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miércoles, 8 de abril de 2015

Memorias de un asesino a sueldo - Daniel Ter



Título: Memorias de un asesino a sueldo
Autor: Daniel Ter
Publicación: Algón, enero de 2015
Páginas: 180

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¿Por qué hay que aguantar ocho horas al día, cinco días a la semana, veinte al mes y doscientos diecinueve al año, sentado tras un escritorio? Y además hasta que cumplas sesenta y siete tacos o te mueras antes. ¿Hay algo que pueda explicar los madrugones y las cabezadas contra el cristal helado de la ventanilla del tren de las siete y media? ¿De verdad llevas la vida que soñaste alguna vez? Aquí vas a encontrar respuestas inesperadas a esas preguntas impertinentes. Con situaciones ridículas, humor negro, momentos esperpénticos, anécdotas entrañables, marrones a raudales, crisis de autoconfianza, sermones morales y puñaladas traperas. Si lo empiezas no podrás dejarlo. ¡Atrévete!

Mis impresiones

No siempre se eligen de forma adecuada ciertas lecturas a pesar de que una que se va conociendo y más o menos suele acertar. Todos tenemos ciertos patrones o clases de novelas que nos harán sentirnos más cómodos o se adaptaran mejor a nuestros gustos. Ya a veces queremos experimentar, explorar otros modelos diferentes pero el resultado no siempre llega a ser satisfactorio. Y puede que esto último es lo que me haya ocurrido con esta novela. En esta ocasión no he sido capaz de conectar con el libro que hoy os traigo. Quizás yo esperaba encontrar otro tipo de historia, otro tipo de humor o quizás es que no era para mí. A veces se produce un desencuentro entre lo que el escritor propone y lo que el lector espera encontrar.

Memorias de un asesino a sueldo no es una novela al uso sino como bien indica su título es un libro de memorias ficticias, por lo que no encontraremos una historia tradicional con un desarrollo que cuente con una introducción, un nudo y un desenlace. Es más correcto indicar que es una recopilación de anécdotas narradas de la mano de su propio protagonista, un delincuente que se gana la vida con el crimen, mientras explora como es su vida a las que se suman muchas reflexiones sobre el mundo que le rodea.

Porque este personaje, del que creo que en ningún momento llegamos a conocer el nombre, en vez de tener un trabajo convencional que le ancle a una rutina, a un horario determinado o a un sueldo fijo está abierto a cualquier actividad delictiva que le reporte beneficios económicos. Así en su día a día se dedica a asesinar, robar, atracar, secuestrar o amenazar a quien se tercie. Y capítulo a capítulo intentará desmontar todas esos tópicos o mitos de la profesión haciendo gala de un humor muy negro. Porque según el protagonista de esta historia el cine ha hecho mucho daño a la imagen que se proyecta del delincuente frecuentemente representado por tipos duros capaces de atravesar puertas o asesinos fríos y calculadores sin conciencia ni sentimientos. Pero ¿Puede un tipo completamente normal dedicarse a esta profesión? ¿Cuáles son los motivos por los que alguien decide dedicarse a eso? ¿Tiene conciencia? ¿Qué hace un delincuente en su tiempo libre?

Las situaciones por las que va pasando este personaje son de diferente naturaleza algunas ridículas, otras extravagantes, algunas extrañas o otras imposibles. Es cierto que su autor intenta dar un toque de comicidad a las mismas pero yo en particular no he conectado con este toque de humor que el libro contiene. Algunas sí que me han resultado simpáticas pero en general no me ha resultado tan divertido como hubiese esperado. Quizás sea el momento particular en que lo he leído o quizás es que tampoco he terminado de simpatizar con el protagonista. Es un personaje que he percibido de forma fatalista y que se me ha conformado como una persona muy negativa.

Memorias de un asesino a sueldo realiza además una crítica brutal y muy descomedida contra la sociedad actual a la vez que pretende hacer al lector reflexionar sobre todo aquello que le rodea. Los temas que va tocando son de muy distinta naturaleza pero que destacan por una visión muy pesimista de la sociedad mostrándonos un mundo bastante podrido. Así nos hace cuestionar, por ejemplo, para qué sirven valores como la educación, el trabajo o el esfuerzo si en el fondo estamos condenados al fracaso. Otras cuestiones que sobrevuelan la conciencia del protagonista abarcan temas como el orden social, la religión haciéndose eco de los creyentes devotos que practican lo contrario a lo que la doctrina sugiere, critica las malas prácticas de los gobiernos o la pasividad de la comunidad internacional ante guerras, genocidios y la existencia de dictadores. Temas muy serios que contrastan con el tono del novela y su contenido y que resulta ser una mezcla que yo no he terminado de encajar.

“La vida es la mercancía más barata del mundo. Se renueva constantemente. No tiene límite. No hay motivo para no derrocharla” (Página 47)

Tampoco deja atrás las reflexiones sobre temas más trascendentales que hacen referencia a los secretos que esconde el universo, la búsqueda propia de la felicidad, sobre la importancia del dinero o el materialismo en sí mismo. Daniel Ter propone cosas muy interesantes aunque a mí personalmente me apetece más una sugerencia que me permita plantearme esas mismas cuestiones por mi misma que el hecho de que me lancen las preguntas de forma directa.

Memorias de un asesino a sueldo está narrada con un estilo sencillo, ágil, directo y en ocasiones incluso desenfadado pero que mantiene las formas en todo momento. La novela se estructura en sesenta capítulos de extensión muy breve y entre ellos no se percibe una continuidad, es decir, cada capítulo cuenta episodios independientes. Lo que si me gustaría destacar de forma muy positiva es que algunas frases (como la que he copiado más arriba) me han parecido muy buenas, contundentes, con mucho sentido  común y mucho significado.

Conclusión

Memorias de un asesino a sueldo no era un libro para mí y a lo largo de su lectura he tenido mis altibajos con ella. A pesar de ello creo que es un título de narración ágil y fluida que podrá disfrutar otro tipo de lector más predispuesto al humor que el autor propone.