Páginas

jueves, 9 de enero de 2014

Los amables extraños - Julia T. López



Título: Los amables extraños
Autora: Julia T. López
Publicación: Ediciones Carena, septiembre de 2013
Páginas: 585

Sara es una bailarina sin trabajo cuyo padre acaba de fallecer.
Juan, un profesor de instituto que intenta dirigir Un tranvía llamado Deseo en el pequeño pueblo de Saucedal.
Ella busca estabilidad y cerrar una herida.
Él lucha contra la monotonía de su entorno.
El caluroso verano cambiará el curso de sus vidas.

Mi experiencia con la novela

La literatura no siempre nace de grandes historias de amor, de paisajes lejanos o exóticos y personajes extremadamente complejos que se pierden en una vorágine de sentimientos o acontecimientos. Los relatos sencillos, realistas, equilibrados, con personajes cercanos y casi tangibles como Los amables extraños también generan literatura con encanto que con menos extravagancias agradan y entretienen  al lector.

Los amables extraños nos cuenta como Sara, una bailarina que se encuentra sin empleo, llega al pueblo de Saucedal para poner en orden  los asuntos de su padre, un profesor de música que acaba de fallecer. La primera persona que conoce allí es Juan, un profesor de lengua que trabajaba con el padre de Sara y con quien a lo largo de los años este forjó una bonita amistad.

Durante los días que Sara pasará en el pequeño pueblo en que su padre vivió sus últimos años se verá, sin apenas darse cuenta, inmersa tanto en la vida de aquel lugar, conociendo a sus vecinos y colaborando en el proyecto de representación de la obra Un tranvía llamado deseo, que Juan está organizando en el pueblo de al lado. Sin darse cuenta todos sus personajes cambiarán el curso de sus vidas sin ser muy conscientes de ello.

Prácticamente desde el comienzo de la novela sentí una extraña familiaridad tanto con los personajes como en los ambientes en que se desarrolla la novela. Sus personajes están trazados de forma cercana y muy realista, correspondiéndose con figuras que comprenderemos fácilmente y que incluso podremos identificar en nuestro entorno más cercano. 

Sara es una mujer que se encuentra un poco desorientada. No sólo acaba de perder a su padre con quien se había distanciado en los últimos años de la vida de este sino que además de perder su empleo las consecuencias de una ruptura amorosa dan sus últimos coletazos. La visita a Saudecal será un punto de inflexión en su vida, para poner orden en ella, pararse a pensar y decidir cuál es el camino que debe seguir. Juan, en cambio, es un profesor de instituto que lucha contra la monotonía de su vida. Ha abandonado todos sus proyectos y encerrado en el pueblo para cuidar de su padre que sufre la enfermedad del Alzheimer desde hace tiempo. Además mantiene una relación con una mujer casada que es consciente de que no le lleva a ningún lado.

Otros personajes también cuidados en su dibujo aunque en plano secundario son Roberto, Marisa, Emilia, Carmen o Magda que forman un gran mosaico de distintas personalidades, concepciones y formas de vida. Todos ellos unidos por un pequeño y limitado proyecto pero que todos desarrollan con gran ilusión y que les depara la sensación de estar haciendo algo importante. Como cada año en un pueblo de al lado, Navatalejo, se lleva a cabo la representación de una pieza teatral para divertir al pueblo. En esta ocasión, sin embargo, han decidido salir de la monotonía y arriesgarse con una novela compleja y de fuerza arrolladora, la conocida obra de Tenessee Williams titulada Un tranvía llamado deseo.

Una peculiaridad de esta novela es que su autora maneja el contexto espacial en diversos planos a través de los cuales pretende establecer una especie de paralelismo con las vidas de sus protagonistas. Por tanto tiene una importancia fundamental. Ya desde su primeras páginas que me hice una idea muy clara de los escenarios que Sara iba recorriendo mientras trataba de llegar al pueblo que no había pisado nunca pero en el cual su padre había decidido vivir sus últimos años. Un lugar que quizás en ocasiones pueda resultar aburrido a los que viven dentro pero que también otorga una paz interior y exterior al recién llegado. Un lugar más claro y transparente donde hay prisas y resulta mucho más fácil compartir las experiencias con los demás. Si esta comarca representa un entorno ficticio con nombres de su propia invención, rodea la misma de grandes ciudades nombradas por una sola inicial seguida de puntos suspensivos que pueden reconocerse fácilmente por las descripciones que realiza la autora pero que también ofrece al lector la oportunidad de decidir cuáles son estas ciudades y situarlas donde crea conveniente. Si ampliamos el circulo nos encontramos con grandes urbes como Madrid, París o Nueva York de donde sus personajes han huido por la cantidad de problemas que les generaba su vida diaria y que contrasta con la armonía, paz y tranquilidad con la que se vive en Saucedal.

El título de esta novela se inspira en la frase más famosa del personaje de Blanche en Un tranvía llamado deseo que dice al final de la misma: “Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños”. Y durante toda la novela Julia T. López le otorga una gran importancia a esta obra que analiza de forma precisa y concreta utilizando varias herramientas.

La novela se fundamenta en las relaciones que mantienen sus personajes, una generación algo desorientada que busca su lugar en el mundo, que ve cómo pasa el tiempo sin que ellos puedan decidir, que sufren las perdidas y el abandono. El amor, los celos, las dudas, las relaciones complicadas o el compromiso que en el fondo están marcados por su realismo y contrastan con la vorágine de sentimientos y arrebatos que los personajes de Un tranvía llamado deseo sufren, la obra que inspiró esta novela y sobre la cual su autora realiza un pequeño ensayo durante la misma.

La novela se estructura en tan sólo seis largas partes que funcionan a modo de capítulos con divisiones interiores marcadas por espacios en el papel. A pesar de la larga extensión de esta novela (cerca de las seiscientas páginas) resulta un relato ágil, ameno y fluido por la gran cantidad de diálogos presentes en la misma que nos ayudan a conocer a sus personajes y definir sus relaciones.  Julia T. López ha optado por un estilo muy cercano y sencillo que sin apenas florituras ni grandes giros lingüísticos es capaz de conectar inmediatamente con el lector. No hay que esperar demasiada acción en ella ya que se trata de recrear emociones y sentimientos.

Conclusión

Los amables extraños es un largo viaje que se fundamenta en los sentimientos comunes y cotidianos a todos los seres humanos. Una historia amable, sencilla, narrada de forma pausada que gustará a los lectores que busquen una lectura realista y equilibrada.