La familia Van Kieren
no está pasando por su mejor momento. Cada uno de sus miembros se encuentra frustrado
de una manera diferente y es incapaz de sentirse a gusto con los demás. Emma,
la madre, roza la cuarentena y es la propietaria de una pequeña librería
infantil que está a punto de irse a pique. Frank es el padre que tiene un
trabajo que le absorbe demasiado y no le aporta nada. Ada es una adolescente
que pasa por un momento complicado. La comunicación con sus padres está completamente
rota, en el instituto apenas aprueba y
está empeñada en conseguir que el chico que le gusta le haga caso. Y el más
pequeño de la familia, Max, es un muchacho introvertido que tiene dificultades
con las relaciones sociales y prácticamente vive aislado en su mundo.
Pero no todo acaba
ahí, porque tras una fiesta y gran discusión todos los miembros de la familia
son hechizados por una bruja y se convierten en monstruos: una vampira,
Frankenstein, la momia y el hombre lobo. Y es a partir de este momento cuando
la familia se embarca en un precipitado y accidentado viaje para buscar la fórmula
que les permita volver a ser quienes eran.
Mi experiencia con la
novela
El escritor alemán David Safier se ha convertido en un
conocido escritor de historias de humor. Desde que nos sorprendió con su ópera
prima, Maldito karma, ha ido repitiendo
una y otra vez esta fórmula que tantos libros le ha hecho vender. Los lectores
han aceptado de maravilla sus publicaciones y la que es su cuarta novela, Una familia feliz, vuelve a presentar
una historia imposible llena de fantasía y narrada, como siempre, en clave de
humor. Su siguiente novela, Muh!, ya ha visto la luz en Alemania, su
país natal, y seguro que dentro de unos meses la encontraremos en las
estanterías Españolas.
Las propuestas de David Safier no sólo son ideales para
desconectar y evadirse sino que además suelen contener como trasfondo un tema
delicado que invita al lector a reflexionar. Si las dos primeras giraban en torno
al tema religioso, en esta ocasión el eje principal es la familia. Temas
siempre muy tradicionales.
Si en sus novelas anteriores apostó siempre por una
protagonista femenina, en este caso son cuatro los personajes principales en
esta novela y alrededor de los cuales gira la historia. Cuatro miembros de una
familia que están prácticamente enfrentados entre sí. Por diversos motivos, ya
sea rutina, trabajo o desidia cada uno ha decido emprender un camino distinto
al del resto. Pero cuando una bruja les convierte en monstruos la familia
deberá permanecer unida para deshacer el hechizo. Los cuatro emprenderán un largo viaje en el
que quedará patente que ya no son una familia feliz.
Además viajarán acompañados de Cheyenne, una anciana que ha
vivido mucho y Jaqueline, la típica abusona del instituto. En el camino se
enfrentarán a problemas de diferente índole, situaciones disparatadas e incluso
deberán conocer a otros monstruos.
Como os he dicho antes, Safier vuelve a emplear la misma
técnica para narrarnos la historia. Sigue sin complicarse en cuanto al estilo
de la prosa. Sencilla y directa aunque no por ello resulta simplona. Los
diálogos abundan y se caracteriza sobre todo por su agilidad y la gran cantidad de acción que
conlleva la historia. Todo el relato está salpicado de situaciones disparatadas,
imposibles y grotescas por las que tienen que pasar los protagonistas y que son
el alma del relato. Cada uno de los capítulos en los que se divide la historia
está narrado por los distintos personajes por lo que no sólo tenemos distintas
visiones de los hechos sino que en todo momento sabemos cómo se encuentran los
personajes y que va pasando por sus cabezas.
Al igual que hizo en Jesús
me quiere se introducen a lo largo de la historia algunos dibujos que
ilustra varias de las escenas y que considero son lo mejor del libro.
Aunque el desarrollo de la historia es totalmente
surrealista, sus personajes, al menos lo que representan en torno al eje
familiar, son modelos con los que más de uno se podría identificar. Con un
estilo de vida y una problemática que se encuentra a la orden del día. En ninguno
de sus libros de Safier se hace un profundo análisis psicólogo de ellos pero
tampoco es necesario porque sabe infundirles la chispa necesaria para que el
relato funcione. Son sarcásticos, descarados y con mucho desparpajo.
Maldito karma y Jesús me quiere me parecieron un soplo
de aire fresco en la literatura del momento y su lectura incluso me arrancó
alguna sonrisa que otra. Pero quizás sea porque el factor sorpresa y la
frescura han desaparecido o porque no he cogido esta novela en el momento
adecuado que su lectura no me ha dejado una impresión igual de positiva.
En el desarrollo del libro todas las situaciones que se
producen me han parecido más forzadas y no tan hilarantes ni tan divertidas
como las que sucederían en sus predecesoras. De hecho el libro no me ha
procurado tantas sonrisas como cabría esperar. Sigue siendo una historia
entretenida y divertida pero el nivel de humor me ha parecido bastante más bajo
que en las primeras. Si las anteriores las leí en apenas un par de sentadas en
esta ocasión he necesitado algo más de tiempo para finalizar la historia.
No es que la novela no me haya gustado, que en cierto modo,
sí que lo ha hecho. El argumento me parece muy original y su lectura resulta divertida
y me sigue pareciendo una buena opción a la hora de intercalarlos entre libros más
extensos o de temática más complicada. En ella se sigue haciendo gala del buen
humor y buen rollo que caracterizan todas sus obras pero me ha costado más
encontrar su lado humorístico.
A la vez es una
historia que trata como trasfondo un tema muy serio. Los conflictos familiares
que enfrentan a sus miembros. En ocasiones porque la comunicación se complica
debido al estrés o el poco tiempo disponible, los conflictos con los
adolescentes o la falta de seguridad que afectan
En el último tramo la novela se vuelve algo repetitiva, previsible
y el interés argumental comienza a decaer para llegar a un final demasiado
dulzón y evidente. Ninguno de sus libros se libra de la moralina final.
Conclusión
Una familia feliz ha sido una pequeña decepción para mí. Quizás
esperaba algo más de la novela o quizá no era el momento adecuado. Me parece
una novela recomendable para aquellos que disfrutaron con sus novelas
anteriores.
Situaciones imposibles, disparatadas, humor, ironía y
desparpajo es lo que encontraremos en esta novela aunque, para mi gusto, en
dosis más comedidas que en las anteriores.