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miércoles, 9 de abril de 2014

El valle del asombro - Amy Tan



Título: El valle del asombro
Autora: Amy Tan
Publicación: Planeta, febrero de 2014
Páginas: 688

La espera ha valido la pena. Amy Tan, aclamada autora de El Club de la Buena Estrella,
regresa con una maravillosa novela de madres e hijas, logros y pérdidas, secretos y deseos. 1912, Shanghái. Violeta es la hija adolescente de Lulú, una estadounidense propietaria de la mejor casa de cortesanas de la ciudad. Siempre a caballo entre dos mundos, y viendo cómo Lulú evita hablar del pasado, Violeta no acaba de encontrar su lugar, y está convencida de que su madre no la quiere. Pero antes de que puedan arreglar sus diferencias ambas serán víctimas de un engaño que las separará, llevando a Lulú de vuelta a San Francisco y convirtiendo a Violeta en cortesana. Años después, y como si el destino fuera una condena a la que no pueden escapar, Violeta sufrirá también los reveses de la suerte, y se dará cuenta de que su única oportunidad de encontrar la felicidad pasa por enfrentarse al pasado, compartir sus secretos y profundizar en la compleja relación entre madres e hijas.

Mi experiencia con la novela

A pesar de que el mayor éxito obtenido por la estadounidense de origen chino Amy Tan fue su primera novela titulada El club de la buena estrella (1989) no sería con esta novela con la que la yo me iniciara en su lectura sino con La hija del curandero. Una novela que leí con ansía, que disfruté ampliamente y que supondría el inicio de la lectura del resto de su obra al completo. De hecho fue otro libro de esta autora (Los cien sentidos secretos) el elegido para comenzar con la andadura de este blog.

Han tenido que pasar siete años desde su última publicación para reencontrarme con una nueva obra de Amy Tan, quien cuenta tanto con el apoyo de la crítica profesional como el del gran público. Con El Valle del asombro a mi no me ha decepcionado en absoluto. Creo que es una obra ambiciosa pero que cumple con creces lo prometido.

“Era un paisaje: un valle visto desde lo alto de un acantilado, de cara a la escena que se abría más abajo. Las montañas que se erguían a ambos lados eran abruptas y sus sombras se proyectaban sobre el suelo del valle. Los nubarrones eran del color de un moratón antiguo, pero tenían los lomos rosados, y las nubes que retrocedían al fondo estaban nimbadas de oro. En el extremo más alejado del valle, una abertura entre dos montañas resplandecía como la entrada al paraíso. Parecía el amanecer. O quizá el crepúsculo. Era imposible determinar si estaba a punto de llover o si el cielo se estaba despejando, ni tampoco si la imagen representaba la alegría de llegar a ese lugar o el alivio de marcharse. “ (Página 127)

Al comienzo de la historia nos encontramos en Shanghái a principios del siglo XX. Violeta es la hija de Lulú Miturn, la única mujer blanca en la ciudad que cuenta con el privilegio de regentar una casa de cortesanas de primera categoría en Shanghái, donde ambas viven. Violeta está creciendo entre el mundo oriental y el occidental, absorbiendo ambas cultura. Pero a pesar de sentirse afortunada de ser una americana no acaba de encontrar su lugar en el mundo ya que en el fondo siente que no cuenta con el cariño de su madre.

Pero cuando años más tarde preparan un viaje de regreso a San Francisco ambas mujeres son víctimas de un cruel engaño y mientras Lulú viaja hacia el continente americano, Violeta será encerrada en una casa de cortesanas donde no sólo tendrá que aprender el oficio sino a enfrentarse a sus propios problemas y encontrar su verdadera identidad.

Los personajes alrededor de los cuales gira la historia son figuras femeninas lo cual le permite a la autora recrear y profundizar en el mundo femenino, explorando sus sentimientos y sus puntos de vista de los acontecimientos que se van sucediendo como hace habitualmente aunque en este caso centrado en un terreno muy concreto como es el de las cortesanas en China.

Violeta, la protagonista, me ha parecido un personaje muy complejo, con multitudes de matices y que evoluciona enormemente a lo largo de la historia. La conocemos siendo una niña caprichosa, fuerte y orgullosa de ser hija de una americana blanca, lo cual además y de forma subjetiva la sitúa en una posición superior y privilegiada dentro de la sociedad por encima de cualquier mujer china. A medida que avanza la historia y ciertos hechos suceden en la vida de Violeta, esta percibe que ella misma tiene una visión desfigurada de su persona. Poco a poco se va dando cuenta de que no es blanca sino que sus rasgos son mestizos y será el momento clave en el que empiece a buscar su propia identidad.

Si analizamos la obra de Amy Tan al completo nos podemos dar cuenta de que hay un tema principal que aparece frecuentemente en sus novelas y que refleja un aspecto muy concreto de la vida de esta autora. Se trata de las relaciones entre madres e hijas y como las primeras pueden influir de forma determinante en lo que se convierten las segundas. Además entre estas dos generaciones se produce un gran choque cultural de forma que cada una de ellas concibe la vida de una manera distinta a la anterior hasta el punto de que puede generar enfrentamientos entre ellas.

El valle del asombro sigue con esta línea habitual en cuanto a temática se refiere. A través de Violeta conocemos tanto la relación como algunos de los conflictos que pueden surgir entre madre e hija. Primero evaluará su relación con su madre Lulú y posteriormente será a través de la relación entre Violeta y su hija, de modo que le cambia completamente la perspectiva al personaje principal. Muy interesante esta contraposición que ofrece dos puntos de vista de un mismo concepto.

Pero no es este el único tema importante que aparece en la novela porque la búsqueda de la identidad propia, la importancia de la figura paterna, lo esencial de la lealtad y el perdón o el aceptar el pasado están también muy presentes en ella. Además nos hace participes de la diferencias raciales y las diferentes posiciones que ocupaban en la sociedad los blancos y los chinos, tan marcada que generaban incluso rechazo.

Como resulta habitual el estilo de Amy Tan es sencillo pero muy potente. Narra con destreza y exactitud, creando bellas metáforas, dobles sentidos, marcando de forma muy sutil las intenciones de sus personajes y unas jugosas descripciones que detallan en su justa medida. Formalmente la novela se esctructura en quince grandes capítulos de larga extensión y se encuentra narrada en primera persona por Violeta, la protagonista, que a la vez que nos va contando la historia también nos hace partícipes de sus sentimientos y estados de ánimo por lo que contamos con una versión muy intima de la historia.

Como telón de fondo y para enriquecer la novela conocemos un pedacito de la historia de China a principios del siglo XX.  La historia comienza en 1905 y termina en 1929 momentos en los que el país sufre cambios político-sociales de forma severa como la caída del régimen manchú (dinastía Ching) en 1912 y la desaparición del emperador Puyi así  como el inicio del régimen republicano.

En este contexto somos espectadores de cómo viven estos cambios sus protagonistas sobre todo desde el punto de vista de las cortesanas que no eran más que un tipo de prostitutas de lujo a las que había que cortejar y agasajar con regalos para conseguir sus favores. Estas mujeres eran independientes y contaban con una buena educación en diversas disciplinas. Este es un aspecto que he disfrutado mucho en la historia, conocer la posición de estas mujeres en la sociedad, como se relacionaban con los hombres.

Conclusión

Con El valle del asombro he vuelto a deleitarme con algunas características que me entusiasman de Amy Tan. Una prosa enriquecedora, unos personajes con los que conectar y compartir momentos de diversa índole, una historia con trasfondo y una excelente ambientación espacio- temporal