Título: Todo lo que cabe en los bolsillos
Autora: Eva Weaver
Publicación: Espasa, marzo de 2013
Páginas: 348
Esta novela es la historia de Mika, un joven titiritero que entretiene a
niños y mayores del gueto de Varsovia logrando que olviden sus miserias. Cuando
se descubre su talento, se ve obligado a actuar ante las tropas alemanas de
ocupación.
Y esta novela es también la historia de Max, un soldado alemán destinado en
Varsovia cuyas experiencias en Polonia y más tarde en el gulag de Siberia
muestran una perspectiva diferente de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando una de las marionetas de Mika llega a manos de Max, ésta acabará
siendo un legado que pasará de generación en generación.
Mi experiencia con la novela
La temática del antisemitismo o la
segunda guerra mundial me atrae con un imán y no puedo hacer nada por evitarlo.
Cuando vi esta novela publicada entre las novedades de Espasa se me fueron los
ojos tras ellas. Hay multitud de publicaciones sobre esta época y aunque este
no es uno de los mejores libros que he leído me han sorprendido diversos puntos
que os comentaré de forma más detallada a continuación.
Todo lo que cabe en los bolsillos nos narra la historia de dos personajes que viven un mismo hecho histórico
desde circunstancias muy distintas. Serán un niño judío y un solado alemán de
la wehrmacht que se sitúan en Varsovia en los años cuarenta cuando Hitler
comenzó su guerra particular contra los judíos. Uno de los actos más crueles
que la historia nos ha dejado y que aún sigue muy presente en nuestras retinas.
En el Holocausto murieron seis millones de personas en condiciones
infrahumanas, una cifra que da escalofríos.
La historia comienza presentándonos
a Mika, ya anciano que un día paseando por las calles de Nueva York junto a su
nieto descubre un cartel que anuncia una obra de teatro de marionetas cuyo
nombre le produce una sensación vertiginosa. “El titiritero de Varsovia”, que
así es como se llama, le trae muchos recuerdos y le provoca la necesidad de
contar una historia que lleva guardándose durante años mientras saca del armario una caja que
contiene lo poco que le queda de una época que le dejó marcado para siempre: un
viejo abrigo lleno de bolsillos.
Una historia que comienza en
Varsovia en el año 1938, el último año de libertad que pudieron disfrutar sus
habitantes, cuando Mika tenía sólo 12 años y su abuelo se hizo confeccionar un
abrigo a medida para celebrar un ascenso en su trabajo como profesor de matemáticas.
Poco después comenzaron los bombardeos y ante el feroz ataque la ciudad cayó
irremediablemente en manos del ejército alemán.
Gueto de Varsovia |
Pero un día se cruza en el camino de
Mika un soldado alemán, y el joven humillado y avergonzado, se ve obligado a
actuar para el enemigo.
Y también es la historia de Max, un
soldado alemán que destinado en Polonia se encuentra en el bando contrario. Ha
dejado atrás a su familia y su hogar y cumple las ordenes de Fürher. Tras la guerra y la derrota del ejército
alemán es trasladado al gulag de Siberia, en donde tendrá que sobrevivir a las
condiciones de un campo de trabajo situado en uno de los parajes más inhóspitos
que pudiese imaginar.
Los protagonistas, lógicamente son
Mika y Max, personajes diametralmente opuestos. Mika es sólo un niño cuando
comienza la guerra. No se convierte en ningún héroe y su lucha siempre se
centra en sobrevivir aunque está dispuesto a jugarse la vida por inundar de
sonrisas a los niños del hospital. Max, es un soldado que cumple ordenes sin
cuestionar demasiado los métodos aunque su vivencia en el gulag le hace
recapacitar sobre todo lo ocurrido.
A parte de los personajes
principales, su autora dota a las marionetas de cierta identidad. En ciertos
momentos hay una de ellas, que representa a un príncipe, que casi como si tomara
vida es capaz de salir del bolsillo y hablar con su propia voz. Momentos en que
los protagonistas necesitan un apoyo moral.
Ya os decía al principio que el tema
del Holocausto está ampliamente tratado como la literatura como en el cine. Es
común que nos hablen de guetos, de campos de exterminio pero en este caso Eva
Weaver nos sorprende incluyendo además la experiencia de un soldado alemán en
el gulag de Siberia tras la derrota ejecutada por el ejército rojo, lugar en el
que fueron encerrados muchos de los militares que participaron en la matanza
judía (Si os interesa mucho el tema os recomiendo el título Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn). El verdugo pasa a ser prisionero, de humillar a ser humillado, condenado
a trabajos forzados, a pasar hambre, frío, enfermedades y a vivir algunas de
las cosas que había observado desde lejos.
Se trata de una historia de ficción
ambientada en un escenario que fue real y aunque esta más orientada a la
emotividad la autora es rigurosa en cuanto a fechas y sucesos de la historia,
aunque no introduce detalles del conflicto bélico ni movimientos militares.
Tampoco la literatura se explayado
demasiado en narrarnos lo que sucedió en el llamado Levantamiento de Varsovia sucedido dentro de la Operación tempestad cuyo objetivo
primordial fue liberar Polonia. Siempre
me he preguntado porque los judíos no opusieron resistencia y si que hubo
algunas iniciativas para hacerle frente al ataque. Existió una organización
judía de combate que ofrecía información a los aliados, que trataba el
contrabando de material de guerra y organizaba movimientos contra Hitler. Atacaron
al ejercito mediante el lanzamiento de cócteles Molotov y aunque no consiguieron
una victoria lograron resistir algún tiempo.
La novela está narrada haciendo uso
de un estilo directo, funcional pero agradable
y cómoda a la par. Consigue una
buena ambientación, fija muy bien los detalles de forma que es muy fácil
construir las imágenes en nuestra mente. La novela se desarrolla en dos épocas
distintas, en el año 2009 donde Mika es ya anciano y entorno a los años 40 con
el inicio y los años posteriores al comienzo de la segunda guerra mundial. Esta
última se encuentra a su vez divida en dos hilos narrativos diferentes que
aunque tienen puntos en común desarrollan dos historias distintas. La primera
de ellas nos narra la historia de Mika en primera persona describiéndonos las
terribles condiciones del gueto y la segunda nos cuenta la historia de Max en
su periplo por escapar del gulag y en este caso con un narrador en tercera
persona. Ambas vivencias se encuentran enlazadas a través de una marioneta. El
punto de inflexión en el que se cambian las historias es el Levantamiento de
Varsovia.
Todo lo que cabe en los bolsillos es
una historia dura y amarga en algunos momentos que nos muestra algunas de las
escenas más crueles que se vivieron durante esa barbarie también dibuja algunas
escenas emotivas y amables.
Para desenlazar toda la historia,
Eva Weaver, introduce en los últimos capítulos el personaje de Mara, que hasta
ahora no había citado. Aunque el final me parece adecuado, quizás peca de ser
un tanto previsible y un poco edulcorado.
Conclusión
Hay muchas formas de conocer la
historia y Todo lo que cabe en los
bolsillos puede ser una obra que nos emocione pero a la vez nos lleve por
uno de los episodios más conocidos y crueles de la historia. Un libro
entretenido y fácil de leer.