Páginas

martes, 23 de febrero de 2016

Pan de limón con semillas de amapola - Cristina Campos



Título: Pan de limón con semillas de amapola
Autora: Cristina Campos
Publicación: Planeta, enero de 2016
Páginas: 416

Durante el invierno de 2010, en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina, dos hermanas que fueron separadas en su juventud, se reencuentran para vender una panadería que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no conocer.

Son dos mujeres con vidas muy diferentes. Anna apenas ha salido de la isla y sigue casada con un hombre al que ya no ama. Marina viaja por el mundo trabajando como cooperante de una ONG.

Mientras intentan desentrañar el secreto que encierra su herencia, tendrán que hacer frente a los viejos conflictos familiares, a la vez que intentarán recuperar los años perdidos.

Esta novela es una historia sobre la amistad femenina, sobre secretos guardados y recetas de pan olvidadas. Pero, sobre todo, es la historia de unas mujeres que aprenden a decidir, con libertad, sobre su futuro. 

Mis impresiones

Pan de limón y semillas de amapola es la primera novela de Cristina Campos, un único trabajo que sorprende por lo depurado y cuidado que está. Me llamó mucho la atención  la portada, sencilla  y elegante, pero sobre todo me atrajo su sinopsis en la que se nos promete una historia que tiene todos los elementos que me gusta encontrar en un libro.

Tras un prólogo inicial en que se nos hace una revelación importante que ya condicionará al lector para el resto de la novela, retrocedemos en el tiempo y nos situamos en el año 2010. El momento en que Anna y Marina, dos hermanas que hace más de quince años que no se ven, se reencuentran en un pequeño pueblo de Mallorca para vender un viejo molino y una panadería que han heredado de forma inesperada de una mujer a la que no llegaron a conocer.

Marina ha pasado casi toda su vida fuera de la isla cooperando con ONGs en el tercer mundo por lo que nada le une a ese lugar y su pretensión es volver a Etiopia una vez los tramites hayan finalizado. A Anna el dinero le viene como caído del cielo porque le ayudará a salir de la ruina económica en la que se encuentra su matrimonio y que le impide llevar el nivel de vida del que ella ha gozado hasta ahora.

Pero por alguna razón Marina no puede vender la panadería hasta averiguar quién fue Dolores Molí, la panadera del pueblo, y porqué les ha dejado a ellas su legado. Así que decide quedarse algún tiempo en la isla y mientras intenta descubrirlo tendrá que enfrentarse de nuevo a los conflictos familiares que separaron a las dos hermanas…

Pan de limón y semillas de amapola es una novela delicada, cuidada, que desborda emociones y que destila sensibilidad. Esto ya se intuye desde la primera página momento en que Cristina Campos te atrapa en un historia que nos habla del pasado y el presente, de sueños, de amistad y lealtad, de amor, de  libertad y de secretos que quieren ver la luz. Son diversas cuestiones las que nos inquietarán desde el principio ¿Qué pasó entre las dos hermanas para que se alejaran durante tanto tiempo? ¿Por qué Dolores Molí las ha hecho herederas?

Hay un tema que destaca en la novela y es la maternidad. A través de sus diferentes personajes nos muestra diferentes formas de vivirla. Nos habla del instinto maternal, del sacrificio, de madres que no pueden ofrecer amor a sus hijas, de la incapacidad de entenderse y comunicarse entre ellas y de como este vínculo puede repercutir en la vida adulta entre otros matices.

Las dos protagonistas principales son Anna y Marina, dos hermanas con caracteres muy diferentes que han optado por tomar diversos caminos en su vida. La mala relación con su madre hizo que Marina abandonara muy joven el hogar familiar, primero a estudiar medicina y después viajando por todo el mundo y colaborando con diferentes organizaciones humanitarias. Si ha consagrado su vida a los demás nunca ha querido establecer un hogar propio a pesar de que ha encontrado al hombre de su vida. Anna en cambio, nunca salió de Mallorca, se casó con un empresario que le proporcionó una vida de lujo pero que la anula como persona y a quien ella duda si algún día llegó a amar. Ahora en la ruina, y con una hija adolescente con quien no se entiende demasiado bien, su vida se ha convertido en un amargo día a día. La autora retrata estos dos personajes de forma perfecta, con tanta exactitud que las comprendemos a la perfección. Sus sentimientos, emociones nos harán empatizar con ellas y cogerles cariño al final.

En la novela hay otros muchos personajes al os cuales la autora ha dejado su propio espacio de forma que todos ellos están muy bien caracterizados y transmiten algún tipo de sensación al lector.

La novela se desarrolla en un pequeño pueblo de Mallorca llamado Valldemossa en donde se encuentra la antigua panadería de dolores Molí y donde la vida transcurre con tranquilidad, en la que todo el mundo conocen la vida de los demás pero sus habitantes guardan los secretos del pasado. Marina descubre que se siente allí muy a gusto y comenzará a redescubrirse a sí misma.

La prosa de Cristina Campos es evocadora, delicada y cercana con un ritmo para tomar con calma y dejarse llevar. No solo está muy bien narrada y profundiza en la caracterización de sus peonajes sino que a nivel de trama está muy bien lograda y desarrollada, de forma sólida. Tira de muchos elementos, muchos personajes e historias pero consigue enlazarlo todo con naturalidad. Los planos temporales se van superponiendo sin ningún orden establecido para que conozcamos el pasado y el presente de sus personajes. El título tiene un significado especial y antes de comenzar cada capítulo nos encontramos la receta para la elaboración de un tipo de pan. Su final, aunque ya se nos desvela en el prólogo nos deja un final agridulce que nos emocionará.

Conclusión

Pan de limón con semillas de amapola ha sido una grata sorpresa. Se trata de una novela dotada de muchísima sensibilidad y delicadeza, con personajes que se ganan tu corazón y un profundo análisis de las emociones. Ha sido todo un placer leerla.