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lunes, 4 de agosto de 2014

Mil besos y cien más - Laura Sciolla



Título: Mil besos y cien más
Autora: Laura Sciolla
Publicación: Grijalbo, julio de 2014
Páginas: 336

La hermosa Claudia languidece en la capital del Imperio. Casada con el oficial Quinto Metello, un hombre rudo y mayor que ella, sufre también las presiones de su ambicioso hermano Publio, con quien mantiene una ambigua y compleja relación. El destino hace que Claudia conozca a Catulo, un joven veronés. Él es un poeta sensible que se siente irresistiblemente atraído por la patricia y la seduce no solo con las caricias más osadas sino también con sus versos.

Adorada como una musa y amada con extraordinaria delicadeza y sensualidad, Claudia aprende a disfrutar de su cuerpo, dejándose llevar por una pasión y un juego amatorio que rompe todas las reglas. Porque Roma es una ciudad implacable que tolera los excesos sexuales y las orgías desatadas, pero que desconfía de las historias de amor. Y Catulo, bajo su apariencia de amante entregado, esconde también a un hombre posesivo, capaz de pasar de los besos más ardientes a unos celos intensos y peligrosos.

Placer, erotismo e intriga se dan cita en una novela que recoge uno de los romances históricos más sensuales de todos los tiempos, el de la bella Claudia y el joven Catulo, el poeta que le enseñó el significado más profundo del verbo «amar».

Mis impresiones

Cuando llegó a mis manos esta novela no sabía que la historia que en ella se nos cuenta es una de las más conocidas y que causó mayor revuelo de la antigua civilización romana. Me gusta ir indagando en episodios de la historia a través de una y otra novela porque vas adquiriendo conocimientos sin ser consciente de ello. La novela me ha sorprendido mucho y para bien. A parte de su aspecto didáctico me ha gustado conocer tanto a sus personas como la trágica historia de amor que protagonizan. No esperaba encontrar un fondo tan atractivo en esta historia.

“Impetuosas o frágiles, afligidas o desafiantes, siguen llegando hasta nosotros las voces de los poetas.
Hombres todos ellos, con excepción de Safo, criatura única y divina. La mujer que siempre habría deseado ser. Porque yo no soy ni única ni divina: nunca me dejé engañar por los amantes que, con tal de poseerme, me llamaban Venus, diosa, sublime.
Soy solo una mujer. Y mi voz se desvanecerá en el inútil torbellino del tiempo, como la nieve.” (Prólogo)

La historia tiene el punto de partida en Roma en el año 62 antes de Cristo. A sus treinta y tres años Claudia es una mujer hermosa, sensual e inteligente que aburrida de estar casada con un hombre al que no quiere ni le satisface se ha fijado en un joven poeta que acaba de llegar desde Verona a Roma en busca de fortuna. Su nombre es Cayo Valerio Catulo y entre ambos la pasión no tardará en hacerse notar.

Mientras Claudia disfruta de todos los placeres carnales que este puede ofrecerle, el joven poeta, profundamente enamorado, escribirá los versos más bellos que cualquier mujer le haya inspirado jamás. Pero el amor que siente Catulo pronto dará los primeros síntomas de estar enfermo cuando los celos y el afán de posesión acechen en cualquier rincón….

Dame mil besos, luego cien,
Luego otros mil, cien más después
Y otra vez mil seguidos y otros cien.
Y cuando hayamos sumado muchos miles
Embrollaremos la cuenta para no saberlo.

Este es uno de los poemas reales escritos por Catulo, que además de originar el nombre de la novela  parece estar inspirado en la bella Claudia o Clodia ( su nombre plebeyo), una patricia muy hermosa a quien el poeta rebautizó como Lesbia en honor a la divina Safo, la poetisa de la isla griega de Lesbos.  Un aspecto fundamental en la novela es la historia de amor que viven estos personajes. De ella vamos siendo testigo desde sus comienzos, las primeras miradas que revelan el interés en el otro, el deseo de sentirse cerca, los primeros roces y caricias…

Y es que si algo tiene Mil besos y cien más es que los encuentros de los amantes están llenos de sensualidad y erotismo. Su autora nos los narra con todo lujo de detalles y a la vez con suma delicadeza, creando escenas de alto voltaje pero que no se quedan en la simple narración de una relación sexual porque si, sino que van transmitiendo toda esa vorágine de sentimientos que los protagonistas están viviendo.

Pero también asistimos al detrimento de la relación cuando los celos enfermizos, el ansia de posesión y los deseos de control comienzan a amenazar el bienestar de la pareja. Y es que estos dos amantes están condenados a no poder estar juntos. Ella es una mujer procedente de una familia prestigiosa, casada con un político importantes y con una hija adolescente que poco tiene que ver con un poeta de baja escala social.

Como personaje me ha gustado la construcción de Claudia, una mujer con una buena educación a la que no le falta inteligencia que aunque obligada por su entorno a vivir un matrimonio no deseado no pierde en ningún momento el deseo de vivir en libertad y gracias a su tesón ha conseguido algunas concesiones. Tiene tan claros sus objetivos que ni siquiera el vivir la gran historia de amor de su vida puede eclipsarlos. No es raro que una mujer así fuera observada con lupa en la sociedad romana pero tampoco que además se le acusara de protagonizar todo tipo de escándalos. Es un personaje que queda perfectamente trazado en la novela y a quien el lector comprende a la perfección.

Más allá de la historia de amor también vamos conociendo la vida de la patricia Claudia así como las dificultades diarias que entrañaba su posición de mujer en un mundo dominado por los hombres pero a la vez como lograba sacarle partido. Esta parte me ha parecido muy interesante. Fue criada con un ejército de esclavas a su alrededor para cumplir con todos sus deseos, un padre ausente por las luchas políticas y las campañas militares y una madre practica y realista que fue capaz de dirigir en solitario y con mano diestra una familia formada por seis hijos, diez mil esclavos y diversas propiedades.

La relación con su hermano Publio siempre fue muy cercana hasta el punto de ir descubriendo una sexualidad incipiente juntos. Claudia fue prometida con tal solo diez años (como era costumbre en la época) a Quinto Metello, un oficial tosco  y algo mayor que ella al que nunca pudo llegar a querer.

Mil besos y cien más se desarrolla en la ciudad de Roma durante el siglo I antes de Cristo y su autora consigue una excelente ambientación a través de la cual el lector parece impregnarse de ese modo de vida, vistiendo la toga, caminando por sus calles, asistiendo a sus divertimentos y observando el trato a los esclavos. Pero en esa época la ciudad de Roma vivía tiempos convulsos siendo un hervidero de rebeliones, guerras y exilios que hacían peligrar la república constantemente. La lucha por el poder, la traición, la ambición y la corrupción entre políticos también tienen su momento en la misma.

La historia está narrada en primera persona por la protagonista de la historia. Es por ello que el punto de vista está limitado a las sensaciones y sentimientos subjetivos con los que la protagonista la vive la cual además nos ofrece una visión muy exacta de como ha sido y es su vida. Su estructura en cuatro partes (con capítulos interiores marcados por el tiempo en que se desarrolla), el estilo fluido, ameno y directo con gran presencia de diálogos hacen de ella una lectura que se consume antes de que te des cuenta.

Conclusión

Mil besos y cien mas es una entretenida historia en la que la protagonista nos hace una especie de confesión e como ha sido y es su vida hasta que esta se trastoca por completo al  vivir una historia de amor que la marcaría para siempre.