Título: Todo lo
demás era silencio
Autor: Manuel de
Lorenzo
Publicación: Suma,
2019
Páginas: 186
Tenemos tan
automatizado el proceso de vivir que en la mayoría de veces necesitamos que
ocurra algo extraordinario, ya sea bueno o malo, para que nos detengamos a
pensar en quienes somos, qué tenemos y qué queremos. También es cierto que, si tuviéramos
tan claro que la vida es algo efímero, que tarde o temprano termina, para
muchos sería una idea tan insoportable que no permitiría un día a día normal.
Esta comienza en la
habitación de un hospital. Es aquella en la que ha ingresado Lucía tras sufrir
un trágico atropello. Por suerte su amigo Fernando no estaba muy lejos y
reaccionó rápido. Pero es a su esposo, Julián, a quien le perteneces las largas
horas de espera, la incertidumbre, los paseos interminables por los pasillos
del hospital, el poder escaparse para fumar un cigarrillo o la preocupación por
el diagnóstico médico. Parece que Lucía ha salido indemne del accidente, pero
las pruebas revelan que hay algo más… Es a partir de ese momento cuando Lucía y
Julián comienzan a plantearse las cosas de otra manera. Es posible que para
Lucía no exista un futuro y por ello intenta volver al pasado.
Todo lo demás era silencio es una novela difícil de recomendar
abiertamente a todo el mundo. Creo que es una novela que debe encontrar las
manos adecuadas. Las de ese lector sibarita que disfruta de la narración
plenamente, que aprecia lo intimista y esos textos que proporcionan las
herramientas de arranque a la reflexión. Porque es lo que es esta novela. Es la
historia de dos personas pero a la vez una ventana abierta al pensamiento.
Julián y Lucía son
una pareja normal y corriente. Disfrutan de la tranquilidad de su matrimonio y
una existencia cotidiana. Ambos nos irán contando su pasado. Los niños que
fueron en su día, su adolescencia, el momento en que se conocieron y cómo
llegaron a casarse. Más o menos lo que ha sido su vida hasta el momento en el
que se encuentran el hospital. Pero su autor hace un viaje rápido por todos esos
acontecimientos. Nos marca unas ideas generales y no se detiene en narrar vida
y misterios con pelos y señales. Es por ello que nos da una idea muy general de
quienes son sus personajes. Como he dicho, personas con vidas muy normales pero
en las que he echado en falta un mayor desarrollo o caracterización porque esta
novela, en concreto, se prestaba a ello.
Creo que de alguna
manera Manuel de Lorenzo me ha logrado implicar en la historia. Creo que de
haberme encontrado en sus circunstancias hubiese actuado de forma completamente
distinta o no, quien sabe. Pero lo importante es que te hace ponerte en su
piel.
El atropello, la
estancia en el hospital supone para ambos un punto de inflexión. Ese momento en
que te detienes y tienes que ponerte a replantearte toda tu vida. Aunque no sea
de la misma forma o en las mismas circunstancias, quién, llegados a cierta
edad, no ha pasado por algo así. Y a partir de aquí ya no cuento nada más, tendréis
que leer la novela si queréis saber más acerca del viaje a Galicia, no solo
físico sino también espiritual, que emprenden sus personajes y cual serán sus
destinos finales.
Me ha parecido que
Manuel de Lorenzo encuentra el tono adecuado para narrar la novela. No es una historia
que tenga mucha acción sino que es para paladear y disfrutar con tranquilidad. Aun
así como pasa por muchas escenas de forma un tanto liviana la novela no se hace
pesada. La narración tiene cierta cadencia, con gran atención a los detalles,
muy descriptiva y algo abstracta en su mayor parte. Con esto quiero decir que
en determinados momentos no narra nada en concreto. Pero hay que considerar que
es una primera novela y yo creo que es algo que con el tiempo el autor podrá
manejar con más soltura.
En definitiva, Todo lo demás era silencio es una
historia sencilla y de corte intimista que te hace reflexionar sobre las cuestiones
importantes de la vida y lo importante que es conservar los mejores recuerdos.