Título: Palabras
en mis manos
Autora:
Guinevere Glasfurd
Publicación:
Siruela, enero de 2017
Páginas: 360
Una
joven doncella deseosa de aprender.
Un ambicioso filósofo en busca de la verdad.
Una emocionante historia de sueños y pasiones.
En el Ámsterdam del siglo XVII, Helena Jans trabaja como doncella para el señor Sergeant, un famoso librero inglés. Debido a su humilde origen, la pasión de la joven por la literatura, que le lleva incluso a fabricar en secreto tinta de remolacha y a escribir sobre su propia piel, se ve constantemente amenazada por su entorno.
Cuando el famoso filósofo René Descartes se instala en la casa para pasar una temporada, el deseo de Helena por seguir aprendiendo y la lucha del pensador por desentrañar los mecanismos de la razón tendrán como resultado un mutuo deslumbramiento que desafiará todas las convenciones de la sociedad de la época.
Un ambicioso filósofo en busca de la verdad.
Una emocionante historia de sueños y pasiones.
En el Ámsterdam del siglo XVII, Helena Jans trabaja como doncella para el señor Sergeant, un famoso librero inglés. Debido a su humilde origen, la pasión de la joven por la literatura, que le lleva incluso a fabricar en secreto tinta de remolacha y a escribir sobre su propia piel, se ve constantemente amenazada por su entorno.
Cuando el famoso filósofo René Descartes se instala en la casa para pasar una temporada, el deseo de Helena por seguir aprendiendo y la lucha del pensador por desentrañar los mecanismos de la razón tendrán como resultado un mutuo deslumbramiento que desafiará todas las convenciones de la sociedad de la época.
Mis impresiones
Cuando comencé
a leer esta novela, que fue por el reclamo de la contraportada en el que hacen
alusión a La casa de las miniaturas,
apenas me fijé en la autora. Vi un nombre que no me sonaba de nada pero tampoco
me detuve demasiado. Después de algunos capítulos ya leídos me detuve a mirar
su biografía para saber qué más libros había escrito y me sorprendió mucho el
hecho de que esta sea la primera obra que ha publicado. Palabras en mis manos es de una madurez extraordinaria en muchos
aspectos para ser una primera novela.
“Recorrí
la habitación a pasitos, trazando un círculo diminuto. Lo que buscaba ya nos
estaba allí. Su reloj, sus documentos, su tintero de cristal: no quedaba nada,
todo había desaparecido. En el pasado había viso aquella habitación vacía y no
me había importado, ahora solo magnificaba mi pérdida. No quería una moneda, ni
un obsequio, ni un recuerdo. Quería palabras, alguna nota…”
La novela
comienza in media res. Nos encontramos
en Ámsterdam en el año 1634. Helena Jans es una joven de diecisiete años que
trabaja como doncella para el señor Sergeant, un comerciante de libros, desde
hace un par de años. Ella es una chica sencilla, trabajadora y de familia
humilde pero también es inteligente, sabe escribir y le encantaría poder
aprender nuevas cosas.
Su tranquila
existencia cambia cuando el señor Sergeant acoge a un huésped muy famoso y
también especial. Se trata del filósofo y matemático René Descartes que busca
un lugar apropiado para pensar y escribir. Poco a poco entre ambos irá
surgiendo una relación que llevará a la joven Helena a cambiar para siempre su
forma de ver el mundo.
Palabras en mis manos se inspira en una historia real. La de
Descartes y Helena Jans, que fue su amante durante aproximadamente una década. La
novela no pretende ser una biografía de Descartes, de hecho no es él el
protagonista de la novela ya que la autora se ha centrado más en el personaje
femenino. Es una obra en la que encontraremos una historia de amor pero también
con cierto aspecto costumbrista.
A Helena la
conoceremos muy joven, con poco más de quince años. Una muchacha a quien su
madre envió a trabajar a Ámsterdam. Su padre había desaparecido y con sus
exiguas ganancias como costurera cualquier boca resultaba demasiado lastre para
alimentar. Así Helena comienza a trabajar en la casa de un librero, con una
vida sencilla y tranquila, en la que tampoco pasaba muchas penurias a pesar de
tener que trabajar. Un lugar donde sentirá la atracción por los libros pero
siendo consciente de que no puede acceder a ellos. Es un personaje a quien
veremos evolucionar muchísimo a lo largo de la historia. Se va desprendiendo de
ere aire de inocencia e ingenuidad y va abriendo los ojos a la realidad. Porque
su relación amorosa con Descartes no va a ser un camino de rosas. De hecho este
personaje se nos muestra en la novela como un hombre excéntrico, bastante
egoísta, preocupado siempre por su trabajo y por el qué dirán más que de los
demás. Descartes pertenecía a una familia de la baja nobleza y Helena no era
más que una doncella que podía perjudicarle. Y en aquella época uno no podía
salirse de lo convencional o lo considerado como adecuado.
Me ha gustado
conocer a Helena, ver esa evolución que sufre el personaje pero también sus
esfuerzos por aprender a escribir, algo que en aquella época no estaba al
alcance de muchas mujeres y menos de su condición. Es más, tenía tal entusiasmo
que ella misma probó diferentes técnicas e ingredientes para hacer tinta o como
se las ingenia para suplir el papel que no puede costearse.
También os
decía antes que la novela tiene un aspecto costumbrista. La acción se
desarrolla en varias ciudades como Leiden, Ámsterdam, Deventer o Santpoort
entre 1632 y 1640. Y en Palabras en mis
manos veremos, como telón de fondo, algunos ápices de cómo se funcionaba la
vida en estos años. Las cargas que suponían los hijos para una mujer sola, cómo
enviaban a las muchachas jóvenes a trabajar y como se transcurría su vida bajo
el mandato de las familias pudientes que no siempre les daban un trato
correcto. Sus tareas, las comidas, sus rutinas son parte del relato. Pero también
aparecen temas más globales como la religión, las clases sociales y la
intolerancia hacían ciertas teorías nuevas que iban surgiendo y el rechazo a lo
desconocido y el pensamiento avanzado que se produjo en la época. Un ejemplo
hace referencia a Galileo el cual fue arrestado después de publicar un libro en
las que expresaba opiniones contrarias a la iglesia.
Otro aspecto
destacable es la prosa de la autora. Sobria, detallista y muy rica en matices.
Tiene un equilibro perfecto en cuanto al desarrolla de la trama, intercalando
diálogos que son muy agudos, la narración de los hechos y los pensamientos de
la protagonista. Un novela que es todo un gusto leer y que te mantiene con
interés durante todo su desarrollo. La novela está narrada en primera persona
por Helena, lo que hace que lo veamos todo desde su punto de vista limitado
pero también que nos acerquemos al personaje, que la comprendamos y que incluso
lleguemos a quererla un poquito.
Conclusión
Creo que no
hace falta decir a estas alturas que me ha encantado leer Palabras en mis manos y que por supuesto la recomiendo. Una
historia de amor, pasión y de la persecución de los sueños.
Puedes descargar Palabras en mis manos aquí:
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