Título: Ácido sulfúrico
Autora: Amélie Nothomb
Publicación: Anagrama, 2007
Páginas: 165
El último grito en
programas televisivos de entretenimiento se llama «Concentración». Por las
calles de París se recluta a los participantes de este reality
show, que serán trasladados
al plató en vagones precintados como los que trasportaban a los judíos durante
el exterminio nazi y, después, internados en un campo. Ante las cámaras de
televisión, los prisioneros son golpeados y humillados. El clímax llega cada
semana, cuando los telespectadores ejercen el televoto: desde sus casas pueden
eliminar-ejecutar a uno de los participantes. Pannonique, una estudiante de
gran belleza, es reclutada. Zdena, una mujer sin empleo, se enamora de ella.
Una pareja fatal: la víctima y el verdugo. Cuando la audiencia tiene que votar
sale a la luz el sadismo inconsciente del público que deplora el horror pero es
incapaz de perderse una entrega. Una historia que sirve como crítica de un
mundo brutal y crudo de hipocresía biempensante: un mundo en el que incluso la
denuncia del sistema pertenece al sistema.
Mi experiencia con
la novela
Sólo hay que encender unos minutos ese extraño objeto
llamado televisión para darse cuenta que cada vez existen más programas,
llamados reality shows, que pretenden mostrarnos una cuestionable realidad
donde lo más llamativo y lo que más vende es el morbo. Sobre esta premisa y
llevado al extremo construye Ácido
sulfúrico la popular y exitosa escritora francesa Amélie Nothomb. Una
autora de la que he tenido muy buenas referencias y con la que me estrenó en
esta ocasión. A pesar de que quizás no sea la novela que mejores críticas ha
cosechado en mi caso ha sido con resultado muy positivo.
Ácido sulfúrico
me ha parecido una novela con fuerza, mordaz, cruel en ocasiones, muy crítica
con la naturaleza humana, con el borreguismo
pero que engancha irremediablemente. La situación que nos presenta su autora es
tan exagerada que es difícil predecir lo que va a suceder en la siguiente
pagina. Es una lectura que me ha sorprendido mucho.
La historia nos habla de un nuevo programa de televisión
que está causando furor en Francia y ha conseguido batir de forma absoluta
todos los records de audiencia. Concentración
es un reality show en el que se reproducen las condiciones de vida de un campo
de concentración nazi. Ni siquiera sus concursantes participan de forma
voluntaria puesto que son secuestrados y transportados en vagones hasta el
lugar donde les esperan los barracones, las letrinas, los jergones, los
trabajos forzados, la escasez de alimentos y el trato inhumano por parte de los
kapos, que son los guardias que les
custodian.
Ante este panorama el público está entusiasmado y el
número de telespectadores crece cada día ante las injusticias que en él se
cometen. El sufrimiento y el maltrato crean victimas que son las favoritas del público,
sobre todo aquellas capaces de despertar su compasión. Pero Pannonique, una de
las últimas reclutadas se niega a sucumbir, a quejarse o mostrar su debilidad a
los telespectadores a pesar de que Zdena, una joven sin escrúpulos, se ensaña
diariamente con ella. Pero todo ello obedece a una poderosa razón.
Amélie Nothomb aprovecha este extravagante, surrealista y
tremendo argumento para remarcar algunas cuestiones referentes a la naturaleza
humana y la sociedad en que vivimos a la vez que abre una vía de reflexión para
el lector. El más obvio puede resultar la feroz crítica que realiza sobre la televisión
actual, lo absurda que resulta la programación pero que engancha a miles de
espectadores con programas que cada vez más allá. Pero algunos otros temas que
toca y que a mí me han parecido muy interesantes son la importancia de
conservar la identidad propia frente a fenómenos de masas, la necedad de obviar
el criterio personal y la incapacidad de expresar las propias ideas. A la falta
de políticos que se dan la vuelta ante ciertas aberraciones que se producen en
la sociedad, a la perversidad del espectador que disfruta con lo morboso y lo
cruel, a la hipocresía de apoyar algo que no está bien, la perdida de los valores
de la sociedad frente al dinero y la codicia. Pero también hace referencias a
la religión (en un momento dado la protagonista se nombra a sí misa Dios), la
importancia del sacrificio personal por el bien común, a la belleza, a la necesidad
de revelarse y a lo primario del deseo.
Los personajes de la novela prácticamente pertenecen a
dos grupos antagónicos que o bien son víctimas o verdugos. A los que sufren
maltratos o insultos o los que los propician, a los que asesinan o los
asesinados, porque del campo no se puede escapar y una vez un concursante se
vuelve inútil no tiene escapatoria a la muerte. Salvo sus dos protagonistas el
resto sin estar demasiado dibujados cubren perfectamente su función en la
historia. Quizás nos dé a conocer un poco más a las víctimas de los
organizadores del programa, que no tienen que representar necesariamente a los
buenos, que a los kapos.
Al primer grupo
pertenece Pannonique, una joven de veinte años muy hermosa, inteligente y
fuerte que un día cuando paseaba por el Jardín Botánico fue capturada y
traslada al campo sin poder hacer nada para evitarlo. Allí despojada de sus
cosas e identificada con la matrícula CKZ 114 pierde su libertad e identidad, es
condenada al trabajo físico y las torturas de sus guardianes. En el plano
opuesto se encuentra el kapo Zdena la
cual también es muy joven pero desagradable y capaz de levantar la antipatía
del publico forma parte de los inhumanos guardias que custodian a los prisioneros.
Lo más interesante resulta la relación entre ambas, cuando Zdena se enamora y
se obsesiona por Pannonique. De este deseo surge en principio la necesidad de
insultarla, maltratarla y vejarla para poco a poco darse cuenta de que necesita
su reconocimiento, acercarse a ella, conocerla de alguna manera. Y el momento
en que tornan los papeles y Pannonique se hace más fuerte, simplemente
negándose a decir su propio nombre, lo que provoca en su verdugo una ansia por
agradar, por conseguir de cualquier manera ser aceptada.
Las relaciones de Pannonique con sus compañeros me han
resultado también interesantes. En ellas se nos muestra como van cambiando
según las circunstancias propicien y como ellos reaccionan a la posibilidad de
obtener ventajas en la campo a través del sacrificio de la protagonista.
Amélie Nothomb utiliza un estilo narrativo claro y
sencillo carente totalmente de florituras y complejidades estilísticas en el
que los diálogos además de su punto fuerte están muy presentes en la novela. La
novela se lee prácticamente del tirón, a parte de por su breve extensión,
porque resulta muy dinámica y entretenida con un punto de originalidad y un
mensaje muy claro. Una de las cosas que me gustaría resaltar es que a pesar de
su crudeza no cae en escenas excesivamente dramáticas o en el sentimentalismo.
La novela se estructura en cinco partes a modo de
capítulos de variable extensión. Quizás esperaba, dado el tono de la novela, un
final más apoteósico o impactante pero la autora ha optado por dulcificar su resolución.
Conclusión
Ácido sulfúrico
es una de esas novelas que no dejan indiferente al lector. Se trata de una
novela amarga, tan excéntrica como crítica, que pretende hacernos reflexionar pero
que también nos da un atisbo de esperanza. Que nos dice que el amor puede
transformar a las personas.