al papel.
El paseo de los canadienses es su último título publicado
y la novela de la que hoy os voy a hablar. Una lectura que ha sido especial
para mí. Llevaba algunas semanas sumida en una importante crisis lectora (de
esas que todos sufrimos de vez en cuando). No hacía nada más que empezar libros
y no conseguía meterme en ninguno. Probaba y probaba y todo lo sentía insulso.
Todos los abandonaba. Me daba miedo comenzar este precisamente por si de nuevo me
generaba la misma desgana. Sin embargo de una forma mágica ocurrió todo lo
contrario y esta novela me cautivó desde el principio.
Esta es una historia de amistad, de injusticia y de
supervivencia. Comienza durante un episodio concreto de la Guerra Civil. Queipo
de Llano, general franquista, iba a entrar en Málaga y para evitar las
consecuencias muchos republicanos desertaron y comenzaron una desesperada huida
hacia Almería. Tomaron lo poco o mucho que tenían, lo que consideraron
necesario o lo que pudieron abarcar y comenzaron a recorrer lo que hoy se llama
el Paseo de los Canadienses.
La verdad es que no conocía nada de lo que Amelia Noguera
nos revela en esta historia. No sabía lo ocurrido en esa carretera
concretamente. Todo está basado en hechos reales. Es la historia de muchos que
en 1937 tuvieron que abandonar sus hogares intentando salvar sus vidas. Pero
muchos nunca llegaron a su destino. Se produjeron bombardeos y masacres que
acabarían con muchos de ellos.
En este interesante contexto y esa carretera de la muerte
se conocen dos niñas. Una de ellas es Azucena. Su familia es rica, del que
sería el bando vencedor en la guerra. Los suyos están a punto de llegar y con
ello se encontrarían a salvo de los republicanos y podrían recuperar aquello de
lo que estos les habían despojado. Sin embargo una dramática escena y ante la
incertidumbre de sus consecuencias su abuela les recomienda marcharse y refugiarse
en la casa de su hermana hasta que las aguas se calmen. Madre e hija parecen no
tener mucho que ver con los miles de hombres y mujeres que viajan en la misma
dirección, como ocurre con Martina. Otra pequeña que viaja con su madre. Ambas niñas
inmediatamente establecerán un fuerte vínculo que les ayudará a salir hacia
adelante.
El paseo de los canadienses es un relato vivido y
conmovedor. Refleja una parte de la historia que conocemos, ya hemos oído
hablar sobradamente de ella. Pero gracias a las descripciones de la autora lo
vivimos como sus personajes. Nos hacemos una clara idea de lo que sintieron así
como lo que probablemente pasaba por sus mentes en esos momentos. Porque en las
novelas de la Noguera siempre sus personajes tienen corazón y conciencia. Es
una autora que no te cuenta una historia sino que te hace vivirla. Angustia,
miedo, incertidumbre entre otras muchas emociones.
Esta es la historia de una gran amistad que lo que sería
con seguridad la peor experiencia en la corta vida de dos niñas que quizás de
otra forma nunca hubieran llegado a unirse. Dos niñas de dos clases sociales
diferentes pero que por distintas razones se encontraron en el mismo camino.
Pero además de estos personajes nos vamos a encontrar las
historias de otros muchos que nos ofrecen su testimonio y que aportan una gran
riqueza a la historia. Puntos de vista diferentes que vivieron experiencias cercanas,
pero de distintas maneras, con diferentes formas de pensar e ideales, como un
piloto italiano, un miliciano republicano, un arquitecto canadiense, un
falangista, etc… Con ello la autora nos da una visión más amplia del conflicto.
Y si la trama nos horroriza y algunos de sus personajes
nos conmueven profundamente otra razón que os doy para leerla es que la
narración es exquisita. Es comenzar a leer y sentirse a gusto con cada frase,
con cada palabra. A pesar de que podríamos decir que es una novela con
contenido histórico no prescinde de esa parte emocional y reflexiva que lleva
la historia más allá.
Y creo que llegados a este punto queda claro que he disfrutado
muchísimo con la lectura de esta novela, que no solo no dudo en recomendárosla
a todos sino que os ánimo a leerla lo antes posible.