Título: Cien
años de soledad (edición ilustrada)
Autor: Gabriel
García Márquez
Publicación:
Literatura Random House, abril de 2017
Páginas: 400
«Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo.»
Con
esta cita comienza una de las novelas más importantes del siglo XX y una de las
aventuras literarias más fascinantes de todos los tiempos. Millones de
ejemplares de Cien años de soledad
leídos en todas las lenguas y el premio Nobel de Literatura coronando una obra
que se había abierto paso «boca a boca» -como gustaba decir el escritor- son la
más palpable demostración de que la aventura fabulosa de la familia
Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos,
adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo
el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
El mejor homenaje a Gabo es leerlo.
Mis impresiones
Cien años de
soledad es una novela muy especial para mí. Es una de las pocas novelas que
me ha apetecido releer y que es disfrutado tanto o más como la primera vez. La
novela fue escrita por Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura en
1982) en 1967 y en mi opinión es una novela completamente atemporal y que
cualquier tipo de lector puede disfrutar. Solo hay que dejarse llevar.
Con motivo del quincuagésimo aniversario de su
publicación el sello Literatura Random House ha llevado a las librerías una
edición que es una auténtica maravilla. Se nota la atención al detalle y el
cuidado con se ha elaborado. Una de sus características que la hace especial, a
parte del formato en sí, es una tipografía exclusiva creada por Gonzalo Garcia
Barcha, que es el hijo de Gabriel García Márquez. Pero además cuenta con un plus que me ha
encandilado que son las ilustraciones (con perforaciones en forma de gota) de Luisa Rivera, una artista chilena, que
en mi opinión refleja perfectamente la esencia de la historia y suponen un
complemento perfecto. Os he dejado algunas imágenes para que veáis la delicadeza
y originalidad de su trabajo.
“Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava
construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un
lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo
era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo.”
La historia que nos cuenta Gabriel García Márquez empieza
con la de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán que se casan siendo primos a
pesar de las advertencias familiares del riesgo de engendrar iguanas, en vez de
personas, por el cruce de sangre. De hecho existía ya un precedente en la
familia de un niño que había nacido con un extraño apéndice. Sin embargo los
jóvenes enamorados ignoran estas advertencias hasta que después de la boda la
madre de Úrsula consigue aterrorizar a la muchacha con toda clase de
pronósticos siniestros. Por ello la joven decide que casados o no el matrimonio
no ha de consumarse. Este hecho hace que en la vida marital de los Buendía se
instale un fantasma que les hará abandonar la ranchería donde viven y emprender
un largo viaje.
José Arcadio Buendía busca establecerse cerca del mar
pero tras veintiséis meses de una larga y penosa travesía por la selva desistieron
de su empresa y fundaron el pueblo de Macondo a orillas de un río. Y este es el
principio de una gran saga familiar que nos narra las aventuras y desventuras
de seis generaciones de individuos de la misma familia. En la novela vamos a
encontrarnos historias de amor y desamor, celos, envidias, odios, desconsuelo, infortunios,
fantasmas que vienen y van, duelos de honor, deseos, relaciones prohibidas,
obsesiones, traiciones, enfermedades y agravios. También se toca en ella temas
como la política, la sociedad, la guerra, la evolución o incluso temas que hacen
referencia a la religión con críticas muy sutiles y veladas.
Pero sin duda el gran tema que predomina en la novela
hace honor a su título. Es la soledad en la que viven las diferentes
generaciones de personajes en esos cien años que abarca la novela. Y en el
sentido más amplio de la palabra. Por diversas cuestiones sus personajes la
sentirán en sus carnes. Se librarán del temido apéndice que presagiaban sus
parientes pero nunca encontrarán la forma de sentirse en paz consigo mismos. Y
es un gran número de ellos los que iremos conociendo en la novela. José Arcadio,
de una obstinación imperturbable, y Úrsula, la matriarca omnipresente, son los
fundadores de una gran estirpe de nombres que se repiten una y otra vez, de
personalidades singulares, hombres y mujeres obstinados, con sus rarezas y extravagancias
que crean un entorno mágico.
García Márquez es un auténtico mago capaz de crear y
mezclar con una increíble solvencia un mundo donde la fantasía y la realidad se
desdibujan y se hacen perfectamente compatibles. Es lo que se ha llamado realismo mágico, una tendencia de las
que este autor es un mejor y mayor representante. Desde muertos que vuelven a
hablar con los vivos, la levitación y desaparición de Remedios, la enfermedad
del insomnio que se contagia como la peste o una lluvia incesante durante más
de cuatro años son acontecimientos que difícilmente pueden darse en la realidad
y sin embargo enriquecen muchísimo la historia y el lector es capaz de vivirlos
con total normalidad. Me gusta muchísimo este mundo maravilloso de fábulas,
imaginación y alquimia en el que se nos introduce.
Así mismo ya el pueblo de Macondo figura como un
personaje más de la historia. Creado y aislado en medio de la nada será testigo
de la transformación y evolución del mundo siendo incapaz el mismo de asimilar
y sufrir estos cambios. Un pueblo en constante declive. Su autor no delimita la
historia ni espacial ni temporalmente pero por las referencias que existen se
puede delimitar su comienzo a mediados del siglo XIX en el que llegan nuevos
inventos que fascinan a los hombres de la familia Buendía.
Cien años de
soledad es una novela de complejísima construcción y sin embargo su lectura
resulta jugosa, envolvente y te hace disfrutar desde el principio a fin. Ya el
propio autor dijo que había empleado más de cinco mil cuartillas para
escribirla. Su forma narrativa es sustanciosa, riquísima y exquisita en
vocabulario, con la utilización de diversas figuras literarias, con frases muy elaboradas y propias del estilo
inconfundible del autor. Además de su número elevado de tramas y subtramas
(porque si algo caracteriza a esta novela es que en ella no paran de suceder
cosas y a un ritmo bastante ágil), de personajes y de ideas hay un concepto un
tanto peculiar del tiempo. En Macondo hay una recurrencia del mismo de forma
que aunque siempre va hacia delante y se percibe una progresión también es
cierto que se no pierde ese nexo con el pasado y con la capacidad de caer en
los mismo en el mismo bucle de acontecimientos.
Conclusión
Para mí Cien años
de soledad es una de las mejores novelas que se han escrito en la historia
de la literatura. Una novela que te introduce en un mundo mágico y misterioso
poblado de personajes originales y extravagantes que al final te habla de temas
tan sencillos y universales que todos podemos experimentar.