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martes, 26 de septiembre de 2017

Todos los días son nuestros - Catalina Aguilar Mastretta



Título: Todos los días son nuestros
Autora: Catalina Aguilar Mastretta
Publicación: Destino, septiembre de 2017
Páginas: 300

María y Emiliano parecían una pareja indestructible, de esas que se conocen el instituto, nunca pierden la pasión y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, María empieza una discusión, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaría con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.

En su primera novela, la mexicana Catalina Aguilar Mastretta hace gala de la contagiosa ternura y el humor que ya ha demostrado en su carrera como directora de cine.
Todos los días son nuestros es una novela generacional, irónica y divertida en la que dos jóvenes deben aprender a vivir sin la persona con la que creían que iban a pasar el resto de sus días. Una historia narrada con una cercanía conmovedora, que provoca carcajadas, sonrisas tristes y, sobre todo, una inmensa complicidad.

Mis impresiones

Elegí esta novela por recomendación directa. Fueron pocas las palabras que se necesitaron para convencerme y la verdad es que desde aquí mi agradecimiento para esa persona que puso el libro en mis manos. Tú ya sabes quién eres. No conocía a la autora y no había referencias sobre ella porque este es su primer libro.

“– ¿Conoces a Emiliano Cervera?
¿A cuál de todos?, porque hay varios. Conozco al que dormía de lado con los ojos y los puños apretados como un niño. Al que se enterraba en mi pelo y me decía Mari, Mari, Mari, como una plegaria. A ése lo conozco o, bueno, lo conocí, pero en uno pasado, era el amor de mi vida, el viejo de mi vejez, el papá de los hijos que no tengo.”

Así comienza María, la protagonista de esta historia a narrarnos su ruptura sentimental. Él, Emiliano, era el amor de su vida, como ella dice al comienzo. Después de muchos años de relación y la apariencia de ser una de esas parejas que nunca tan sólidas que nunca se romperán llega el momento de la separación. Se conocieron en el instituto y aunque hubo idas y venidas terminaron por no querer separarse nunca más. Sin embargo una noche en la que se produce una discusión que en principio se asemeja a una de tantas se produce la ruptura definitiva y él se marcha de casa.

A partir de ese momento María nos cuenta como se conocieron, como se forjó su historia de amor, los momentos más dulces que vivieron, aquellos que se fueron amargando y que fue lo que les llevó al punto en que se encuentran. En el camino nos va mostrando quienes fueron y en quienes se han convertido en esa transición desde la adolescencia hasta la etapa adulta en la que se encuentran.

Creo que Todos los días son nuestros es una novela cargada de sentimientos y emociones en las que muchas personas se pueden ver identificadas. Porque ¿Quién no ha sufrido alguna vez una ruptura con una pareja? ¿Quién no ha tenido que volver a empezar de nuevo tras ello? La autora analiza todo este proceso de una forma maravillosa. Consigue transmitirlos a la perfección intercalando esos momentos en los que todo está bien con esos de desesperación y soledad en que te hacen querer coger el teléfono y llamar a esa persona. Y lo hace mezclando la ternura y el humor. Esta novela es una montaña rusa de emociones con la que reír y llorar pero sobre todo que se queda contigo.

María es un personaje con el que no me ha costado conectar. Me he sentido cercana a ella y la he comprendido a la perfección porque tal y como os decía antes en algún momento me he visto identificada con las cosas por las que estaba pasando. Sus sentimientos son complejos, la duda, la indecisión, los momentos álgidos y esos más oscuros en que se sumerge de vez en cuando.

Pero no solo es una novela que toca una relación de pareja porque no vivimos solo con ella. Los amigos, la familia, incluso alguna de esa gente que aparece de forma puntual en nuestra vida nos rodean e interaccionamos con ella. Personajes que le sirven para tocar otros muchos temas que abordan parte de la problemática de la vida de un adulto. El trabajo, la independencia, las relaciones familiares, la presión social por cumplir con los pasos de rigor (noviazgo, matrimonio e hijos), las relaciones esporádicas, el miedo a la soledad, el miedo a no encontrar un padre para los hijos que quieres tener o incluso al fracaso además de las diferencias sociales e ideológicas. Los protagonistas tienen treinta años y parece que es una edad a la que hay que ir tomando decisiones.

Catalina tiene una forma de narrar muy especial, muy suya. Fresca, irónica, ácida y otras veces muy íntima y muy tierna. Utiliza una voz narrativa en primera persona para abrirnos el alma de su protagonista. Y lo cierto es que he conectado perfectamente con ella y me ha transmitido muchísimas cosas. Hay muchísimas frases para quedarse, anotar y darle vueltas por lo acertadas que son.  Es cierto que se nota el acento mexicano, sobre todo si no estáis muy acostumbrados a él, pero no influye a la hora de la lectura porque no es muy cerrado. También hay algunas referencias al cine

Llegó un punto en la novela que comencé a preguntarme por el final y casi a preocuparme si Catalina Aguilar no recurriría al más fácil para contentar al lector. Y he de decir que me ha encantado como resuelve la novela. Creo que su final es muy acertado.

Conclusión

Hay muchas historias de amor contadas en literatura, pero muy pocas lo hacen con la frescura, con la inteligencia, el desparpajo y el acierto que lo hace Catalina Aguilar en Todos los días son nuestros. Una novela que recomiendo encarecidamente.