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miércoles, 31 de julio de 2019

Carmilla - Joseph T. Sheridan Le Fanu


Si nos preguntamos quién es considerado el padre de las crónicas vampíricas a nuestra mente vendrá con toda seguridad el personaje de Drácula y su autor Bram Stoker. Y sin embargo, veinticinco años antes hubo una precursora del género vampírico. Su nombre es Carmilla y su autor el escritor irlandés Joseph Sheridan Le Fanu que la vio publicada en el año 1872. Y precisamente hoy os voy a hablar de esta novela que recientemente ha editado Navona dentro de su colección Los Ineludibles que, a riesgo de repetirme, tengo que decir que se llama así con toda la razón del mundo.

La historia da comienza en Estiria, una pequeña región de Austria. Laura y su padre viven en un castillo situado en la cima de una colina y alejado a cierta distancia del pueblo más cercano. No es que sean gente acaudalada ni cuentan con títulos aristocráticos. Solo que abandonaron Londres y con sus rentas en este lugar más apartado el patrimonio, gracias a que el padre había servido en el ejército austriaco, cundía de otra manera. 

La vida de la pequeña Laura transcurre sin muchos sobresaltos y si con aburrimiento hasta que ya siendo una adolescente tiene lugar el accidente de un carruaje cerca del castillo. En él viajaban una joven llamada Carmilla y su madre que muy apurada se ve obligada a dejarla en el castillo y seguir su camino con mucha urgencia. A partir de ese momento la vida en el castillo cambiará.

Como ya os he adelantado antes Carmilla es una historia sobre vampiros y aunque no os voy a aclarar quien ocupa qué lugar en la historia si os diré que es una obra escrita a finales del siglo XIX y con ese mismo sabor a clásico que rezuma Drácula. De hecho si obviamos las diferencias más obvias el fondo, la esencia es la misma. Nos encontramos con un ser sobrenatural, místico, atrayente y misterioso que a su vez parece inspirarse en la condesa Báthory, una de las mayores asesinas de la historia.

La novela es perfecta para los amantes del género gótico y lo clásico, con todos los elementos que ello supone. Un oscuro castillo alejado de toda civilización, sombras y un algo sobrenatural que flota en el ambiente. Me resulta extraordinario que una novela que no llega a las doscientas páginas pueda resultar tan misteriosa, tan mágica y tan envolvente.

Se inicia con el encuentro de dos jóvenes de la misma edad aproximadamente. Laura (la que a su vez es narradora de la historia) vive sola en el castillo con su padre y la llegada de Carmilla supone un soplo de aire fresco. Aunque pronto se siente desconcertada ante su presencia. El carácter de Carmilla es muy fuerte, frecuentemente cambiante y poderosamente atrayente. Incluso en algún momento en la novela parece que esa atracción es física y sexual (algunos dicen por ahí que es un indicio de amor homosexual pero yo creo que no van exactamente o solo por ahí los tiros, sino que es mucho más complejo). Un tiempo después la enfermedad cae sobre Laura sin nadie poder explicarse qué le ocurre realmente.

La narración de la novela tiene una atmosfera envolvente, misteriosa y tensa que asumimos de parte de las palabras de la propia protagonista, pero bastante tiempo después de que sucediera la historia, con la perspectiva del tiempo sucedido desde entonces. Especial importancia cobra lo onírico en la novela como forma de comunicación o revelación. Hay escenas que están muy bien logradas, tienen muchísima tensión y no solo lo consigue el autor utilizando lo sobrenatural sino también consigue inquietarnos con el comportamiento o emociones de sus personajes.

En definitiva, Carmilla es una novela corta que me ha hecho disfrutar de un relato intenso, vibrante y con un sabor a terror gótico perfecto. La recomiendo encarecidamente si sois amantes del género y si no también.