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viernes, 1 de agosto de 2014

Entrevista a Francisco Granado



 Hace algunos meses os hablé de lo mucho que me había gustado Regreso a Venecia de Francisco Granado (autor también de La cabeza de Diana). Hoy os traigo una entrevista que me ha concedido el autor. Aprovecho desde aquí y le doy las gracias por dedicarme un poco de su tiempo. 

Con esta, me estreno en el mundo de las entrevistas y espero que perdonéis mis errores porque es la primera vez que confecciono una y no soy profesional en este campo. 


Quién es Francisco Granado?  ¿Un escritor que se gana la vida como abogado? ¿O un abogado que tiene la afición de escribir?

Son dos cosas tan distintas. Cuando trabajo como abogado, utilizo lo que he aprendido. Pero cuando escribo, persigo justamente lo que no sé. Escribir me convierte en explorador de mundos desconocidos.  Busco esa línea del horizonte que no se puede tocar. Y es una labor donde la experiencia apenas me sirve de algo, donde no hay lugares seguros.

¿Crees que en la actualidad se puede vivir de la literatura?
Claro, y casi estoy por decir que tiene mucho que ver con la suerte. Como decía Virgilio, de los hombre aprende el esfuerzo y de los dioses la fortuna. Hay personas que nacen con buena estrella y encuentran su camino profesional también en las letras.

¿Cuál es la novela ya publicada que a ti te hubiese gustado escribir?

No se me ocurre ninguna. La novela con la que sueño está por hacer. Pero me hubiera encantado charlar en una taberna con Shakespeare o con Cervantes. Debían ser tipos ocurrentes y amenísimos.

 ¿Cuál es tu libro de cabecera?

La mejor novela del mundo es el Quijote, donde el autor se burla del lector, de los personajes, de sí mismo y de lo que le pongan por delante. Es un juego de espejos, un enigma de perspectivas donde el lector no sabe dónde situarse ante la historia que le cuentan. Ah, hacer algo así de complicado y la vez tan divertido supone un logro increíble. 

Últimamente muchas voces critican la baja calidad de la literatura publicada en la actualidad. ¿Qué piensas tú de este asunto?

Yo creo que siempre se ha escrito igual, con el mismo porcentaje de gente de talento y gente sin él. Pero que se publique mucho o poco es una cuestión que tiene que ver con  los editores y el mercado. El problema nace cuando el lector compra libros sin calidad y pierde el interés, dejando pasar entonces la oportunidad de encontrar buenos autores. Eso sí es una pena.

¿Cuál es el punto de partida con el que comienzas un libro? ¿Una idea espontánea o una a la que ha llevado tiempo dar forma?

 Hasta ahora, lo que he aprendido es a trabajar acumulando ideas, una labor casi de mestizaje, en que mezclo situaciones e intuiciones completamente distintas hasta encontrar un tema nuevo que me llama la atención.

¿Cómo nace esa primera frase que abre la novela?

 Nace cuando ya tengo un plan trazado y una idea general. Entonces busco una escena que sirva de toque de atención, que llame al lector a dejar por un rato el continuo de su vida y se pare a conocer la trama. Los lectores son grandes amantes de las historias, ya sean escritas o en cine, y justamente eso es lo que hay que ofrecerles, una buena historia.

¿Cuando escribes una historia piensas a priori en el tipo de lector al que va destinado el libro o escribes lo que sale?

Se ha dicho que los temas están ya todos inventados. Un autor lo que ofrece es su propio punto de vista, su acento personal. Entonces, lo que me corresponde es ser fiel a mí mismo, que es la mejor manera de ser sincero con el lector.

Un aspecto muy destacable en Regreso a Venecia es que está muy cuidada en diversos aspectos como la ambientación, la construcción de personajes, la prosa, etc, pero ¿Cuál es el aspecto que a ti, como autor, más te obsesiona?

Los personajes. Toda novela es una oportunidad para conocer a los personajes que la pueblan. Y cada situación debe servir para saber cómo son, cómo reaccionan y viven. Es como llegar a una ciudad nueva, lo primero que quieres hacer es salir  a la calle a ver cómo es la gente. Y la novela tiene que brindarte esa oportunidad.

 ¿Por qué Regreso a Venecia se desarrolla en esa ciudad? ¿Qué tiene de especial para resultar el escenario ideal?

 Venecia es una ciudad tan hermosa que parece un sueño y a la vez vive condenada por los elementos a morir. Decía Edgar Allan Poe que la belleza implica tristeza por su condición efímera. Y un poco por lo literaria que resultaba una ciudad así y por lo interesante que me pareció intercalar en la trama algunas reflexiones sobre ella, decidí embarcarme.

¿Has viajado allí para documentar la novela o utilizas otro medio para seleccionar los escenarios?

Todo el mundo que va a Venecia quiere repetir la experiencia, a todos se les hace corto el tiempo que pasan allí. El tiempo que he estado en Venecia no es ni la milésima parte del que me gustaría. Pero ¿Cómo se documenta uno sobre la belleza, cómo se estudia el  enamorarse? Dejé libre la intuición a la hora de referirme a Venecia.

Regreso a Venecia es tu segunda novela. Que les dirías a aquellos lectores que leyeron La cabeza de Diana para que se acerquen a esta nueva obra ¿Qué novedades van a encontrar en esta? ¿Y que tiene en común con la anterior?

 La cabeza de Diana afronta una investigación en el Londres de la segunda guerra mundial, bombardeado por la Luftwaffe. Era un entorno peligroso, lleno de matices y personajes curiosos. La cabeza de Diana tiene por protagonista a una mujer, y eso fue un estímulo maravilloso para escribir. Regreso a Venecia en cambio fue más sencilla, porque el protagonista era un hombre. Lo que tienen en común, creo yo, es mi deseo de conocer a sus personajes, de saber más de ellos.

Uno de los temas que plantea la novela es el rechazo al dinero y el poder que  el protagonista detesta ¿Tiene eso algo que ver con tu filosofía de vida?

El dinero como recompensa por el esfuerzo está bien, pero convertirlo en objetivo único de la vida, exacerbar el egoísmo hasta ese punto es un error tan antiguo como el hombre. Pero ya sabes que siempre ha habido gente para todo en el mundo. Siempre han existido los ambiciosos y los desaprensivos, y las personas generosas. Quiero pensar que estamos entre estas últimas. Crucemos los dedos.

¿Quién es la primera persona a la que le das a leer la novela?

 Necesito alguien con intuición y sentido artístico que no tema decirme la verdad y criticar todo lo que vea. Mi hermana Yolanda en eso es infalible. Me ha ayudado a resolver y aclarar  muchas cosas.

¿Cómo es el proceso de búsqueda de una editorial? ¿Es actualmente quizá la parte más complicada que engendra el proceso de escritura?

Mi experiencia hasta ahora ha sido positiva. En eso soy afortunado. De hecho, Regreso a Venecia, tuvo dos ofertas editoriales y me decidí por la de Sevilla, por una cuestión de pura comodidad. Pero la fama de las editoriales grandes es que no leen a los noveles. Si es así, es una pena, porque el talento necesita estímulos.

¿Cuál crees que es la mejor manera de captar la atención del lector e incitarle a que se lleve esta novela a casa?

 Ay, si lo supiera, sería editor ¿no? Como autor, lo que me corresponde es escribir bien y usar la imaginación. Emocionarme y sentir lo que sienten mis personajes. A partir de ahí, supongo que los lectores que aprecien las historias disfrutarán de mi novela.

¿Estás trabajando en algo nuevo?


 Si, llevo como un año escribiendo una novela que ya va por el tercio final. Espero poder contarte más detalles muy pronto.