Durante el verano de ese mismo año conoce a un hombre que le queda absolutamente fascinado. Se trata de Pepe, a quien todo el mundo llama el portugués. Vive en un molino alejado del pueblo, con total libertad y lejos de el ambiente opresivo que Nino vive en su casa.
Nino tiene muy claro que no quiere seguir el mismo camino que su padre y ser guardia civil. Y cuando Pepe le regala la novela “Los hijos del capitán Grant” de Julio Verne encuentra una vía de escape en este libro de aventuras que le harán convertirse en otra persona.
En el pueblo se libra una batalla contra los guerrilleros o maquis que escondidos en el monte continúan una guerra que no ha durado solo cuatro años sino que ha de durar muchos más.
Mi experiencia con la novela
Este es el segundo libro que forma parte de la serie “Episodios de una guerra interminable” que tiene proyectado publicar Almudena Grandes. Un propósito muy ambicioso que inicialmente estará compuesto por seis títulos y que se encuentran inspirados en los “Episodios Nacionales” de Galdós. Las novelas se centran en una misma temática y van a narrar algunos de los episodios ocurridos durante la posguerra española. Si el primer tomo, “Inés y la alegría” estaba inspirado en una mujer y un incidente poco conocido como es la invasión del Valle de Arán, ahora el protagonista de la novela es un niño que vive muy de cerca la lucha contra los maquis.
La historia se centra en un niño de nueve años a quien todo el mundo llama Nino. Un niño con quien nadie quiere jugar y al que la sociedad aparta por ser hijo de un guardia civil. Nino vive en Fuensanta de Martos, un pueblo de la Sierra Sur de Jaén en cuyos montes se esconden los guerrilleros republicanos que continúan la guerra a su manera y que han dejado a sus familias en el pueblo.
Nino odia vivir en la casa cuartel del pueblo. Junto a la suya, ocho familias más viven compartiendo un espacio minúsculo donde las paredes no pueden ocultar los secretos que ningún niño de nueve años debería conocer. Las torturas que nadie reconoce y que todo el mundo evita nombrar siembran sus noches de miedos y pesadillas mientras acuna a su hermana pequeña asustada contra su pecho. Si algo tiene claro Nino es que no quiere ser guardia civil. No quiere perseguir a sus vecinos y ser odiado por todo el mundo. A su padre le gustaría que Nino tomase el mismo camino aunque sospecha que su altura nunca será la idónea para ingresar en el cuerpo y decide que el niño debe tomar clases de mecanografía para labrarse otro futuro más acorde con sus características.
Durante el verano de 1947 un forastero ocupa un viejo molino algo apartado del pueblo. Inmediatamente Nino queda fascinado por este hombre en quien encuentra un amigo. Alguien con quien ir al río, a pescar y pasar las largas tardes de verano. Pepe, el portugués supone una figura completamente distinta a la de su padre y el hombre en quien Nino le gustaría convertirse algún día. Vive con total libertad ajeno a los tejemanejes del pueblo, a sus rivalidades y en definitiva a sus problemas. Además Pepe le descubre los libros de Julio Verne, cuyas novelas de aventuras le hacen ver el mundo de otra manera y convertirse en alguien distinto. Las lecturas que va descubriendo le ayudan a forjar sus ideales e iniciar el camino para convertirse en adulto.
Mientras las autoridades intentan dar captura a un hombre apodado Cencerro, el líder de la guerrilla en los montes. Un hombre que les mantiene en vilo y que ha hecho que la inocente canción de La vaca lechera se convierta en un símbolo revolucionario que es necesario prohibir.
En esta novela Almudena Grandes vuelve a mezclar realidad y fantasía de forma magistral y sin que pueda dejar indiferente a nadie. Sus últimos libros se caracterizan por ser de altísima calidad en cuanto a temática y estilo y El lector de julio Verne“ está a la altura.
La historia está narrada en primera persona a través de un niño. El que el personaje principal no sea un adulto nos ofrece una historia más fresca y dotada de esa dosis de ingenuidad e inocencia que tienen los niños. Su forma de narrarnos los acontecimientos que suceden a su alrededor es bastante más simple y aunque en ocasiones Nino no sabe encontrar las palabras exactas para definir algún hecho sabe perfectamente lo que ocurre.
Aunque el conflicto bélico se dio por finalizado en el 39 la
guerra y el sufrimiento habría de durar años aún. Muchos fueron los
guerrilleros llamados también maquis que combatían por defender sus ideas desde
fuera de su casa y asilados en el monte, el único lugar donde podrían sentirse más
seguros que en territorio enemigo. Mientras sus familias vivían en sus propias
carnes el abuso de poder por parte de la autoridad, la hostilidad de las
familias del bando contrario, y las dificultades de vivir ocultando unos
secretos que les comían por dentro.
Porque la guerra civil no se vivió solo en el frente o en las trincheras,
si siquiera solo en los montes donde los guerrilleros la continuaron sino que
se vivió en las calles de los pueblos, en las casas de sus vecinos, en los
inocentes juegos de los niños, en los cuidados de una madre, o en el amor de
una esposa. Y no lucharon solo los hombres sino también participaron en esa
guerra las mujeres y los hijos que también aguantaban el tipo, y que tenían que
mentir, y que tenían que salir adelante con muy poco. Porque fueron tiempos de
hambre, de inseguridad, de miedos, de dolor y humillación para algunos y de
triunfo para otros.
Como en el resto de sus novelas, la ideología de Almudena Grandes
está muy patente y aunque en esta vuelve a defender su posición claramente no
juzga con demasiada dureza a sus contrarios sino que entiende que hay veces uno
se ve arrastrado por la situación y debe hacer de tripas corazón para
mantenerse a salvo. Una idea que se representa perfectamente en el padre de
Nino, un guardia civil de los que han tenido mala suerte, porque mira que hay
pueblos en España y justo le ha tocado uno con monte. Se ve obligado a hacer cumplir la ley, a perseguir, a
encarcelar aunque no esté de acuerdo con los métodos, los objetivos o las
razones. Y a quién no le importa que su hijo se relacione con mujeres de
republicanos aunque eso sí, nadie puede saberlo.
Esta es una de las razones por las que los personajes tienen gran
dosis de realismo. No son perfectos y su comportamiento no es siempre heroico
ni perfecto. Actúan según sus posibilidades y en ocasiones con el afán de
mantenerse a salvo. Otros no dudan en luchar por sus ideales aunque con ello
pierdan la vida porque tienen la esperanza de que se puede conseguir un estado
mejor, donde la libertad exista y donde no haya que esconder las ideas.
El estilo de Almudena Grandes como siempre es cuidado y elaborado,
con mucha garra y mucha personalidad. Una prosa donde abundan las figuras
literarias y los recursos. Un relato muy trabajado casi lineal en el tiempo y
que solo se ve interrumpido para narrar anécdotas o recordar sucesos del
pasado. Los libros de Almudena Grandes nunca resultan una lectura superficial.
Muy lograda también la ambientación de la novela. No podía ocurrir
en ningún sitio mejor que un pueblo, donde
los rencores y las redecillas se hacen más patentes, donde cada uno
conoce a las demás familias y en qué lado se posicionan a pesar de que a veces
ni siquiera se sabe cuál es su nombre real porque un mote es más apropiado para
definir a cada uno. Un lugar donde es imposible mantener secretos y vivir en
paz.
Conclusión
“El lector de Julio Verne” me parece una novela más que
recomendable para aquellos que deseen acercarse a la literatura de calidad y
conocer más la historia de nuestro país. Aunque reconozco que “Inés y la
alegría” me gustó mucho mas por la historia que encerraba (siento autentica
debilidad por las historias protagonizadas por mujeres), esta me parece una
historia muy interesante. La de un niño que se ve obligado a crecer demasiado
pronto y es un mundo que dista mucho de ser el ideal.