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viernes, 2 de diciembre de 2016

El proyecto Joshua - Sebastian Fitzek



Título: El proyecto Joshua
Autor: Sebastian Fitzek
Publicación: Ediciones B, octubre de 2016
Páginas: 384

Max, el autor fracasado, es un ciudadano respetuoso de las leyes. A diferencia de su hermano Cosmo, encerrado en las celdas de seguridad de una clínica psiquiátrica, Max nunca ha cometido ningún error.
Sin embargo, dentro de pocos días consumará uno de los delitos más horrorosos del que es capaz un ser humano. Solo que, por el momento, lo ignora…
Pero hay quienes sí lo saben, y están decididos a matarlo antes de que sea demasiado tarde.

Mis impresiones

De Sebastian Fitzek leí el año pasado El pasajero 23, una novela oscura e inquietante que me gustó bastante por la intriga y el suspense que contenía. Es un autor muy conocido y aclamado dentro del thriller y su último trabajo se titula El proyecto Joshua.

Tras una escena impactante de El colegio del horror, un libro que ha tenido un éxito brutal, conocemos a su autor. Su nombre es Max Rhode y parece que la inspiración se le acabó con esa primera novela. Desde entonces solo ha escrito libros que no han conseguido captar mucho el interés de los lectores. Además su vida es bastante monótona. Vive con su mujer Kim y su hija adoptiva Jola, de diez años de edad.

Un día, sin embargo, recibe una extraña llamada de un hombre que se encuentra ingresado en la UCI a causa de las quemaduras que el mismo se ha autoinflingido es un desesperado intento de suicidio. Max, con curiosidad, acude a su requerimiento pero no logra aclarar mucho el objetivo del hombre cuando este muere dejándoles solo unas palabras confusas. Mientras se encuentra en el hospital alguien secuestra a su hija, a quien había dejado en el aparcamiento del centro hospitalario dentro del coche. A partir de este momento su vida se convierte en una auténtica locura, una intensa carrera por descubrir donde está Jola, si es que aún sigue con vida.

El proyecto Joshua es una novela perfecta para ir pasando páginas sin que te des cuenta. Tiene intriga y misterio pero sobre todo mucha acción. En principio pensé que la novela sería un thriller psicológico pero es más bien una novela en la que vamos a encontrar movimiento, giros y un ritmo frenético al que se desarrollan los acontecimientos. Sin embargo a mí todo este batiburrillo de cosas, aunque ha conseguido intrigarme, también es cierto que me ha parecido excesivo  y demasiado rocambolesco en ciertos momentos lo que ha desembocado en poca verosimilitud. A pesar de ello creo que tiene puntos muy interesantes que se irán descubriendo a lo largo de la misma y que se corresponden a tramas secundarias.  

Aunque a través del título no podamos obtener ninguna información al final de la novela descubriremos cuales son las raíces y el objetivo de ese macabro experimento que toca una de las fibras más sensibles del ser humano. Y, aunque obviamente es una novela de ficción,  puede hacerte plantearte en qué medida exponemos nuestras vidas a desconocidos sin que nos percatemos de ello. La idea del proyecto es atípica aunque quizás me ha faltado alguna explicación extra.

No son muchos personajes los que van a aparecer en la historia, ni siquiera es necesario que se ahonde en ellos con profundidad para que funcionen dentro de la historia ni que se alejen de ciertos estereotipos que ya conocemos. En el centro del relato y con gran parte del protagonismo nos vamos a encontrar a Max Rhode, un escritor mediocre que logró un gran éxito con su primera novela pero que no ha vuelto a conseguir ninguna historia que merezca la pena. Sin conocer el motivo se encontrará en una situación tan extraña que se sentirá desorientado aunque lo que tiene claro es que es un “padre coraje”. También están su hija Jola, una casi adolescente rebelde que a sus diez años tiene un comportamiento demasiado maduro para su edad (de hecho la he imaginado algunos algo mayor), y su mujer Kim, con quien la relación no está pasando por su mejor momento. Como he dicho son personajes que funcionan bien en la historia pero tampoco he logrado conectar por completo con ellos.

Sin duda uno de los personajes más interesantes es Cosmo, el hermano de Max. Sobre este personaje el lector siente un claro rechazo inicial. Nos lo presenta como un pederasta y está condición no juega precisamente a su favor. Ha vivido muchos años encerrado en un quístico y ahora puede disfrutar de algunas horas de libertad.  Sin embargo, a medida que la historia avanza y Fitzek va humanizando al personaje logra que el lector cambie la percepción del personaje y vaya más allá de la etiqueta. Además, y quizás es lo que más me ha gustado de la novela, es la infancia que comparte con Max, que no tiene desperdicio.

La novela cuenta con dos voces narrativas que nos dan diferentes perspectivas de la historia. Una de ellas se corresponde con Max, el protagonista, que es en primera persona. Una parte de la historia por tanto la descubrimos a través de sus ojos y de forma muy limitada.  Durante gran parte de la misma iremos conociendo una serie de hechos entre los que no podremos establecer una relación directa, por lo menos hasta alcanzar el ecuador de la novela. La otra voz narrativa es una tercera persona que va focalizando la acción en otros personajes para contarnos que sucede mientras Max vive todo ese periplo.

Como os he dicho antes la novela tiene un gran ritmo por el estilo simple en que está contada, la gran presencia de diálogos y los capítulos cortos, que siempre imprimen agilidad. Además de la velocidad a la que se van sucediendo todos los acontecimientos que transcurren en ella.

Conclusión

El proyecto Joshua es una novela para tomar como puro entretenimiento. En ella hay mucha acción, sorpresas y giros argumentales. Sin embargo la creación de situaciones inverosímiles me ha pasado factura a la hora de mantener esa tensión e intriga que prometía la historia. 

Puedes descargar El proyecto Joshua aquí: