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miércoles, 17 de mayo de 2017

La casa del almendro - Laura McVeigh





Título: La casa del almendro
Autora: Laura McVeigh
Publicación: HaperCollins, abril de 2017
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Si pierdes todo lo que amas, ¿cómo sobrevivir y empezar de nuevo? La casa del almendro cuenta la historia de una familia de refugiados que escapa del conflicto y la guerra en Afganistán en la década de 1990, e inicia un largo viaje en busca de libertad y seguridad.

Samar, de quince años, la hija mediana, comparte la historia de su increíble viaje en el Expreso Transiberiano, con la ayuda de Napoleón, el revisor, la Anna Karenina de Tolstoi, y sus padres y hermanos. Obligados a salir de Kabul cuando los rusos, y luego los talibanes, ponen su vida del revés, los niños y sus padres se enfrentan a la pérdida de todo su mundo y de su lugar en él.

A lo largo de toda la historia, nuestra narradora, Samar, se aferra con valentía a su familia y a la esperanza, aunque muchas veces cualquier tipo de supervivencia parezca imposible. Con la verdadera fortaleza que nace del amor, el conocimiento y la imaginación, Samar revela su extraordinaria capacidad de resistencia y el descubrimiento de que todo es posible, siempre que puedas aferrarte a la esperanza y al amor.

Mis impresiones

La casa del almendro es la primera novela de la irlandesa Laura McVeigh. Y me han sorprendido muy gratamente las cualidades que tiene esta novela para ser el comienzo de una carrera literaria. Hay autores que necesitan ciertos intentos para pulirse pero yo creo que esta autora ya tiene todo lo que se necesita para satisfacer a cualquier lector. 

“Hay algunos viajes que quisiéramos no hacer nunca. Pero allá vamos. Vamos porque tenemos que hacerlo, porque es la única manera de sobrevivir. Este es mi viaje, el que nunca quise emprender. Pero lo hice. Y algo ha sobrevivido. Hay cosas que no pueden ser olvidadas, que no se olvidarán. Viajan con nosotros hasta el final”

Con esta frase nos introducimos en la vida de Samar. Una joven de quince años que recorre un largo camino en el Expreso Transiberiano intentando encontrar una nueva oportunidad para llegar una vida normal. Para romper la monotonía y el aburrimiento del viaje cuenta con algunos compañeros. Su familia, sus padres y sus cinco hermanos, las charlas de Napoleón, el revisor, y Anna Karenina de Tólstoi, la novela que le está enseñando grandes cosas sobre las relaciones, el afecto humano, el sacrificio o la soledad.

A pesar de su corta edad Samar ha conocido la parte más sanguinaria y cruel del ser humano. Ha sido testigo de cómo se derruía su ciudad natal, Kabul. Primero por la entrada de los rusos y luego por la opresión talibán. Por ellos su familia tuvo que abandonar su hogar y convertirse en nómadas, en un viaje que parece que no va a acabar nunca.

Creo que La casa del almendro es una gran novela. Una de esas historias que se quedan prendidas al lector y que permanecen con él por mucho tiempo que pase. La historia que nos cuenta es muy dura. La de una familia que lo pierde todo por guerras con las que ellos no tienen nada que ver. Mientras Samar va en ese tren y recorre el largo camino que le separa de una nueva vida nos va contando la historia de su familia. Desde sus padres, que repudiados por su propia familia, tuvieron que alejarse de sus seres queridos.

Es una novela de la que no se pueden contar muchas cosas. Pero si tengo que decir que hay una cosa en ella que me ha encantado. Y es que con el transcurso de las páginas el lector se da cuenta de que hay una realidad mucho más dura de lo que Samar, su protagonista, nos va contando. Quizás al principio ese perpetuo viaje en tren nos resulte algo extraño pero hay que darle tiempo porque todo encaja de forma coherente.

No es una novela en la que nos vayamos a encontrar muchos personajes pero inmediatamente te pones de su parte y consigues entender su situación. Azil y Dil (o Madar y Baba) como les llaman sus hijos) se conocieron en la universidad. Ella iba a ser médico y el abogado. Se enamoraron y ese fue el motivo de que su familia los rechazará. Ese el momento en que comenzaron su éxodo por el mundo. Y mientras ellos huían e intentaban encontrar un lugar seguro iban naciendo sus seis hijos. Niños que también se tuvieron que desprender del que sentían su hogar.

En La casa del almendro Laura McVeigh se hace eco del sufrimiento de un país. Afganistán se ha visto envuelto en demasiadas guerras. Los soviéticos, los muyahidines, los talibanes han provocado conflictos en él durante muchos años. Pero la autora no indaga en las cuestiones políticas sino en las consecuencias que todo ello ha tenido para el ser humano. La privación de libertad, las asfixiantes normas que instauraron coartaron sobre todo la libertad de las mujeres. Se prohibió que trabajaran, se eliminó su derecho a estudiar, se les obligó a llevar el burka, se impusieron castigos como la lapidación o la amputación entre otros de naturaleza muy cruel.

La novela está narrada con un estilo casi intimista, con delicadeza y mucha elegancia. Ha sido todo un placer leerla. Nos muestra la crueldad de la guerra y que quienes la sufren no son los que la ejecutan. Y sin embargo también es una novela que nos indica que hay que seguir hacia adelante y buscar nuevas oportunidades. Será Samar en primera persona quien nos cuente la historia. En una nota al final del libro la autora nos indica que intentó explorar con diferentes narradores hasta que encontró la perfecta. Y en mi opinión ha sido todo un acierto. Con flashbacks va enlazando el presente y el pasado. Samar da lugar a que haya mucha emotividad en sus palabras, a veces hastío, otras aburrimiento pero sobre todo ella no entiende que está pasando en su país.  

Conclusión

La casa del almendro es una novela muy dura y emotiva narrada con gran delicadeza y de forma envolvente. Una novela que atrapa y que te deja pegada a su historia.