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viernes, 21 de julio de 2017

Una suerte pequeña - Claudia Piñeiro



Título: Una suerte pequeña
Autora: Claudia Piñeiro
Publicación: Alfaguara, mayo de 2015
Páginas: 240

Después de veinte años una mujer vuelve a la Argentina, de donde partió escapando de una desgracia. Pero la que regresa es otra: no luce igual, su voz es diferente. Ni siquiera lleva el mismo nombre. ¿La reconocerán quienes la conocieron entonces? ¿La reconocerá él?

Mary Lohan, Marilé Lauría o María Elena Pujol -la que es, la que fue, la que había sido alguna vez- vuelve al suburbio de Buenos Aires donde formó una familia y vivió hasta que decidió huir. Aún no termina de entender por qué aceptó regresar al pasado que se había propuesto olvidar para siempre. Pero a medida que lo comprenda, entre encuentros esperados y revelaciones inesperadas, entenderá también que a veces la vida no es ni destino ni casualidad: tal vez su regreso no sea otra cosa que una suerte pequeña.
Claudia Piñeiro sorprende y cautiva con esta novela aguda y conmovedora donde la realidad y la intimidad tejen la cerrada urdimbre en que el lector queda atrapado una vez más.

Mis impresiones

Hasta hace poco no conocía el nombre de Claudia Piñeiro, una autora argentina que ha publicado ya varias novelas. No recuerdo como esta novela llegó a casa y no entiendo tampoco con lo atractivo que me parece su argumento como no la cogí antes. El caso es que ha sino una sorpresa enorme y la he disfrutado muchísimo. Tanto es así que no tardaré mucho en hacerme con alguna otra novela de esta escritora.

“Debería haber dicho que no, que no era posible, que no podía viajar. Decir lo que fuera. Pero no dije. Me di explicaciones a mí misma, una y mil veces, acerca de por qué, aunque debería haber dicho que no, terminé aceptando. El abismo atrae. A veces sin que seamos conscientes de esa atracción.”

Así es como comienza esta historia. Mary Lohan es una profesora de español que vive en Boston y acaba de perder a su marido tras una trágica enfermedad. Ha aceptado sin saber muy bien porque regresar a Temperley en Argentina, el lugar donde nació y vivió muchos años, en un viaje de trabajo. Al mismo lugar que abandonó hace casi veinte años huyendo de un hecho que le cambió la vida y le causó tal dolor que supo que jamás volvería a ser Marilé Lauría, la mujer que había sido hasta ese momento.

Ella no es la misma, ni su apariencia tampoco, ha cambiado su nombre y uno de los mayores temores es que alguien pueda reconocerla. Quizás él tampoco lo haga, aunque se debate entre el miedo de encontrárselo y el de no volver a verlo.

“¿Es cierto que el dolor se hará crónico? ¿Es cierto que perdurará pero no será constante, que no moriré por ese dolor? ¿Es cierto que algún día no lo sentiré cada minuto, aunque tampoco pasará tanto tiempo sin que me haga una visita?”

Una suerte pequeña es una novela muy intensa, conmovedora y emocional que me ha cautivado y sobrecogido desde la primera a la última página. Nos habla de una mujer que regresa al lugar del que un día huyó, quizás a reencontrarse con ese pasado que no había conseguido olvidar. A ese “dolor crónico” que se ha instalado en ella de forma continua y que de vez en cuando amenaza con destruirla. La novela me ha causado una montaña rusa de emociones y sentimientos. Desde la curiosidad, compasión, enfado, desconcierto, a la comprensión, a ponerme en el lugar de los personajes y por supuesto también me ha llevado a la reflexión.

Los grandes temas de los que nos habla Claudia Piñeiro son el sentimiento de culpa, la redención de los pecados y el perdón (el propio a uno mismo y el ajeno). Y lo hace de forma tan sublime y tan profunda que es imposible que te deje indiferente. Necesitas detenerte unos momentos y pensar en la frase que tienes delante. ¿Hasta qué punto tenemos responsabilidad en ciertos acontecimientos que nos suceden? Esta es una de las principales cuestiones que planean en la novela. A veces cometemos errores que nos llevan a situaciones incontrolables. Una parte es nuestra propia elección pero también el azar o el destino juega con nosotros. Y estas pequeñas “casualidades” no podemos evitarlas.

Pero cuando sucede una desgracia por la combinación de nuestra propia elección junto a otros factores que no podemos controlar ¿cuál es la parte de culpa que nos corresponde? La culpa es una carga tan pesada que a veces es imposible cargar con ella. Nos destruye y nos hace pequeños. Pero no solo llevamos a cuestas la culpa que nosotros mismos asumimos sino la que los demás nos cargan. Puede ser a través de las palabras, recriminaciones, alguien que te da la espalda o simplemente el silencio. O tal vez seamos nosotros mismos los que intentamos deshacernos de ella. A veces en los actos más egoístas que podamos concebir se puede esconder el amor más generoso y verdadero aunque sea difícil comprenderlo.

“La hoja de ruta de nuestra vida tiene marcada en el camino pasar por esa estación, y uno, haga lo que haga, pasará.”

Pero a la vez de todo esto la novela tiene cierto misterio y una tensión creciente que nos va causando el no saber cuál es ese hecho que destrozó la vida de Marilé o Mary como se hace llamar ahora. La espera se me hizo muy corta.  

La historia está narrada en primera persona por su protagonista, porque algo tan íntimo no puede ser contado por nadie más, a través de lo que ella llama su “Cuaderno de bitácora”. En él va desgranando su presente y su pasado y el punto de inflexión que los separa. Ella nos abre su mente y su alma con un estilo intimista, muy sentido y sincero haciéndote participe de su propia historia. Por eso me quedé prendada de la historia y de su protagonista desde el principio. Además necesitas saber más y más, descubrir qué pasó y como terminará esta historia. La autora va desvelando la información poco a poco, sin prisas pero sin perderse en cosas innecesarias.

“Quizás entre esos cambios también se ha modificado el lugar tan propio de cada persona adónde van los ojos a buscar las palabras que uno no encuentra mientras habla.”

Y por su supuesto también me han gustado mucho las referencias literarias que vamos a ir encontrando en la novela. En ella, además de algunas sobre la forma de expresarse  sobre el propio proceso de la escritura, encontramos alusiones a Alice Munro (de hecho la novela abre con una cita de ella en Las niñas se quedan), a Simone de Beauvoir (La mujer rota) o Tenesse Williams y Un tranvía llamado deseo.

Conclusión

Una suerte pequeña es un libro intenso, emotivo, sensible, intrigante y tremendamente adictivo que en ciertos momentos te deja con un nudo en la garganta. Una historia de vida, dolor, redención, y culpa.