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martes, 11 de diciembre de 2018

Cómo volé sobre el nido del cuco - Sydney Bristow


Título: Cómo volé sobre el nido del cuco
Autora: Sydney Bristow
Publicación: Plaza & Janés, octubre de 2018
Páginas: 320

Me acerqué a este libro por recomendación de una bloguera con quien suelo coincidir en gustos sobre un cierto tipo de lecturas. Además me gustó la idea de que el libro contará una historia real y al empezar a leerlo me sorprendió muchísimo saber que su autora comenzó a escribirla en un foro de internet. Después de leerlo la verdad es que no se sí realmente ella vivió todo eso, si ha sido un libro que ha nacido de manera espontánea en un foro y ha logrado llegar al papel o quizás un tipo de estrategia comercial. Para mí fue inevitable buscar más información en la red y aunque hay cierta controversia a mí no me importa en absoluto. Creo que es un libro narrado de forma original, un soplo de aire fresco cuya lectura merece la pena.

Bajo el título Cómo volé sobre el nido del cuco se esconde un relato en forma de diario, aunque escrito a posteriori de lo vivido, después de los treinta y siete días que su protagonista estuvo interna en un psiquiátrico tras un infructuoso intento de suicidio. Ella quería perder la vida pero solo consiguió romperse varios huevos y tener que recuperarse de unas operaciones muy graves justo en el lugar que no quería estar.

Las primeras páginas del libro me chocaron muchísimo por la forma en que está escrito. En el prólogo la autora nos dice que comienza con dos mentiras. El que figura en el libro no es su nombre real y nunca ha visto la película a la que hacer referencia su título. Sea como fuere yo con la portada y la sinopsis me había hecho una idea determinada y al empezarlo descubrí una narradora, en primera persona, descarada, desenfadada, directa y sincera que con cierto histrionismo nos abre las puertas de su mente y en algunos momentos también de su corazón.

Dar un paso como este debe ser complicado y supongo que lo más fácil era hacerlo amparada en el anonimato. Syd se tiró de un puente después de años de idas y venidas a centros y hospitales, de un desorden alimenticio importante, de una ruptura con su pareja y de ciertas adiciones entre otras cosas. A lo largo de todos estos días nos va a contar cómo se encuentra ella física y mentalmente, la relación con el personal del psiquiátrico (enfermeros, celadores, médicos), la que tiene con sus padres y las que va estableciendo con el resto de los pacientes. Todos estos conforman el elenco de secundarios del libro. Y Ana, que es el nombre real que dice la autora tener, consigue que de alguna manera nos posicionemos contra ellos o lleguemos a tomarles cariño.

Y a través de todos ellos viviremos momentos duros, tiernos, otros alegres o divertidos y otros quizás más tristes; sentiremos la soledad, la frustración y la enfermedad. No olvidemos que la historia se desarrolla en un psiquiátrico. A mí estos enfermos me parecen muy vulnerables porque sus dolencias no son tangibles, a veces ni ellos mismos son conscientes de su estado y muchas veces son injustamente tratados por la sociedad. En ocasiones menospreciando y otras veces marginando. Incluso en algunos momentos sientes esa misma inhumanidad en el personal que se supone que debe ayudar a Sydney.

Como ya os he comentado el libro está narrado de una forma muy singular. Parece que nos encontramos delante de la narradora y nos lo está contando directamente. Su estilo es muy informal, suelta tacos, muletillas, introduce pequeñas bromas, etc y todo ello le da un aire de frescura a la novela que se lee casi del tirón. Al ser un diario la información es subjetiva. Es como ella lo vivió y son sus percepciones personales. Muchas veces la información es mínima, sobre todo al principio, porque recoge los detalles que ella tiene más presentes.

A veces parece que usa el diario para desahogarse. Y un detalle muy importante es que la protagonista no cae en la autocompadecencia, no busca la lágrima fácil (y creo que hubiera sido sencillo) o provocar la lástima en el lector. Creo que en el fondo aunque empatices con ella también quieres darle un empujoncito y hacerla consciente de sus actos. Un libro que cuenta una historia sin principio ni final. Es cierto que Syd nos narra 37 días de su vida pero antes de estos lógicamente ella ha vivido y tampoco acaba cuando terminan.