Park So-Nyo es una granjera coreana de 69 años que en
una de sus visitas a Seúl, donde viven sus hijos, desaparece misteriosamente en
la estación central.
Después de pasar toda la vida consagrada al cuidado de
su familia sus facultades mentales han mermado y cuando su marido la dejó atrás
para montar en el vagón de metro Park So-Nyo no pudo seguirle.
A partir de este momento sus hijos comienzan una
búsqueda desesperada a través de las calles de Seúl, publicando anuncios en el
periódico y repartiendo panfletos donde ofrecen una recompensa a quien indicara
el paradero de su madre.
Pero el tiempo pasa y la madre no aparece. Con su
ausencia sus hijos la tienen más presente en sus corazones. Conoceremos a
través de sus voces como es la vida de esta mujer y como se sienten ellos, su
culpabilidad y su miedo de no volver a verla. Los recuerdos les hacen examinar
con lupa como fue la vida de su madre y a cuestionarse quien era en
realidad.
Park So-Nyo
Park So-Nyo
Es una mujer humilde que ha sacrificado toda su vida
al cuidado de su familia. Conoce sus propias
carencias y se avergüenza de ello, se crió en las montañas y nunca pudo
aprender a leer ni escribir aunque le hubiese gustado.
Se casó con su marido sin conocerle y sin amarle
cuando solo tenía diecisiete años mediante un matrimonio concertado que se
apresuró debido a la guerra. Su marido tampoco la quería y se pasó la vida,
yendo y viniendo, abandonándola y retomándola pero siempre sin tenerla en cuenta
y sin contar con ella.
Con su fortaleza y buen hacer ha alimentado siempre a
su familia, puesto que se ha dedicado a cultivar el campo y cuidar animales con
una especie de don. Todo lo que tocaba daba sus frutos. Lo único que siempre
tuvo claro es que sus hijos debían estudiar y tener una vida mucho mejor que la
suya. Y para ello, trabajó sin descanso y sin apenas cuidar de ella misma.
Siempre dio lo máximo a su familia, todo lo que estaba en su mano mostrando una
generosidad enorme.
Con el tiempo comenzó a sufrir unas terribles jaquecas
que la paralizaban y sufría en silencio sin comentar a nadie de su familia. La
realidad se fue difuminando y comenzó a tener problemas para recordar
cotidianas que hasta ese momento había realizado a diario.
La narración corre a cuenta de su
familia, son ellos quienes nos van desgranando poco a poco y a través de sus
recuerdos, como fue la vida de su madre y su relación con ellos.
En el primer capítulo conocemos a
Chi-hon la tercera hija, de forma que como si se narrars a si misma los
acontecimientos que están sucediendo, la desaparición, la búsqueda y sus
sentimientos vamos conociendo el entorno de la protagonista.
Chi-hon es una famosa escritora con
treinta y cinco años que aún no ha tenido tiempo de casarse. Al igual que sus
hermanos vive en Seúl, todos han huido de la precariedad del campo. Su estilo de vida es muy activo, viaja mucho
presentando sus libros y apenas tiene tiempo para visitar a sus padres ni
siquiera para realizar una simple llamada de teléfono. Por esta razón su
relación con su madre se había distanciado un poco. Después de desaparecer su madre comienza a
reflexionar como no había tenido paciencia para dedicarle a su madre el tiempo
que necesitaba, como sus conversaciones se habían convertido en frases simples
y vacías. En parte porque las correspondientes vidas de madre e hija tenían muy
poco en común.
En el siguiente capítulo conocemos a Hyong-chol, el
hijo mayor y favorito de Park So-Nyo. En quien ha vertido todas sus esperanzas
y a quien más y mejor ha dado de los hijos. El único exento de colaborar en las
tareas familiares y del campo para que gozase del tiempo necesario que requería
el estudio. Un estudiante de matricula, inteligente y trabajador, que ha
conseguido con mucho esfuerzo ser el director de marketing de una empresa
inmobiliaria. A pesar de todo
Hyong-chol, cuyos esfuerzos nacían del deseo de poder cuidar mejor de su madre,
no logra alcanzar lo máximo a lo que su madre aspiraba para él y se siente
frustrado por ello.
El tercer capítulo corre a cargo del marido y padre de
familia. Un hombre que se casó sin amar y que por ello trató con crudeza a su
mujer. Y es a raíz de su desaparición cuando recapacita y se da cuenta de lo
que en realidad necesita a su mujer y del daño que le produce su ausencia. Park
So-Nyo siempre había estado ahí cuidando de todos, disponible, incólume, parara
lo que pasará. Y él había sido mezquino con ella, no le había dado ningún valor
ni siquiera la había escuchado. Nunca fue cariñoso con ella, nunca tuvo un
gesto amable tan solo tenía ganas de huir.
En el cuarto capítulo se produce un cambio
sorprendente y es que la voz narrativa la toma la propia protagonista
desaparecida. Narrándonos su vida, sus sentimientos y ofreciéndonos ella misma
la visión de su propia familia. Como trabajaba con ahínco para que su familia
saliera adelante, su vergüenza ante su propia ignorancia de no saber leer y como sufría por sus hijos que aunque quería
no podía ayudar.
Sus hijos, su marido, su cuñada son los protagonistas
de esta parte.
Mi opinión
“Por favor, cuida de mamá” más que
un libro, me parece una auténtica joya. La historia está narrada con una
delicadeza y un gusto extremo. Es inevitable que esta novela te emocione, es
tierna y sensible y transmite sobre todo un mensaje común al que tiene todo el
mundo y son los sentimientos maternales.
El argumento gira en torno a las emociones y recuerdos
que surgen en una familia cuando la madre inesperadamente desaparece. A la
vez que comienzan una búsqueda
desesperada surgen distintas reacciones entre ellos, una de ellas la culpa, la
primera. Y es que la culpa es tan fea que nadie la quiere. La primera reacción
es buscar el responsable. Quien podía o debía haber evitado esta situación. Los
hermanos se recriminan el no haber hecho nada para impedirlo.
Luego está el remordimiento. Cuando ocurre algo
negativo siempre pensamos en porque hice aquello y no esto, porque precisamente
ese día cambié de opinión, cogí otro camino o al final no fui. Todo de tipo de
cuestiones que desembocan en ¿Porqué no hice nada para evitarlo?
Después vemos como el miedo se
apodera de los protagonistas. La pérdida de su madre es una realidad desalentadora.
Dice la autora algo así como que una madre es como el aire, que no lo echamos
en falta hasta que no lo tenemos.
A veces uno no es consciente del
valor de su madre y su influencia en su propia vida. Como han cuidado de
nosotros, como han renunciado a su propia existencia para volcar todo su amor
en nuestro ser.
Pero a veces
tampoco nos damos cuenta de que antes de ser madre, la nuestra era una mujer
que tenía una vida propia. Las madres no nacen siéndolo. Pero realmente ¿Cuándo
somos conscientes de ello? Porque hay un momento en la vida en que aprendemos
esto, que nuestra madre fue niña, adolescente y mujer. Antes de todo. No
sabemos a qué ha renunciado por y para nosotros. Esta es otra de las cuestiones
que se nos plantean en la novela y es si sabemos realmente quien es nuestra
madre, sus gustos, sus aficiones, sus sueños.
El lenguaje en que la novela es muy sencillo y natural pero sobre todo muy próximo porque los hijos se refieren a Park So-Nyo siempre como mamá que aporta mucha cercanía , intimidad y ternura a la novela.
Al principio de cada capítulo cuesta un poco discernir quien es la voz narradora
pero poco a poco la autora nos lo hace saber con gran maestría.
La novela me ha
durado tan solo dos días, unos momentos en que he disfrutado con la cantidad de
sentimientos que se han despertado en mí. Esta novela constituye todo un
homenaje a una figura que en ocasiones queda algo relegada en la sociedad. Esa
figura que nunca está enferma, que nunca se queja, que es capaz de hacer
doscientas cosas a la vez, de solucionar en un instante todos los problemas de
la familia. Al menos esto es lo que pensamos cuando somos pequeños. Porque
nuestra madre es aquel ser indestructible que puede con todo y nunca relega de
sus obligaciones.
¿Por qué leer
esta novela?
Si buscas una
historia sencilla, tierna y llena de emociones, una historia en la que puedes
verte reflejado e incluso evocar imágenes de tu propia vida esta es tu novela.
Una frase….
“¿Hasta donde
llegan los recuerdos de alguien? ¿Los recuerdos de mamá?” (Página 16)