Título: La última princesa del Pacífico
Autora: Virginia Yagüe
Publicación: Planeta, septiembre de 2014
Páginas: 448 páginas
La última princesa del Pacífico narra el camino hacia la madurez de Carlota Díaz de la Fuente, de origen español aunque crecida en la colonia más lejana y olvidada por todos: Filipinas.
El destino quiere que Carlota cumpla su mayoría de edad y formalice su matrimonio en 1896, cuando las alarmas de una posible revolución comienzan a despuntar y el movimiento de insurgencia pugna por la independencia de la metrópoli española.
Durante los dos años siguientes, Carlota vivirá un proceso de revelación que la llevará a ser consciente de la realidad política y social que le rodea, los cambios de un siglo agonizante y su propia insatisfacción como mujer. Un recorrido que culminará con el encuentro de un amor inesperado y una pérdida tan dolorosa como definitiva que tendrá como colofón el dramático asedio que vivirá Manila y que concluirá con la pérdida definitiva de la colonia, que será entregada a Estados Unidos. Evocadora, de prosa sugerente y repleta de emociones llevadas al límite, La última princesa del Pacífico está llamada a ser el nuevo éxito de la narrativa colonial española.
Mis impresiones
Hace unos tan solo unos días se publicó una de las novedades de la editorial Planeta que más me había llamado la atención. Se trata de una historia colonial esta vez ambientada en Filipinas, uno de los destinos con los que aún no me había encontrado y me apetecía mucho acercarme a él. Ya conocéis de sobra mi afición a este tipo de novelas con las que suelo disfrutar mucho.
La última princesa del Pacífico en este sentido no me ha deparado ninguna sorpresa. Se trata de una novela muy agradable, que resulta muy entretenida y que una lee sin darse cuenta. Resulta perfecta para dejarse llevar y relajarse ante una historia que nos hará soñar con tierras lejanas. Si bien me ha ocurrido esto con ella, también he encontrado que la autora prescinde de algunos tópicos (que más adelante comentaré) ya habituales del género.
La historia comienza en el año 1896 cuando Carlota Díaz de la Fuente, la hija de unos emigrantes españoles en Manila, cumple la mayoría de edad. En pocos meses se van produciendo en una serie de cambios que forma paulatina van reduciendo su libertad al mismo tiempo que aumenta la vigilancia sobre su persona. Su madre es consciente de que ha llegado el momento de casarla, la principal misión que Carlota tiene en la vida.
A ella la idea del matrimonio no le agrada demasiado sobre todo cuando aún no se ha enamorado. Sin embargo cuando Felipe de Ayala, un joven de buena familia que conoce desde niña y con el que comparte ciertas aficiones, le propone matrimonio acepta de forma inmediata encantada de haber encontrado una salida a su situación. Aunque el matrimonio no resulta tal y como ella había esperado le sirve para abrir los ojos y ser consciente de una situación política y social hasta ahora desconocida que le impide mantenerse al margen.
De esta forma tanto ella como el mundo que le rodea comienzan a experimentar un profundo cambio. Carlota no solo tendrá consciencia de una realidad dura e inesperada sino que además llegará a conocer el verdadero amor….
La última princesa del Pacífico se aleja de la típica trama que ronda la figura de la mujer obligada a casarse con un hombre rudo, sin sensibilidad alguna que la sume en la soledad más absoluta sino que se casa con su amigo de la infancia. No están enamorados pero él la trata con toda la deferencia y cariño del mundo. Ello da lugar a que la trama que se desarrolla no gire exclusivamente a las desgracias amorosas y personales de la protagonista que en esta ocasión no dan para mucho drama (y a veces se agradece) y en su lugar se desarrolle algo más el contexto espacio-temporal.
Como os decía antes, he leído ya numerosas novelas con ambientaciones lejanas y exóticas pero es la primera ocasión en que me encuentro con Filipinas, que a finales del siglo XIX era una colonia perteneciente a España. Los nuevos colonos se asentaron allí para explotar el cultivo de tabaco, el más importante de la isla junto al de la azúcar, el abacá y la copra. Justo en el momento en que se desarrolla la acción está surgiendo en las entrañas del pueblo filipino un sentimiento de ansias de liberación que llega a convertirse en un movimiento conspiratorio contra el gobierno para lograr la independencia. Se materializó en una sociedad secreta llamada Katipunan. Finalmente este territorio cayó en manos de Estados Unidos después de ser derrotada España en un batalla.
A la vez que el conflicto va evolucionando Virgina Yagüe nos va ofreciendo algunas pinceladas de como se desarrollaba la vida en la isla para los colonos que buscaban nuevas oportunidades allí. Es el caso de los padres de Carlota que huyendo de una disputa familiar abandonaron España para asentarse en Binondo, uno de los distritos más portantes de Manila por su distancia al puerto. Casi no tenía ninguna noción de todo lo que ocurrió en este periodo ni este lugar y como siempre aprecio mucho que la literatura me aporte esta serie de conocimientos.
La situación de inestabilidad política y social que sucede en Manila termina provocando en la protagonista un profundo cambio interior. Al comienzo de la novela Carlota está a punto de cumplir los dieciocho años y siente gran afición por la fotografía, un capricho que más tarde podrá utilizar de forma provechosa para la causa, y los viajes que habitualmente realiza junto a su padre. Es una joven con una personalidad muy marcada y en cierto modo rebelde que no se siente a gusto entre las normas sociales impuestas por su conservadora madre. Su padre, liberal convencido, ha procurado ir más allá en su educación y no hacer de ella una muchacha para servir al matrimonio. De esta evolución que sucede de forma paulatina el lector puede ir vislumbrando poco a poco cada una de sus fases. Como al personaje se le van cayendo las múltiples capas que cubren sus ojos hasta toparse con la realidad que le rodea.
El resto de los personajes sirven un poco como el complemento a este, desempeñando diferentes papeles al servicio de la historia. Destacar a Diego, quizás la figura más reveladora para Carlota y la que como mujer la lleva a experimentar un mayor cambio. Entremezcladas aparecen algunas figuras históricas reales como Andrés Bonifacio o José Rizal de actuación vitales en ese momento.
La novela se desarrolla en dos partes diferentes y treinta y siete capítulos en total. Su autora nos la narra con un estilo fresco, ágil y muy dinámico que destaca por una prosa muy correcta donde hay una amplia presencia de diálogos que amenizan su lectura de forma adicional. Si al principio su desarrollo se produce conforme a lo esperado del género conforme avanza la novela nos ofrece giros inesperados, situaciones que no podíamos prever para llegar a un final que me ha sorprendido. No porque resulte extraño o no sea coherente sino porque no es de los más habituales.
Conclusión
Si os gustan las narraciones ágiles, los ambientes exóticos, las protagonistas femeninas fuertes y decididas y buscáis una lectura para evadiros os recomiendo La última princesa del Pacífico, ya que resulta una novela ideal para ello.