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martes, 23 de septiembre de 2014

Cien años de soledad - Gabriel García Márquez



Título: Cien años de soledad
Autor: Gabriel García Márquez
Publicación: Austral, 1993
Páginas: 448
Cien años de soledad, convertida en poco tiempo en un clásico de la moderna literatura en castellano, ofrece una aventura de lectura insustituible. Proyectada como una descripción de la vida familiar de la casa donde ocurrió la infancia de García Márquez, poco a poco se convierte en una fabulación mágica, en morada de unos personajes ya legendarios inscritos en los mitos profundos de la cultura universal. En Macondo conviven lo real y lo cotidiano con lo poético y lo imaginario. Bajo el poder de lo cíclico, el amor y la muerte se confunden, el tiempo y el espacio se dislocan, y el lenguaje, evocador y preciso, convierte la obra en la hermosa creación de una nostalgia común.

Mis impresiones

Tras conocer la muerte de Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura en 1982) este pasado mes de abril acudí de nuevo a mi viejo y gastado ejemplar de Cien años de soledad, el cual lleva conmigo tantos años que ha perdido todo su lustre, para sumergirme en alguna de sus páginas y rememorar viejos fragmentos que he leído ya una y otra vez. Pero sin apenas darme cuenta empecé de nuevo por el principio y me dispuse a realizar la enésima relectura.

Pocas cosas nuevas se pueden decir a estas alturas sobre, la que es para mí, la mejor novela nunca escrita. Considerada una obra maestra de la literatura universal, adulada tanto por la crítica como por el público desde que se publicara por primera vez en el año 1967, después de que el su autor empleara mas de dieciocho meses y cinco mil cuartillas en su construcción.

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”

Cien años de soledad nos narra las vicisitudes de la familia Buendía desde que la primera generación nacida de la unión de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán se asientan y fundan el pueblo de Macondo hasta cien años después de este acontecimiento. En este periodo de tiempo iremos siendo testigo de todo los que les ocurre a las generaciones siguientes así como la transformación y desarrollo que sucede en el pueblo hasta su propio declive.

A pesar de la sencillez con que se expone su argumento Cien años de soledad es una obra complejísima por numerosos y diversos aspectos como son el gran número de personajes que componen la historia, su propia estructura, la utilización del tiempo o la gran cantidad de acontecimientos que se suceden en ella. Sin embargo, es una obra que se lee sin ningún esfuerzo y que se convierte en una lectura adictiva de principio a fin.

La estirpe de los Buendía comienza con José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, primos enamorados cuya unión en sus comienzos estará marcada por el temor del parentesco a engendrar hijos con cola de cerdo, según la creencia popular transmitida en la región de generación en generación. Derivado de este temor ocurrirá el acontecimiento que les hará abandonar definitivamente su hogar y adentrarse en la selva durante más de dos años hasta llegar a fundar el pueblo de Macondo. Finalmente los tres hijos del matrimonio se libraron del curioso apéndice pero el destino de las siete generaciones siguientes, que son las que abarca la novela, quedará marcado por presagios, fantasmas que vuelven del otro lado y sobre todo por la incapacidad de vivir el amor.

Quizás sea más fácil tomar cariño a los primeros personajes con los que se abre la novela, con sus excentricidades y extravagancias, deseos, obsesiones y manias, a veces rozando la demencia. Y no digo esto porque el resto carezca de atractivo o este peor desarrollado sino porque llega un momento es que el número de ellos llega a ser abrumador. Describir a cada uno de ellos o intentar individualizarlos en esta reseña sería tan extenso como innecesario.

“Se sintió olvidado, no con el olvido remediable del corazón, sino con otro olvido más cruel e irrevocable que él conocía muy bien, porque era el olvido de la muerte.”

Haciendo honor a su título, el gran tema que destaca en la novela es la soledad. Comenzando por el propio pueblo de Macondo, en el que en sus primeros tiempos sus habitantes viven aislados del resto del mundo hasta cada uno de sus personajes que curiosamente habitan en una casa llena de gente donde se reciben invitados con los brazos abiertos pero sus inquilinos son propensos a aislarse en sus habitaciones. Cada uno de estos personajes se verá imposibilitado para experimentar el amor (bien sea por su propia incapacidad, por temor, por no verse correspondido, etc…) y tendrá que aprender a convivir y buscar la manera de enfrentarse a su propia soledad.

“Pero durante cuatro años él reiteró su amor, y ella encontró siempre la manera de rechazarlo sin herirlo, porque aunque no conseguía quererlo ya no podía vivir sin él.”

Otros temas que se tocan en la misma son amplios y variados desde amor, guerra, traiciones, odio o política. Además asombra la naturalidad y espontaneidad con la que García Márquez nos habla de incestos (base del origen y fin de la novela) y prostitución temas que siempre han sido considerados tabús en la sociedad. Por supuesto no podía faltar el componente religioso en esta novela que aunque introducido con mucha sutiliza hacen referencia directa a símbolos religiosos. El génesis, los comienzos de Macondo, su evolución y por supuesto, decadencia.

Cien años de soledad es una novela para paladear sin prisas, para disfrutar de una prosa extraordinaria y un vocabulario increíblemente rico que transmite la sensación de que cada palabra está colocada en su justo lugar y que ni sobra ni falta alguna. Muy interesante llega a ser la utilización del tiempo en forma elíptica donde parecen repetirse una y otra vez situaciones muy parecidas con personajes que nos recuerdan a los anteriores (incluso llevan los mismos nombres) pero inevitablemente la historia va hacia a adelante presentando una progresión natural en el tiempo. La voz en tercera persona omnisciente que dirige la narración y que conoce a los personajes a la perfección lo hace con un estilo muy particular y rico en figuras literarias en el cual no le importa adelantarnos cierta información sobre los acontecimientos que esta narrando o retroceder en el tiempo para recuperar alguna. García Márquez le imprime a toda la novela gran dinamismo ya que a lo largo de toda su extensión no dejan de sucederse una cosa tras otra y nos son narradas de forma detallista.

Una curiosidad sobre esta novela es que en ella se hace alusión a personajes o situaciones de otras sus novelas entre las que se encuentran Los funerales de la mamá Grande, El coronel no tiene quien le escriba o Crónica de una muerte anunciada algo que también ocurre en otros libros del autor por lo que toda su obra parece converger en un mismo punto compartiendo un universo común.

No puedo dejar de hablar del realismo mágico que fusiona fantasia y realidad de un modo tan exquisito que el lector asume situaciones tan dispares como la de muertos que reaparecen, alfombras voladoras, un insomnio contagioso o personajes que se elevan a los cielos de forma absolutamente normalizada e incluso creo que no se podría llegar a concebir la historia sin ellas. Es gran parte de la magia que tiene esta novela. Y aunque parezca de locos muchas de estas historias están inspiradas en acontecimientos y leyendas sucedidos en Aracataca, pueblo natal del autor, y que el siendo niño asumió con toda normalidad.

La historia transcurre entre el siglo XIX y el  XX en un pueblo imaginario llamado Macando ideado por el autor. En ella se pueden apreciar algunos vestigios de la historia colombiana como sus  guerras civiles (Aureliano lucha en favor de los liberales), la opresión del gobierno o incluso la evolución de la sociedad y la llegada de nuevos inventos como el cine, el teléfono, el alumbrado o el gramófono. Pero más allá de su localización Macondo pretende ser un reflejo del mundo entero.

Conclusión

La primera vez que cayó en mis manos (tendría dieciséis años) me quedé absolutamente prendada de esta novela, un sentimiento que he compartido a lo largo de todos estos años y en cada relectura.

Cien años de soledad es la saga familiar más apasionante que he leído nunca. Una trama compleja e interesante, unos personajes a los que ver nacer y morir y una prosa exquisita son solo algunas de las razones para sumergirse en su lectura.