Título: Atardecer en París
Autor: Nicolas Barreau
Publicación: Espasa, mayo de 2013
Páginas: 299
Una novela deliciosa sobre la maravillosa locura que es el amor; sobre todo, el amor en París, algo tan mágico que sólo puede ser cierto.
Cinéma Paradis es uno de los poquísimos cines de barrio que aún resisten en el corazón de París, gracias a la pasión de su dueño, enamorado de la chica del abrigo rojo que siempre se sienta en la fila 17.En esa pequeña sala se pondrá en marcha el azar para que los sueños se hagan realidad... no sin algún malentendido, pues detrás de las mejores historias de amor siempre hay un gran secreto.
Mi experiencia con la novela
El escritor parisino Nicolas Barreau me ha deparado momentos muy entretenidos con dos de sus obras. Si Me encontrarás al final del mundo me hizo disfrutar de unos momentos de agradable distensión mental, su última publicación, La mujer de mi vida fue una lectura que resultó un soplo de aire fresco y que terminé con una amplia sonrisa en los labios. Me dejó una buenísima sensación. Ambas novelas tienen unas características similares. Son novelas cortas y ligeras en que las que el amor es el eje alrededor del cual gira la trama y su protagonista debe pasar por una serie de peripecias para encontrar a la mujer de su vida.
Atardecer en París vuelve a presentar un argumento y unas características parecidas a las anteriores. He de confesar que aunque me ha resultado una lectura de nuevo entretenida que una lee sin darse cuenta también me ha dado la sensación de haberme encontrado con una formula ya repetida que ha perdido su originalidad y la frescura de la que gozaban las anteriores. Junto a una estructura que calca a las anteriores además encontramos unos personajes que representan los mismos estereotipos e incluso algunas escenas que se parecen demasiado.
El protagonista de esta historia es Alain Bonnard que regenta el Cinéma Paradis, un pequeño cine antiguo, independiente y no comercial de los pocos que quedan en la ciudad de Paris, donde se desarrolla la historia.
Muy lejos de proyectar las últimas películas editadas y los boom de taquillas en el Cinéma Paradis la premisa es centrarse en el cine de calidad, ofreciendo a sus telespectadores grandes clásicos del género. Su clientela es escasa pero fiel y a cada sesión acuden normalmente las mismas personas por lo que Alain se siente de alguna manera familiarizado con ellos. Entre ellas hay una joven en la que Alain se ha fijado. La chica siempre acude a la sesión de los miércoles, viste un abrigo rojo y se sienta en la fila diecisiete.
Una noche se arma de valor y decide invitarla a tomar un café. La joven acepta y juntos pasaran una inolvidable noche de confesiones en la comienzan a surgir ciertos sentimientos. Los dos jóvenes se despiden con la promesa de volver a verse el próximo miércoles.
Pero al día siguiente Alain recibe una sorprendente propuesta. Un conocido director de cine Americano, Allan Wood, pretende rodar una película en su pequeño cine, que será protagonizada por Soléne Avril, una de las actrices de moda del momento y la persona que ha inspirado la idea. Ya que el Cinéma Paradis en uno de los escenarios que mejores recuerdos le traen de su infancia.
Mientras todo se prepara para que comience el rodaje, Alain espera con impaciencia su próxima cita con Melánie, la mujer de la que se ha enamorado. Pero cuando llega el día señalado y esta no se presenta su vida se pone patas arriba. Desesperado comienza una búsqueda que le deparara en las mas caóticas, absurdas y divertidas situaciones.
Como en sus anteriores novelas, los personajes están ligeramente esbozados de forma que aunque no llegamos a conocerlos en profundidad cumplen perfectamente la función para la que están diseñados en la historia. Alain (que inevitablemente nos recuerda a sus otros protagonistas) es un joven romántico y soñador que ha abandonado un empleo como comercial en una empresa de sanitarios para encargarse del cine que un día aprendió a amar junto a su tío Bonnard, la persona que puso en marcha el negocio. Otros personajes que destacan son la famosa actriz francesa Soléne Avril o el director de cine americano Allan
Wood.
También es habitual que los escenarios en que se desarrollan las novelas de Nicolas Barreau sean las calles de Paris, sus edificios, sus puentes, sus barrios o sus monumentos emblemáticos, siempre están muy presentes en la historia. A pesar de que apenas se detiene a describirnos lo que rodea a los personajes a nosotros no nos cuesta nada imaginarnos donde se encuentran. París es un escenario inigualable para recrear cualquier historia de amor por el ambiente tan romántico que se respira en la ciudad. El Montmartre, refugio de artistas y pintores, el Pont Alexandre, la rue de Bourgogne, la torre Eiffel son solo algunos de los lugares que nos muestra Barreau.
Un aspecto que me ha gustado particularmente en la novela es que el cine impregna cada una de sus páginas. Barreau nos habla de grandes películas, clásicos inolvidables como Casablanca, Desayuno con diamantes, Cantando bajo la lluvia o Cinema Paradiso, que aportan un encanto especial a la historia. En todo momento estas referencias al cine, películas o actores o incluso pequeñas reflexiones sobre cómo ha evolucionado este ámbito están bien hiladas e imbuidas en la historia de forma de forma que no nos encontramos con la información desgajada y metida con calzador.
Atardecer en París está narrada en primera persona por el protagonista principal de la historia, Alain Bonard, que a través de un lenguaje joven, desenfadado y claro nos hace participes de su historia. La novela, gracias a ese estilo ágil y conciso y la amplia presencia de diálogos resulta muy amena y de fácil lectura. Otro aspecto habitual es la introducción en el texto de expresiones en francés que no entorpecen su lectura. Su estructura es a través de treinta y cuatro capítulos más un epilogo que cierra la historia. Al final de la misma hay un listado de todas aquellas películas nombradas en la novela.
A pesar de que cuenta con algunos giros impredecibles que en algún momento llegan a sorprender al lector no hay que esperar grandes sorpresas en su resolución pues como os he dicho en ocasiones anteriores lo mejor de la historia es como se llega al desenlace.
Conclusión
A pesar de que esta novela ha perdido algo de originalidad con respecto a las anteriores (y esto depende de si las has leído o no) Atardecer en París representa una lectura amena y entretenida, para coger sin más que pretensiones que pasar buenos momentos y dejarse llevar por la historia.