Páginas

viernes, 13 de abril de 2018

Las cuentas pendientes - Ana Matallana



Título: Las cuentas pendientes
Autora: Ana Matallana
Publicación: Salto de página, 2018
Páginas: 120

Francisco Yáñez está muerto. Su féretro descansa en la sala dos del tanatorio de San Blas. A su alrededor se dan cita seis personajes que, de una u otra forma, han tenido relación con él: un amigo, tres pacientes y un desconocido. Y una hija. Pero en ese pequeño espacio van surgiendo preguntas: ¿Se ha suicidado Francisco o ha sido un asesinato? ¿Es el fallecido la misma persona para todos? ¿Quién era en realidad? Y ¿cómo ha influido en la vida de estos seis visitantes? Sus miradas y sus respectivos traumas irán trenzando una historia de luces y sombras en la que, con ternura y humor, reconoceremos nuestras propias contradicciones y nuestras cuentas pendientes.

Mis impresiones

Quizás la muerte de personas cercanas, a las que conocemos y con quienes hemos tratado sea uno de los acontecimientos que más nos hacen reflexionar. Y quizás también es el momento en que sale a la luz esa forma en que la persona desaparecida ha hecho mella o ha dejado una huella en la vida de los demás. Un entierro lleno de gente indicará que hay muchas personas que querían dar su último adiós al desaparecido y si no hay demasiada gente quizás indique que no era una persona muy conocida o querida. Un planteamiento quizás muy duro pero a la vez muy realista.

Todo comienza en la sala del velatorio del tanatorio de San Blas en la que se encuentra el cuerpo de Francisco Yánez. En ese lugar irán apareciendo seis personajes que han tenido algo que ver, de una forma u otra con el fallecido. A través de sus manifestaciones y comportamientos iremos viendo las percepciones que cada uno tenía del mismo. Pero también irán desvelando algunos detalles que darán lugar a una serie de interrogantes sobre su muerte. ¿Suicido o asesinato?

La premisa de la que parte la novela me ha parecido muy interesante. Es una novela que nos habla de las distintas caras que mostramos a los demás. Cada una de esas personas que acuden a despedirse de Francisco tiene una relación única y diferente con él. Y así puede ocurrir en la vida real. Somos diferentes en función de con quien tratemos, de las circunstancias que se nos pongan delante o del momento de nuestra vida en que estemos. Es una novela que no sabría muy bien como calificar en principio aunque luego su final nos acerca bastante al thriller.

No es que vayamos a conocer mucho a Francisco. Sabemos que en vida era psiquiatra y que apenas tenía relación con su hija, a la que llamaba una vez al mes solo para decirle que le había hecho una transferencia. Ella se llama Sonia y desde que su padre la abandonó cuando era muy pequeña ha vivido enfadada con él. Santiago, Isabel y Hugo son tres de sus pacientes. Cada uno de ellos tiene enfermedades o problemas que se irán viendo conforme estos personajes vayan desarrollándose.  Gustavo es el camarero del bar al que Francisco ha acudido durante muchísimos años. El último personaje es Fernando, que en realidad no está ahí por el propio Francisco. Pero no puede evitar curiosear en las conversaciones de los demás.  

Pocos personajes son lo que aparecen en el libro y sus encuentros en el velatorio serán los que den lugar a que nos formemos una idea de Francisco a través de sus recuerdos. Pero también irán perfilando y completando la información sesgada que cada uno tenía de él. A la vez van surgiendo conflictos entre los seis personajes y darán lugar a una información muy reveladora sobre ese cadáver que yacer ajeno a todo. Pero que en vida hizo una petición muy peculiar. ¿La habrá cumplido alguno de ellos?

La novela está escrita de forma cuidada y desde la perspectiva en primera persona, salvo la parte que es protagonizada por Fernando, de sus personajes. Esto da lugar a que la autora explore las intimidades de los mismos. Sus pensamientos más profundos y los que jamás nos atreveríamos a contar a nadie. Y así va alternando sus monólogos interiores con los diálogos exteriores. El hecho de que casi todos ellos tengan mentes complejas hace más interesante lo que quieren y tienen que contar. Además es capaz de diferenciar unas voces de otras, dándoles matices particulares a cada uno de ellos además de una forma propia de expresarse.

Es una novela que por su longitud, apenas más de cien páginas, su agilidad narrativa y por el hecho de que la autora consigue atraer tu interés se lee del tirón. Además en todo ello es capaz de introducir un humor muy negro que no despega en el relato.

Conclusión

Las cuentas pendientes me ha parecido una novela original, de personajes complejos y carácter introspectivo que está marcado por la tensión y que te deja un final inesperado.