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jueves, 25 de septiembre de 2014

El abuelo que saltó por la ventana y se largó - Jonas Jonasson



Título: El abuelo que saltó por la ventana y se largó
Autor: Jonas Jonasson
Publicación: Salamandra, 2012
Páginas: 419

Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en el interior de ésta se apilan, ¡santo cielo!, millones de coronas de dudosa procedencia. Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin o Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad, está a punto de poner todo el país patas arriba.

Mis impresiones

No sé que tienen los títulos tan largos y exuberantes que de alguna manera nos llaman la atención y se fijan en nuestra mente de forma permanente. Esto es lo primero que llama la atención de la primera novela del periodista sueco Jonas Jonasson titulada El abuelo que saltó por la ventana y se largó. A parte de esto no se puede negar que la novela ha sido todo un éxito que ha conseguido vender más de dos millones de ejemplares en toda Europa y contando a día de hoy con su propia versión en cine de título homónimo.

Casi desde el  mismo momento en que salió publicada en 2012 comenzaron mis dudas con ella. No han sido pocas las voces que la han recomendado en la blogosfera y en general es una novela que ha gustado mucho. Pero para mí había algo que hacía que la novela no se moviera del lugar que ocupaba en la estantería y al final ha sido la curiosidad y las ganas de sacarme la espinita las que han hecho que saliera de su escondite.

La historia empieza el 2 de mayo de 2005 una hora de antes de que comience la fiesta de cumpleaños en honor de Allan Karlsson quien ese mismo día cumple los cien años. Mientras todo el personal de la residencia de ancianos en que vive junto a la prensa local y el alcalde de la ciudad esperan el feliz acontecimiento él decide que es el momento adecuado para saltar por la ventana de su habitación, con su mejor traje y unas pantuflas en los pies, y escapar para siempre de allí.

Como no tiene ningún lugar concreto al que dirigirse decide ir a la estación de autobuses y sacar un billete para el primer trayecto que tenga lugar. Mientras espera la salida un joven le pide que vigile la maleta mientras él va a los aseos pero antes de que este regrese el autobús emprende la marcha y Allan decide llevarse la maleta ya que no cuenta con más equipaje. Para su sorpresa en la maleta no hay artículos de aseo o ropa sino que está llena de dinero, cincuenta millones de coronas en total. Toda una fortuna.

Este es el punto de partida con el que comienzan las extrañas y disparatas aventuras del abuelo centenario y la maleta llena de dinero. En el camino se le unirán un ferroviario ladronzuelo, un vendedor de perritos calientes y una dama con un elefante. Mientras la policía está en jaque asombrada por el reguero de muertos, el país se desvive por conocer el paradero del abuelo y la banda criminal que ha perdido la maleta le busca desesperadamente.

Intercalados con los capítulos que nos narran las peripecias del abuelo prófugo nos encontramos una segunda línea argumental que nos va narrando la propia vida del protagonista desde su nacimiento.  Una vida llena de experiencias y vivencias curiosas y diferentes sobre los muchos lugares a los que el personaje ha viajado (España, Estados Unidos, Rusia, China, el Himalaya….), los diversos personajes históricos que se ha ido encontrando en el camino (como Hitler, Stalin, el presidente de Estados Unidos Truman, Churchill, Mao Tse-tung….) y los importantes históricos vividos y que han marcado el siglo XX (la Guerra Civil española, la revolución bolchevique o la II Guerra Mundial entre otros).

Por su argumento la novela promete aventuras, humor, diversión y un punto de originalidad que yo en esta ocasión no he sabido encontrar por ningún lado. Su comienzo puede llegar a ser refrescante pero  tras el primer tercio este aire novedoso se pierde y la novela se convierte en una sucesión de escenas que se parecen bastante, aunque con distintos personajes y en distintos escenarios. Es por ello que El abuelo que saltó por la ventana y se largó llega a un punto que se hace repetitiva hasta el punto de que a mí particularmente llegó a cansarme y hacerse cuesta arriba su lectura.

Tampoco he conectado mucho con el tipo de humor, sobre lo extravagante, absurdo y a veces caricaturesco, del que hace uso el autor. De hecho el libro ni siquiera ha logrado sacarme una sonrisa. Aún así debo reconocer que existen algunas ideas ingeniosas que me han llamado la atención por su sarcasmo e ironía y que utiliza de forma tremendamente mordaz para criticar por un lado a la sociedad actual pero por otro ridiculizar algunos hechos o personajes verdaderamente vergonzosos del pasado.

Sobre el personaje principal he de decir que no ha logrado despertar en mi alguna simpatía ni me he sentido de alguna manera conectada con él hasta el punto de que me da la sensación de que este aspecto ha condicionado toda la lectura. Me ha parecido un personaje bastaste insustancial, sin principios y carente de ideas propias incluso bastante idiota en algunos momentos. No es realmente consciente de lo que sucede a su alrededor, no le va la política y tampoco se implica en nada socialmente. Le veo muy neutro.

De su estilo narrativo hay poco que comentar. Jonas Jonasson utiliza una voz en tercera persona que va relatando de manera directa y ágil (mucha acción y poca descripción) pero demasiado simplona para mi gusto. De hecho para rellenar tantas páginas el autor se ve obligado a introducir una sucesión constante de chistes y situaciones embarazosas que en muchos momentos no conducen a nada, incluso en ciertos momentos el ritmo se rompe y cuesta seguir leyendo. Lo que sí es cierto es que su argumento es totalmente impredecible siendo totalmente imposible anticiparse a lo que va a ocurrir a continuación.

Como os he comentado antes, el desarrollo sucede a través de dos líneas temporales que de forma alterna conducen a por un lado el pasado (la vida de Allan Karslon) y por otro el presente (su aventura con la maleta) del protagonista. En total son un total de veintinueve capítulos más un epilogo que se cierran de forma inesperada aunque para este momento poco me importaba ya su desenlace.

Conclusión

En esta ocasión no creo que haya sido un problema de altas expectativas sino que esta no era novela para mí. El abuelo que saltó por la ventana y se largó comienza de una forma diferente y original pero tras unos cuantos capítulos estos dos adjetivos desaparecen durante el resto de una novela que a mí me ha resultado bastante pobre y repetitiva.


Calificación: