Título: Los ecos de
la tragedia
Autor: Javier Pérez
Campos
Publicación:
Planeta, junio de 2013
Páginas: 237
Hay historias que parecen
destinadas a permanecer en el olvido, pero finalmente encuentran un camino para
llegar al público, siempre interesado en descubrir la verdad. Ésta es una de
ellas.
Durante meses, el periodista Javier Pérez Campos se ha sumergido de lleno en la investigación de hechos que parecían prohibidos. Ha acudido allí donde un día la fatalidad cobró forma, generando un escenario de dolor y sufrimiento. Lugares donde numerosos testigos, que nada tienen que ver con lo que ocurrió, aseguran haber oído los ecos del pasado muchos años después.
Desde Los Alfaques hasta tierras de Zamora, en un viaje de más de veinte mil kilómetros, el autor ha entrevistado a decenas de personas y ha encontrado documentos oficiales de las fuerzas de seguridad del Estado sobre fenómenos inexplicables: coches sin luces, extrañas figuras en la carretera, mensajes del más allá, siniestros personajes portadores de serias advertencias, pistas anónimas...
Una aventura vertiginosa y auténtica que arroja luz sobre algunos de los episodios más oscuros de nuestra historia.
Durante meses, el periodista Javier Pérez Campos se ha sumergido de lleno en la investigación de hechos que parecían prohibidos. Ha acudido allí donde un día la fatalidad cobró forma, generando un escenario de dolor y sufrimiento. Lugares donde numerosos testigos, que nada tienen que ver con lo que ocurrió, aseguran haber oído los ecos del pasado muchos años después.
Desde Los Alfaques hasta tierras de Zamora, en un viaje de más de veinte mil kilómetros, el autor ha entrevistado a decenas de personas y ha encontrado documentos oficiales de las fuerzas de seguridad del Estado sobre fenómenos inexplicables: coches sin luces, extrañas figuras en la carretera, mensajes del más allá, siniestros personajes portadores de serias advertencias, pistas anónimas...
Una aventura vertiginosa y auténtica que arroja luz sobre algunos de los episodios más oscuros de nuestra historia.
Mi experiencia con la novela
Si sois amantes de lo oculto y lo sobrenatural, si os gusta conocer
historias del más allá, de almas ancladas a este mundo y tragedias
sobrecogedoras Los ecos de la tragedia
hará sin duda vuestras delicias.
Su autor, Javier Pérez Campos, es un periodista interesado en desvelar
enigmas y misterios y descubrir que hay más allá de de los fenómenos extraños
que aparentemente no tienen una explicación lógica. Quizás muchos lo conozcáis
por sus incursiones en los programas Cuarto milenio (junto a Iker Jiménez) o
Milenio3 en la cadena SER.
El libro ha visto la luz tras una larga investigación que comienza con
un testimonio estremecedor. El de Javier Martin Moraleda que en 2003 viajaba
durante la noche en el coche junto a su mujer e hijo, ellos dormían en la parte
trasera, y al llegar al pueblo tarraconense de San Carlos de la Rápita se
encontró en medio de la carretera con unas extrañas personas que vestían
atuendo de playa y cuyo rostro no existía, sin nariz orejas, boca ni ojos sólo
tenían una masa negra en su lugar. Javier nunca pudo olvidar lo que sucedió
aquella noche que le marcó para siempre y tiempo después lo contaría en
televisión.
Pero este testimonio no fue lo único que impulsó al autor de este libro
a comenzar una compleja investigación porque unos días antes había recibido un
email de un guardia civil que estando de patrulla una noche aseguraba haberse
encontrado muy cerca del mismo pueblo unos misteriosos entes que caminaban por
la playa y desaparecían misteriosamente ante sus ojos.
Ambos sucesos ocurrieron en las cercanías del camping de Los Alfaques
(Tarragona), donde un brutal accidente ocurrido el 11 de julio de 1978
estremecía y horrorizaba a todo el país. La cisterna de un camión cargado de
propileno liquido, un potente y nocivo gas hidrocarburo de origen orgánico,
explotó frente al camping convirtiendo el lugar en un infierno donde se
llegaron a alcanzar temperaturas de hasta 2000ºC. En aquel momento se
encontraban en las instalaciones 800 personas de la cuales hubo 215 víctimas
mortales que murieron calcinadas al instante o poco tiempo después por las
importantes quemaduras que sufrieron. Realmente son sobrecogedoras las imágenes
que aparecieron en la prensa aquellos días.
En los siguientes años multitud de personas aseguraron haber tenido
experiencias similares y haberse encontrado cara a cara con extrañas personas
sin rostro que deambulaban por los alrededores. Javier comenzó la investigación
con la esperanza de desvelar muchos interrogantes. ¿Hay vida después de la
muerte? ¿Qué pasó realmente aquel día? ¿Qué hay de verdad en todas las
historias que se cuentan? Un proceso que duró meses y que supuso más de 20.000 kilómetros
recorridos, 42 horas de grabaciones de audio y video, 293 recortes de prensa,
36 testimonios, 342 fotografías y tres diligencias oficiales de la Guardia
Civil.
Se nota el inmenso trabajo ya no sólo de investigación sino de
documentación realizado para construir la novela. En ella se recogen muchísimos
testimonios aportados por personas de diferentes puntos del país, algunos
implicados directamente con el lugar, que perdieron algún familiar aquel día, otros
desde puntos muy lejanos, las citas textuales o artículos que recoge y que se
han publicado en distintos medios escritos a lo largo de estos más de treinta
años (y que en el libro están perfectamente contextualizados a través de sus
correspondientes notas a pie de página), así como otra información relativa al
caso. Poco a poco todos estos datos intentarán esclarecer que sucedió aquel día
y que hay de verdad en las historias que se cuentan.
Durante su lectura he tenido que parar algunas veces porque notaba que
se me erizaba la piel y un escalofrío recorría todo mi cuerpo. Resultan
realmente estremecedores algunos de los testimonios que el libro recoge. Ya no sólo de testigos que han tenido alguna
experiencia paranormal sino de aquellos que estuvieron allí ese día.
Periodistas horrorizados por la multitud de cadáveres o heridos que prácticamente
see rompían al tocarlos y con los que se
encontraron al llegar a cubrir la notica como el periodista de La Vanguardia José
Palanqués, una prestigiosa abogada que asegura haber visto la presencia de una
niña frente a su cama o incluso personas que se alojaban en el lugar junto a su
familia y que aunque ellos lograron salvar sus vidas de milagro perdieron a sus
seres queridos. Un claro ejemplo, es “el niño del polo” –cuya identidad no se
revela en la novela porque el mismo prefiere mantener el anonimato- que estuvo
allí aquel día y perdió a su madre y dos hermanos.
Entre ellos hay algunos realmente curiosos como el de un hombre que
perdió a su esposa en Los Alfaques que poco después rehízo su vida, volvió a
casarse y justo el día siguiente de cumplirse un año del primer aniversario de
la tragedia, su segunda esposa murió calcinada en el incendio hotel Corona de
Aragón. Aseguran que el hombre casi paralizado comentaba que no se volvería a
casar.
Un trabajo que no resultará fácil pues en el pueblo de San Carlos de la
Rápita, a menos de diez kilómetros del camping impera la ley del silencio. Sus
habitantes guardan mutismo absoluto por miedo, porque aunque pueda resultar
extraño parece que hay gente muy poderosa intentando que nunca se vuelva a
hablar del tema. A pesar de que Javier en el camino se encuentra con amenazas,
expedientes desaparecidos, personas que se niegan hablar y otros inconvenientes
no ceja en su empeño por encontrar la verdad.
Aunque el accidente del camping es el principal suceso sobre el cual
gira el libro también se incluyen en él algunos otros acontecimientos que han
dejado un gran número de leyendas entorno a ellos. Entre ellos se citan algunos
como el accidente del Órbigo, en el que la colisión de un autobús contra el
puente de Santa Cristina de la Polvorosa en 1979 acabó con la vida de 49
personas, la mayoría de ellas niños que volvían de una excursión escolar. Otro
de ellos es el espectacular incendio en el hotel Corona de Aragón (actualmente
llamado Meliá Zaragoza) en el mismo año que el anterior que situó como punto la
clave la habitación 510 donde ocurrían extraños sucesos y que actualmente no
suelen entregar a los huéspedes.
El libro destaca por la sensibilidad, el cuidado y el respeto que
muestra su autor a la hora de revelar la información, de mantener las
identidades en el anonimato y la objetividad con que trata el tema. No intenta
añadir morbo al asunto, ni siquiera entra a valorar la veracidad de los relatos
que escucha, incluso en varias ocasiones se mantiene bastante escéptico en
cuanto a algunos detalles que incluso comprueba en persona. Javier nos expone
los hechos tal y como los ha vivido, fruto de su investigación y seremos
nosotros los que debemos elegir el grado de veracidad que le otorgamos.
En cuanto al estilo el autor es directo, metódico y conciso. Aporta
multitud de datos interesantes que concretan y sitúan la historia. No se va por
las ramas y se agradece en este tipo de historias. La información destaca por
la pulcritud con la que esta ordenada a
través de capítulos que presentan subdivisiones a su vez.
Conclusión
Los ecos de la tragedia es un
libro que recomiendo a los amantes de lo paranormal que disfruten con misterios
e intrigas y que no tengan miedo de acercarse al más allá.